Capítulo 4

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Bajo la lluvia.

~•~

Nubla tu conciencia y perturba tu
paz, aquél sentimiento desgarrador lo llamaban amor.

Llego al colegio en tiempo récord, pero el maestro ya está en el salón, me mantengo a una distancia prudente sin que pueda verme mientras le hago unas señas a Danna para que lo distraiga mientras yo me infiltraba

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Llego al colegio en tiempo récord, pero el maestro ya está en el salón, me mantengo a una distancia prudente sin que pueda verme mientras le hago unas señas a Danna para que lo distraiga mientras yo me infiltraba.

Ella hace lo dicho y yo entro rápidamente.

Agradezco estar sentada en uno de los primeros asientos.

Mi maestro no se había dado cuenta de que me había metido en clase sin su permiso pero tenia que abrir la boca la puta de Sharon.

—¡Licenciado! —Se levanta de su asiento llamando la atención de todos y haciendo que respire fuertemente.

—Si, dígame señorita. —El Licenciado la mira fijamente y ella me voltea a ver.

—La señorita de allí—Me señala—Entró sin permiso.

El Licenciado se voltea y me mira fijamente esperando una explicación.

—Lo lamento mucho, tuve una emergencia en el baño y tardé más de lo debido. —El licenciado asiente y se voltea a la pizarra nuevamente ignorando lo sucedido.

Toma eso, zorra.

Llevaba dos horas en clases de matemáticas y ya me había preguntado 20 veces porqué no me ahorqué con el cordón umbilical de mi madre impidiendo mi nacimiento, hasta que Danna me trae nuevamente a la tierra de un chasquido.

—Entonces señorita ¿Cuál es la respuesta?

—Sam te hablan a tí. —Volteo a ver al Licenciado y me levanto inmediatamente.

—Lo siento —Agarro el rotulador que me tendía y resuelvo fácilmente el ejercicio.

A ver, no soy una experta en matemáticas pero ese ejercicio ya lo había explicado muchas veces.

Dejo el rotulador y me siento nuevamente.

—Muchas gracias señorita. —El timbre suena y como es costumbre los chimpancés de mis compañeros salen corriendo como si su vida dependiera de eso.

Mientras recojo mis cosas me preparo para escuchar el grito de la...

—¡¡YO NO LES DI PERMISO PARA QUE JUGARAN CON ESA PELOTA!! —Grita nuestra inspectora de patio y veo como mis compañeros corren distribuyendose para no darle el balón.

Una IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora