Una Ilusión

Capítulo 19

Jake.

Acostado en mi cama mientras observo el techo los sentimientos me carcomen el corazón. ¿De verdad soy un mal chico?. Mientras más intento alejar a las personas para no hacerles daño, más las lastimo...

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Verla irse en total silencio es un martirio, los pedazos de mi corazón cayendo al piso totalmente roto es lo único que se oye al verla alejarse. La estaba perdiendo, ¿O ya la había perdido?..

Me levanto de la cama mientras arrastro mi corazón hasta el baño, observo mis ojos tristes, sin brillo y cansados. ¿Esto era antes de conocerla a ella? ¿Esto soy sin ella?

Mantengo mi vista en mi, mis ojos se topan con el reflejo de ellos en el espejo. ¿Por qué siempre termino lastimando a la gente que quiero?. Un sentimiento vacío se apodera de mi pecho, el silencio me abruma y los recuerdos se apoderan de mi mente.

Las peleas constantes entre mis padres me golpean de repente.

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—¡Tienes otro hombre! ¡Lo voy a matar!

—¡Ya no te soporto!, ¡¿Qué querías querías hiciera?!, ¡¿Sentarme a llorar mientras espero a que me atiendas?! ¡Soy una mujer, necesito atención!

—Espero que el te de suficiente. —Mi padre se da la vuelta, se mete a la cocina y sale con una botella de alcohol, se tira en el sofá mientras mi madre lo mira con desprecio.

—Mírate, eres un maldito alcohólico de mierda. —Y aquella señora huye sin mirar atrás.

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—Josellyn, no me dejes, te lo pido, no me dejes...

—Ten amor propio, quierete un poco. —Aquél desprecio en sus ojos era notorio.

—¿Por qué me dejas?, dime, ¿Qué hice mal?, prometo arreglarlo, lo arreglaré sea como sea, solo dime que hice mal... —Arrodillado a sus pies y con las lágrimas bajando de mi rostro le suplicaba que no me dejase. Ella era lo único que tenía, era mi escape, era todo para mí, ¿A dónde iría para huir de mi casa cuando todo esté mal si ella me deja?, Se marchó sin mirar atrás. Me dejó solo, solo bajo las gotas de lluvia y aquella noche fría y solitaria me encontraba completamente solo...

Aislarme fue lo único que hice, dejé de ir al gimnasio, dejé el colegio y el trabajo, pasaba encerrado en mi habitación y solo comía porque Mike me lo pedía, el terminar con mi vida y con el sufrimiento de las personas a mi alrededor era tentador. Pero el pequeño Mike no merecía tener un hermano muerto. No podía dejarlo solo.

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—¿Soy un monstruo? —La pregunta escapa de mis labios en un susurro, resuena como eco en el baño. Haciéndome saber que estaba solo. Nuevamente me había quedado solo.

Su sonrisa se me atraviesa en los pensamientos, su risa contagiosa y sus pésimos chistes me hacen sonreír, apenas se había ido y ya la extrañaba. ¿Se había ido?, ¿De verdad la perdí?. Verla irse sin mirar atrás me llena de culpa y arrepentimiento, ¿Acaso soy idiota? ¿Por qué la dejé ir?. El arrepentimiento me consume y la culpa me invade.