Una Ilusión

Capítulo 18

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Sam.

Me quedo bajo la ducha en total silencio luego de haber llorado hasta quedarme sin agua en mi sistema, un escalofrío recorre mi espina dorsal y me remuevo en el piso. Me quito la ropa, tomo una toalla para cubrir mi cuerpo y salgo del baño. Seco mi cuerpo, me pongo un interior y un camisón para enseguida tirarme a la cama, abrazo mi peluche y las lágrimas vuelven a descender de mi. El dolor me oprime el pecho y lloro hasta quedarme dormida.

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—¿Me quieres?

—Te quiero.

—¿Y por qué me lastimas?

—Para que huyas de mi y no hacerte daño.

—Es tonto.

—Lo sé, pero no encuentro otra manera de protegerte.

—No quiero que me protejas, quiero que me quieras.

—Y lo hago, por eso quiero que nunca te vayas, quiero amarte cada día, quiero pedirte que me dejes ser tu novio de la forma más hermosa posible. Y cuando estemos grandes casarnos, tener niños por toda la casa llamándome papá. Y si todo esto funciona algún día nos reiremos y te pediré disculpas todos los días de mi vida por haberte lastimado, y lo haré amándote con la misma intensidad que tú.

—Eres un tonto. —Sonrío y lo abrazo mientras vemos aquel hermoso atardecer.

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Me levanto de golpe de la cama con la cara empapada y el dolor se apodera de mi pecho cuando caigo en la realidad. El no estaba. Y nunca estuvo, todo fue una mala jugada de mi mente.

Me hallo perdida mirando a la nada, el dolor es parte de mi corazón desde la primera vez que "rompimos" y aquél dolor me hace sentir vacía y desorientada.

Me levanto de la cama mientras arrastro los pies, el estómago me suena pero no tengo ganas de nada. Llego al baño y me miro al espejo. Estoy destrozada, ¿Esto es lo que hace el amor?. Estoy en pésimas condiciones, dejé de dormir, de comer, y me perdí mentalmente por él. ¿Amar vale la pena?. Estoy perdiéndome mientras intento buscar algún indicio de su parte que me diga que está dispuesto a todo por mi. Igual que yo lo estoy para él. Pero, aquí va la verdadera pregunta, ¿Es justo para mí?, ¿Es necesario tener que perderme para hacerle saber que si lo quiero?, ¿Le gusta verme sufrir así? Y la más importante, ¿Es justo que yo me pierda por ir tras alguien que no sé si siente lo mismo que yo?. Le di tanto amor que me quedé sin un poco para mi misma. Me había quedado con el corazón vacío.

Reclino mi cabeza y veo mis pies sin pensar en nada, tengo la mente vacía y el corazón apunto de estallar, estoy cansada.

Me lavo la cara y salgo del baño arrastrando mis pies.

—Mierda, siento que olvidé algo. —Veo la cocina e intento hacer memoria pero está en blanco, había olvidado algo importante,¿Pero qué?, sacudo mi cabeza y me hundo en el sofá mientras intento desaparecer del mundo.

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—¿Crees que estaremos juntos algún día?

—Claro que sí, pitufina, lo estaremos y cuando sea así seremos los más envidiados del mundo, y desde ese día te amaré por siempre.

—¿Y por qué no me quieres ahora?

—No sé hacerlo. ¿Dónde se aprende a querer?, querer no está en mi diccionario y nunca ha estado en mi vida. ¿Cómo quieres que te quiera si no lo sé hacer.

—Inténtalo.

—No, porque todo lo que toco termina sin nada y vacío, todo se desmorona y no sé como arreglarlo, todo se derrumba y siempre me llevo el amor que me dan para poder sanar un poco aquellas heridas que dejaron mi corazón roto en mí. Y no es tu culpa, eres demasiado buena para mí, tal vez no merezco ser amado.

—Sé que no soy muy inteligente, y no sé muchas cosas pero lo que si sé es que todos merecemos ser amados, y siempre llegará alguien que por más que la lastimes te amará con más intensidad por cada herida que dejes en ella.

—Pues no quiero que me ame si eso implica dejar heridas en ella.

—No puedes controlar los sentimientos de otra persona, y si ella quiere amarte por más que la lastimes no vas a poder hacer nada hasta que destroces todas sus ilusiones tu mismo y ella decide marcharse, porque no hay persona que haga que una mujer deje de amarlo si no es el mismo, tendrás que romper su corazón hasta hacerlo cenizas para que ella decida marcharse, porque así aman algunas personas.

—Solo no quiero lastimar a nadie.

—Hagamos como que hay una balanza, la quieres y no quieres que esté contigo a partes iguales, un solo gramo de arroz para alguno de ambos lados y pasará lo que hayas elegido. Siempre es tu decisión. Queda en ti si la amas lo la lastimas. Siempre elijes tu... Lastimar a la persona que amas siempre está a tu elección. Y lo que más le duele a esa persona no es como la lastimes, es que hayas elegido hacerlo.

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Me levanto de golpe al recordar aquella noche que pasamos juntos bajo la luna. Mi cara se encuentra húmeda por haber llorado, me levanto en busca de agua y el piso se me mueve haciéndome marear.

Me siento un rato y espero a que se me pase, a los minutos me levanto y busco el baño, me arreglo un poco el cabello y el rostro pero por más que lo haga no se me quita la cara de que me hayan arrebatado el corazón. Y lo que más dolía es que la persona a la cual amaba era la que más lo estrujaba hasta hacerlo sangrar.

Tomo dinero y emprendo camino a la tienda. Al llegar respiro hondo ya que mientras me acerco, los recuerdos de nosotros dos aquí llegan a mi mente de golpe junto a un huracán de dolor que ya conocía. Ese sentimiento ya era familiar.

—Buenos días. —Un intento de sonrisa escapa de mis labios al llegar. Observo al tiendero salir y sonreírme de manera deslumbrante.

—Te ves horrible. —Sonríe al verme.

—Vaya, que honesto.

—¿Te sientes bien?

—¿Eso importa? —Arrimo mi cadera junto a la caja registradora mientras el me observa en silencio.

—Claro que sí, siempre vas tu primero.

—Me quedé sin amor. Solo quiero que el me ame de la misma manera, es todo. —Juego con mis dedos mientras bajo la cabeza avergonzada.

—Tu salud mental y estabilidad emocional intacta siempre debe ser mayor a tus ganas de sentirte amada.

—Y lo sé, solo que no sé como sentirme al respecto, me siento vacía, el único sentimiento que hay en mi es la desilusión y esa me carcome el alma como si...

—Hola...