Capítulo 44.

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Adem

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Adem.
La observo aun creyendo que es un espejismo, jamás creí del todo que esto realmente pudiera llegar a funcionar, pero día a día ella se va convirtiendo en aquello que llegue a creer imposible.
Desconocida, Esposa. Dama de corte, Princesa, Fugitiva de la corona, Persona no grata, Madre del príncipe de la corona, Esposa nuevamente, aunque ese título en particular, desde esa primera vez que lo obtuvo jamás lo perdió, y finalmente Reina, este último fue el que más miedo me ha causado, no por ser ella, sino por lo que ella significa, muy a pesar de que ella huyó para evitar a toda costa la corona, hay cosas que son inevitables.
Ella no tiene mucho conocimiento sobre todo lo que se ha llegado a sacrificar por esa corona que hoy porta y la mía. Pero aún así, ella está comenzando a demostrar que está dispuesta a olvidar por un momento sus ideas de libertad, para defender la corona, por más que odie la idea de que alguien decida sobre ella, que espere algo más de ella o que sienta que todos esperan su palabra, de alguna forma ella lucha consigo mismo.

Me preocupa mucho que todo esto alguna vez termine por sobrepasarla y ella se desborde, porque por mas que ella fue quien decidió todo esto, y en parte fue su decisión, desde el inicio fue mi decisión.

La veo jugar con Thomas en el jardín, mientras yo termino de revisar documentos.
—Esto ya está listo, firma y puedes ir a dormir, llevas más de doce horas aquí entre papeles. —dice mi hermano sirviéndose otro café.

—Quiero tener todo listo, así finalmente mañana nos reuniremos finalmente con Leyla.

—No puedo creer que después de cuatro días recién podamos ir a verla, si hubiera estado en un hospital todo sería más sencillo. —alega Dorian.

—Dorian, ya hemos hablado demasiado esto, sabes que ella para recuperarse bien debe estar tranquila, lo has escuchado de sus doctores, incluso de Carlie, pero igual sigues en lo mismo.

—Es que sigo pensando que no tiene ningún sentido utilizar esa casa junto al lago para su recuperación, a ella ni siquiera le gusta ese lugar, cada verano que íbamos ella terminaba volviendo antes de tiempo, porque simplemente le aburría.

—Piénsalo así, ahora ella podrá salir por su propio pie, y para eso debe recuperarse, ¿que mejor impulso para su mejoría podría llegar a tener?

—O puede desanimarla mucho más.

—Mañana cuando la veamos, le prestaremos atención, para ver qué sucede.

Carlie ingresa con el pequeño príncipe en brazos.
—¿Ya terminaron con sus cosas aburridas? Adem toma a Bubú, quiere jugar a la pelota, pero me han llamado del hospital, que ya tienen todas las cosas para llevar mañana a Uriel, y debo pasar a su casa, por unas cosas y la sorpresa para Leyla.

—¿Finalmente me dirás que es esa sorpresa? —pregunto por al menos quinta vez, desde que a ella se le escapó mencionar que le llevaría un regalo a Leyla.

En los brazos del príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora