Llegué a Canadá a penas un día después de enterarme de todo. No quería saber nada del mundo que me rodeaba. Me quedé en casa de mis padres en la que también estaba mi hermana.
Ellos no sabían absolutamente nada de lo que había pasado a parte de mí puesto como quinta en Eurovisión.
—¡Te felicito! —exclamó mi hermana.
—Gracias —dije algo desanimada.
—¿Hiciste amigos? ¿Conociste a alguien?
—Todos eran agradables —me limité a decir.
—¿Y esa cara tan larga? —preguntó mi padre.
—Es solo cansancio, han sido muchas horas de vuelo... —afirmé.
—Pues duerme un poco hija, debes estar agotadas
—Sí. Será lo mejor...Perdí la cuenta de los días que estuve vagando como un espíritu sin alma por la casa de mis padres. De vez en cuando salía a pasear por la ciudad intentando que esos lugares me recordaran a mi infancia y quizá así eliminaran un poco de la tristeza que se me había encajado en el pecho.
Quedé con algunas conocidas del lugar. Loreen, Alessandra y Käärijä tampoco habían llamado y en ese nuevo número no tenía sus teléfonos. Supuse que de posicionarse, lo harían del lado de la que fue su amiga antes. Aunque siempre imaginé a Loreen más imparcial, aún más siendo Natalie la que me engañó.
Me engañó. Ese simple pensamiento me destrozaba cada vez que pasaba por mi cabeza.
Habían pasado varias semanas desde que llegué a Quebec, aunque de no ser for la diferencia entre noches y días, habría pensado que pasó un año entero. Los días eran largos, pero las noches peores.
Quería llamarla y preguntarle qué es lo que había hecho para merecer algo así. Qué se le pasó por la cabeza para hacer lo que hizo. Pero las veces que llamé no tuve ninguna respuesta.
Mis noches eran un cúmulo de pensamientos rebotando en mi cabeza como pelotas de tenis, el más recurrente se preguntaba si de verdad merecía yo esto y si habría alguna especie de explicación lógica. Si quizá había sido un mal entendido. Una equivocación. Cualquier cosa que no supusiera que se verdad ella se había comportado de ese modo por voluntad propia.
—¿No es esa la ganadora? —preguntó mi madre apuntando al televisor. En él pasaban un anuncio de una nueva canción suya. Y ahí la vi. No había sido capaz de ver una imagen más suya desde que pasó lo que pasó.
—Es ella —dije seca sirviéndome un vaso de agua.
—¿Habéis oído el nuevo single? —preguntó mi hermana apareciendo.
—¿Qué? —pregunté con la cabeza en mil lugares distintos al mismo tiempo.
—Sí. Mira —dijo quitándole el mando del televisor a mi madre y entrando en YouTube desde él. —Se llama "I miss you, I'm sorry" salió hace unos días. Es buenísimo.
—¿Cómo? —pregunté acercándome.
—¿Tú la conociste no? ¿Me la presentarías? Soy súper fan —dijo mi hermana. Pero ignoré su comentario y miré el televisor en el que comenzó a sonar dicha canción acompañada de su videoclip.Mis ojos se abrieron como platos antes las estrofas que salían de su boca. No podía ser. No podía ser por mí, no después de lo que había pasado, lo que había hecho... Lo que me había hecho.
Mis sospechas se confirmaron cuando, en el videoclip, el cual constaba de ella cantando por las estancias de su casa, aparecieron sobre la mesa del comedor unas rosas blancas acompañadas de paniculata roja hechas un ramo.
—¿Crees que hará gira? Dicen que la presentación es en Londres en tres días —dijo mi hermana. Y continuó diciendo el lugar en el que actuaría. No podía ser una coincidencia, no podía ser que actuara en ese bar en el que la acompañé para verla por primera vez.
—Tengo que hacer una llamada —dije levantándome y saliendo de la casa con mi teléfono a toda prisa. Llamé varias veces a su número en vano y no tenía el de Kamila. Por el qué decidí llamar a Julian.—¿Qué pasa querida? —me preguntó.
—Lo has visto ¿verdad?
—Lo que ha sacado esa... Sí. Lo he visto. Parece que a alguien le han roto el corazón. A mí me gusta llamarlo karma.
—No. No creo que esa canción sea para es chico.
—Oh ¿crees que es para ti? Sería muy inmaduro por su parte hacer lo que hizo y...
—Tiene que haber una explicación, está llena de indirectas por todas partes... No puede ser coincidencia Julian, sé que no lo es.
—Cariño si estuviera arrepentida al menos te habría llamado.
—Tiene que significar algo...
—No pensarás ir a verla... Querida. Es la peor idea que has tenido en años.
—¿Por qué? ¿Por querer una explicación que tengo más que merecida? No me jodas.
—Como tu manager... No me parece adecuado. Y como amigo, eso solo te hará más daño.
—No creo que pueda sufrir más de lo que ya lo hago. Pásame el número de Kamila al menos. Tengo que hablar con alguien, necesito saber el porqué.
—Ha cambiado de número, no lo tengo —dijo.
—¿Y no puedes pedírselo a alguien de universal?
—Lo haré pero tal y como están las cosas...
—Joder Julian...
—Cariño. Tú disfruta de Quebec con tu familia. Si ella se arrepiente, volverá a ti arrastrándose como un gusano. Pero no le des el gusto de que te vea herida. Se está burlando de ti, te ha destrozado y ahora intenta meter indirectas en sus letras y videoclips para volverte loca.
—Ella no es así.
—Ya has visto que no la conoces en absoluto. Era un lobo disfrazado de cordero. Te ha usado para divertirse mientras su noviecito estaba fuera y ahora él se habrá aburrido y ella quiere tu atención.
—No puede ser... me niego a creer que todo lo que conocía de ella es una mentira. Es imposible. Ella no es así. Joder Julian pasamos cinco meses viviendo juntas. Es imposible que haya fingido todo el tiempo.
—Hay gente muy mala. Y muy buena fingiendo...
—¿También mentía Loreen cuando charlábamos y me decía lo mucho que Natalie me quería y el miedo que tenía a ser herida?
—¿Te ha llamado Loreen desde entonces?
—No, pero...
—Pues tiene tu número, yo mismo se lo transmití a su manager. Esa gente no eran tus amigos. Eran tan hipócritas como Natalie.
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FLOWERS IN THE BACKSTAGE (La Zarra)
RomanceNatalie ni si quiera quería acudir a ese concurso. Y mucho menos imaginó que este le mostraría lo que el amor significaba. La Zarra x OFC ⚠️Aclaraciones⚠️ Esta historia no pretende ofender ni faltar el respeto a La Zarra. Está escrita a petición de...