—Hola, bonita, ¿Qué haces? —Jake toma asiento a mi lado recostando su cabeza sobre la mesa.
—Leo.
—¿Porno? —Sonríe y deja un corto beso en mís labios.
—¿No lo vas a olvidar, verdad?
—¿A tí? Nunca.
—Tonto.
—¿Qué leías? —Estira su mano y toma la mía para empezar a jugar con ella.
—Leía como el se enamoró, la perspectiva de el siempre es la más linda.
—¿Acaso un personaje literario me está robando a mí chica? —Pregunta y se levanta para sentarse de lado mientras se acomoda abriendo las piernas.
—No es solo uno, son un montón. —Sonrío y cierro el libro.
—A ver, dime, ¿Cómo te engatusó ese muchacho? Dime de qué trata tu libro. —El timbre suena indicando que tenemos que entrar a nuestros salones. —¿Sabes qué? Tengo una mejor idea, ¿Qué te parece si salimos mañana y me cuentas con todo y detalle?
—¿Estás loco, lo sabes? —Sonrío cuando me jala de la cintura apegandome a él.
—Es tu culpa. —Besa una y otra vez mis labios.
—¿Mi culpa? —Sonrío rodeando su cuello.
—Si, todo lo que soy o lo que creo ser desaparece cuando estás cerca, a tu lado soy un imbécil osito de peluche que necesita toda tu atención porque si no de seguro morirá, me vuelves malditamente loco. —Me besa nuevamente y se levanta. —Hay que irnos. —Extiende su mano sonriente y la tomo para levantarme.
—Ten un buen día. —Sonrío cuando su mano cubre mi cintura.
—Igual tú. —Sonríe y se acerca para besarme pero yo volteo la cara rápidamente.
—Pueden vernos. —Me deshago del agarre en mi cintura y me alejo un poco.
—Bésame bien. —Me jala de la cintura, envuelve mi nuca con su mano y une nuestros labios en un beso feroz, salvaje y necesitado. —A mí no me gustan esas cosas. —Chasquea la lengua, se aleja dejándo un pequeño beso en mis labios y se marcha sonriente dejándome cuadrada, mientras lo veo alejarse me quedo ahí parada con el corazón a mil y la cara ardiendo.
Imbécil.
—Niña, ¿Qué hace allí? —Pregunta la inspectora acercándose a mí. —Vaya a su salón, ¿Acaso no oyó el timbre?
—Lo siento. —Acelero mis pasos y me meto a mi salón cerrando la puerta detrás mi, Danna me sonríe al verme y yo camino en dirección a mi asiento.
—¿Qué pasa? —Sonríe al verme.
—Nada.
—Que raro, estás muy roja, ¿No tienes fiebre? —Murmura tocándome la frente.
—Lo dudo. —Trago saliva con dificultad y acto seguido guardo silencio cuando la maestra entra haciendo que nos levantemos para saludar.
♤~♤
—¿Estás bien? —Jake llega hasta mí llamando mi atención.
—¿Ah? —Pregunto al verlo frente a mí.
—¿Qué tienes? —Su cara es de confusión.
—Nada, solo leí el capítulo final del libro, y quedé destrozada, quiero llegar a mí casa, abrazar mi almohada y ponerme a llorar.
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Una Ilusión
Novela JuvenilLa opinión de Sam sobre el amor cambia cuando conoce al dueño de sus emociones cautivas, aquél que con una sola mirada era capaz de demoler todos los muros que ella levantaba para proteger su débil corazón, porque al fin y al cabo, para ella la idea...