𝑨𝒛𝒖𝒍 𝒅𝒆 𝑴𝒆𝒅𝒊𝒂 𝑵𝒐𝒄𝒉𝒆 ┤ʟᴇᴏɴᴀʀᴅᴏ

6.

Capítulo largo, disfruten ❀

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Un dolor de cabeza fue el peor "buenos días" que pudo recibir, la luz se colaba por sus cortinas opacas dándole justo en la cara haciendo que su sueño se interrumpiera.

— Dios, soy yo de nuevo, déjame dormir otros cinco minutos. —la voz ronca de la mujer se escuchó mientras se cubría con sus cobijas, pero por desgracia su despertador sonó. — Como te odio.

A duras penas salió de su cama, su reloj dando las once y media, su cabello estaba alborotado, tenía marcada la almohada en el rostro y con algo de saliva en su mejilla. Apago su despertador con un golpe en los botones y se sentó en su cama.

Lentamente los recuerdos de la noche pasada volvían a ella con un amargo sabor de boca, aquello definitivamente no había sido un sueño o un delirio por el cansancio, de verdad había sido atacada y el justiciero de verdad existía en New York, fue una noche llena de aventuras, demasiadas para el gusto de la humana.

— Tengo que llamarle a Sam, si llega al bar se va a cagar encima.

A duras penas se levantó de la cama y fue a la cocina para tomar un vaso de agua y una pastilla para su cabeza, se sintió como gloria en su garganta seca, lo dejó sobre la mesa y tomó su teléfono de casa para marcarle a su amigo.

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— ¿Hola? Sam al habla.

— Samuel, soy yo, Amelia. — respondió en cuando escuchó su voz.

— ¿Lía? ¿Porque me marcas desde tu casa?

— Larga historia, escucha, necesito que hagas una publicación antes de las cinco de la tarde, cerraremos el bar por remodelación.

— Okay... — mencionó alargando las vocales— ¿Por qué? Pensé que todo estaba en orden en el bar, se ve muy bien para mi.

— Pasó algo anoche, unos tipos se metieron y hubo una pelea de disparos, necesito hacer pedidos de alcohol y revisar los daños para...

Sus palabras fueron interrumpidas por los gritos de su amigo.

— ¡Por Dios Amelia! ¿¡estás bien!? ¿no te pasó nada? ¡Ay, sabía que no debí dejarte sola!

— Ya mamá cálmate, estoy bien, solo me llevé un pequeño corte pero nada grave. — dijo Amelia para después suspirar — ¿No estás muy ocupado? Si no yo puedo hacer el anuncio.

— No te preocupes, yo lo hago, tú no sabes ni cómo pegar una foto, harías un desastre.

— Haha, que gracioso, hay que juntarnos hoy a las 4 para hacer un recuento de daños y ver que otras cosas podemos meterle al bar, si mis cuentas son correctas tendremos que pedir un préstamo de 15,000 dólares para cubrir los daños y comprar alguna que otra cosa para mejorar el Blue Moon.

— Huh, si tú lo dices, hare la publicación y te veré allá, cuídate sonsa

— Igual tu, soquete.

Y con estos cariñosos sobrenombres colgaron la llamada, Amelia se dispuso a desayunar/comer un recalentado que le había traído su padre hace algunos días, barbacoa, la recalentó en un sartén junto con una calentadora para su café y saco un pequeño cuaderno en lo que su comida estaba lista, empezó garabateando cosas de la noche anterior, algunas botellas, una pistola, balas, un kit de medicina y en medio, un par de katanas.