5. Natalie

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Caminamos en mitad de la oscura madrugada hasta el hotel seguidas por el miembro de seguridad de La Zarra.
—Es aquí —me dijo entrando a la recepción del hotel. Subimos al ascensor y perdimos de vista al guardaespaldas, quien supuse que tendría su propia habitación.
—No tendría que haber bebido esa última copa —reí debido al alcohol.
—Yo igual —rió también.

Llegamos a la habitación y abrió. Era enorme. Una de las más altas del hotel, con una cristalera con unas vistas alucinantes de Liverpool. La habitación contaba con una enorme sala de estar, una habitación con una gigantesca cama de matrimonio y un baño con jacuzzi también con vistas a la ciudad. Con un cristal que permitía ver hacia afuera pero que desde fuera no permitía ver hacia dentro.

—Madre mía, que pasada... Has cogido las mejores vistas de la ciudad —dije mirando por la ventana.
—Ponte cómoda —me dijo. —Voy a cambiarme. Te dejo algo de ropa si quieres. No creo que sea muy cómodo dormir con ese bonito vestido —me dijo dándome un repaso visual.
—Te lo agradecería —le dije con una sonrisa mientras desaparecía adentrándose en la habitación.

—¿Te apetece usar el jacuzzi? —preguntó desde dentro.
—No tengo traje de baño —dije.
—Yo tampoco... pues con ropa interior. Es lo mismo ¿no? —rió.
—Sí, tienes razón —reí. Quizá era por el alcohol que cualquier idea parecí buena. Escuché como llevaba el jacuzzi y me dirigí al baño.

—¿Te ayudo? —pregunté entrando.
—Hay una botella de vino y copas en la nevera del salón —me dijo.
—Voy a por ello —dije saliendo.

Volví con ella llevando las cosas y el jacuzzi ya estaba lleno. Colocamos las copas de vino y tras deshacernos de los vestidos entramos en el humeante agua que estaba a la temperatura perfecta para sacarnos del cuerpo el frío de la noche de Liverpool.
—La vista... Es preciosa —dije mirando a través del cristal.
—Sí, lo es... —me dijo. Y pude notar como sus ojos no se habían despegado de mí.
—Gracias. Es mejor que un hostal —reí volviendo a tomar de mi copa.
—No me cabe la menor duda —dijo. —¿Sabe tu amiga que estás aquí?
—¿Mi amiga?
—Bueno o tu novia. No lo sé. La mujer que te llamó en la discoteca.
—¿Kamila? Es mi manager —reí. —Ni de lejos es mi novia, aunque sí que la considero mi amiga —dije.
—¿Y no tienes?
—¿Qué?
—Novia... O Novio.
—No, novia no... Y novio tampoco.
—Moi de même —dijo alzando la copa antes de beber de ella. —Lo siento si te he incomodado.
—No, no te preocupes. Y debería de llamarla —dije tomando mi móvil.

—¿Sigues en la disco? —me preguntó Kamila nada más contestar.
—No, estoy en un hotel, tranquila.
—¿Has encontrado hotel?
—Me han invitado a uno —dije tomando de mi copa.
—¿Estás con Loreen o con Ale o Käärijä?
—No, estoy con La Zarra. Ha sido muy maja. Se ha ofrecido a acogerme en su hotel —dije mirándola mientras ella reía y tomaba de su copa.
—¿Cómo?
—Tranqui. Mañana vamos a comer con los chicos, puedes venir si quieres.
—No, tranquila... Pero... ¿Ha pasado algo?
—¿Cómo qué?
—¿Tengo que explicártelo?
—No. Y no.
—Ya... ¿Estás borracha? —pregunto haciéndome reír. —Vale eso es un sí. No te robaré más tiempo, mándame la dirección o el nombre del hotel por si a caso y te dejaré en paz disfrutar de la noche.
—Eres muy presuntuosa —reí.
—Mañana me confirmas mi presunción. Te quiero. Chaito.
—Yo más, bye.

Colgué el teléfono y tras mandarle el nombre del hotel, volví a extender mi brazo fuera del jacuzzi para dejarlo.

—¿Todo bien?
—Sí, genial. Es solo que... Se le va la pinza —bromeé.
—Bueno ya tenéis algo en común —rió. —¿Cómo se te ocurrió que caminarías sola por Liverpool de madrugada?
—Me gusta el peligro —bromeé haciéndola reír.
—No sé si será cierto —rió.
—¿Por qué lo dices? —pregunté tomando un buche de vino.
—Es solo una suposición.
—Ajá... Cuéntame algo de ti. Tu nombre, por ejemplo...
—Vaya... Ninguno de nuestros compañeros ha tenido el honor de que le diga mi nombre —bromeó.
—¿Han tenido el de compartir jacuzzi contigo? —pregunté alzando una ceja.
—Tampoco —sonrió.
—Pues supongo que juego con ventaja.
—Me llamo Fatima Zahra.
—Fátima... Significa única, o eso he leído... Es precioso... Te pega.
—¿Me pega?
—Creo que tu energía es bastante única. En el mejor de los sentidos.
—Gracias —me dijo.
—¿De dónde viene La Zarra? —pregunté con curiosidad.
—¿Es una entrevista? ¿Me venderás a la prensa? —bromeó riendo.
—Puede. Depende de cuánto me ofrezcan por la información —dije del mismo modo.
—De mi segundo nombre, Zahra. De ahí viene.
—Entiendo...
—Cuéntame de ti. ¿Por qué decidiste presentarte?
—Mi manager me convenció... Postulé la canción y ganó...
—No me extraña. Devoras el escenario en cada ensayo.
—Es un honor que seas tú quien me lo diga. Creo que eres de las potencias más fuertes este año.
—¿Quienes crees que conseguirán los cinco primeros puestos?
—Espero que nosotras... Y Loreen, Alessandra y Käärijä. Espero que el ganador sea uno de los cincos. Son las propuestas más fuertes.
—Espero igual. Sin duda Loreen es una fuerte contrincante. Tiene el amor del público. Y aún así, es una persona con un alma preciosa.
—Tienes razón. Este año creo que todos somos bastante buenos en ese aspecto. Tengo que confesarte que he vuelto loca a mi manager poniendo tu canción en bucle.
—¿En serio?
—Te lo juro —reí.
—¿Sabes francés?
—Lo mínimo —dije.
—Quizá pueda enseñarte —me dijo con una sonrisa juguetona.
—Estaría bien... —dije del mimo modo y ambas bebimos.

Nos quedamos unos minutos en silencio hasta que decidí romperlo.
—El vestido que llevabas te quedaba espectacular —dije.
—Digo lo mismo de ti.
—Lo escogió Kamila, yo quería llevar algo menos vistoso...
—Escogió bien. Es bastante...
—¿Sexy? Eso dijo Kamila.
—Provocador.
—¿Provocador?
—Provoca reacciones.
—¿Qué tipo de reacciones? —reí.
—No estoy segura de que quieras saberlo —me dijo, dándose cuenta de que nos habíamos terminado la botella.
—Creo que hemos bebido suficiente —reí.
—Tienes razón —rió también.
—Entonces... —dije acercándome a ella. —¿A qué tipo de reacciones te refieres? —pregunté cerca de su cara.

FLOWERS IN THE BACKSTAGE (La Zarra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora