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Leonardo le había dado muchas vueltas en su cabeza al tema de su muy reciente relación, su metódica manera de pensar le hacía fácil armar estrategias, ademas manera casi automática, acerca de cómo decirle a su familia que ahora estaba saliendo con su amiga humana que había conocido hace cinco meses por un desliz en sus planes.

Sus hombros se relajaron al finalmente tener a Amelia sentada junto a él y a su familia frente suyo. Todas sus estrategias tiradas por la borda una vez estaba en la situación, no solía pasarle eso, al menos no cuando era algo que parecía tan pequeño desde fuera.

Los había reunido en la sala con el aviso de que tenía algo importante que decirles a los cuatro, su maestro y padre también se encontraba ahí, acariciando su barba al pensar y observar el sutil comportamiento impaciente de ambos.

El más inquieto parecía ser Miguel Ángel, la curiosidad que sentía era más grande que su ya poca paciencia, susurraba cosas a Donatello y a Rafael haciendo sus propias teorías de lo que pudiese ser.

Amelia estaba sentada junto a Leo en uno de los sillones, sonriendo con levedad mientras mordía la parte interna de sus mejillas, lanzaba rápidas miradas hacia el muchacho para ver si estaba bien, podía sentir que estaba nervioso detrás de ese rostro estoico.

— ¿Hay algún problema, Leo? — Donnie habló, también un poco curioso por lo que su hermano fuese a decir.

— Ninguno, pero creo que es importante. — respondió Leonardo.

Sus ojos viajaron hasta Rafael donde al verlo sonrió triunfante, dándole mala espina al de rojo.

— Bueno, supongo que es suficiente espera. — con una sutil mirada entre la tortuga y la humana ambos suspiraron. — Amelia y yo estamos saliendo.

Hubo varios tipos de reacciones ante la gran noticia. Donatello parecía tranquilo, llevándose una mano a su labio inferior dandole pequeños toques con su nudillo índice pensando en lo que conllevaría en esa nueva relación para su familia.

Miguel Ángel jaló aire y grito con emoción parándose del sillón, finalmente tenía una cuñada, algo que nadie en esa especial familia esperaba de nadie.

Rafael por su parte soltó un largo gruñido mientras ponía una mano en su frente, parecía molesto.

— ¡Que viva esta pareja que está enamorada! — dijo Miguel Ángel aplaudiendo por ambos. — Exijo muchos sobrinos para jugar.

— Felicidades a ambos, y pensar que ese 0.00000001 por ciento de probabilidad serías tú, supongo qué hay esperanza para los tres. — habló esta vez Donnie quien revisó sus pantallas una última vez antes de dedicarle una sonrisa a su hermano mayor y a la humana. — Aunque los sobrinos son genéticamente imposibles.

— Un día. — dijo Rafael enderezándose en el sofá. — ¿No pudieron esperar un maldito día más? Ugh, genial.

Su frustración no era hacia la noticia, realmente estaba feliz por la nueva pareja, dicha molestia venía desde el reto que le había puesto a su hermano, el día de mañana se habría terminado el mes y Leo hubiese perdido como el temperamental lo tenía preevisto, pero ahora que el líder se le había declarado a la mujer y ahora incluso estaban saliendo Rafael tendría que cumplir con su parte. El líder sí había pensado postergar el anuncio hasta mañana, pero gracias a que su novia le había convencido a decirles mas temprano que tarde y a que recordó aquel estupido reto que habían hecho decidió no postergarlo.

𝑨𝒛𝒖𝒍 𝒅𝒆 𝑴𝒆𝒅𝒊𝒂 𝑵𝒐𝒄𝒉𝒆 ┤ʟᴇᴏɴᴀʀᴅᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora