Capítulo 10

139 6 0
                                    

Clary

Pasaron dos semanas desde mi cumpleaños, y recién hoy, me he atrevido a buscar el regalo de mi tío que dejé escondido dentro del armario.

—Vaya, que cosa, es.... inhumano.

Jay y yo estamos en mi habitación. Frente a mi cama viendo…. eso.

—¿A qué te refieres? —pregunto pasmada mordiendo mi uña del dedo pulgar.

—Clary… ¿Quién en su sano juicio tendría un pene tan…grande? Está claro que quien inventó este vibrador estaba en una fantasía sexual de pura droga.

—Yo...no lo sé. Nunca he visto una.

—¡¿Tú qué?!

Su grito me asusta y salto en mi lugar.

—A ver, una cosa es que lea y otra distinta es que tenga frente a mí….

—Todavía eres…ya sabes…la florcita y....

—Sí, Jay, aún sigo siendo virgen.

—Es bueno empezar por un vibrador entonces.

—Mi tío Harry es un descarado—protesto.

—Ay, no, porque tú irradias inocencia—contesta con sorna.

Antes de que pudiera decir algo más, mi móvil suena.

Voy por él y el número en la pantalla llama mi atención. No por Alec en sí, siempre nos llamamos, es solo…la hora

—¿Quién es?

Sin hablar, le muestro el nombre. Él suelta una grande risa y se despide.

—Te dejo—me codea pícaro.

—Nos vemos mañana.

—Adiós.

Veo como cierra la puerta de mi habitación y quedo sola. Las manos me sudan por los nervios. Respiro profundo y atiendo.


Alec.

—Hola, buenas noches. Nos comunicamos del hospital…

Hospital. Me abstraigo de lo demás ante aquella espeluznante palabra.


—¿Qué? —repito volviendo al presente.


—Me ha pedido que te llamara a ti, ¿Puedes venir o debo comunicarme con alguien más?


—No, yo…yo puedo ir. Yo…iré.

No sé manejar, mis papás saben esto y me llenarán de preguntas. Jay se ha ido. Último recurso. Mi hermano.

Salgo de mi habitación y voy hacia la de Aiden. Golpeo dos veces e ingreso luego de que me diera permiso.

—¿Todo bien? —pregunta desde su cama. Acababa de hablar con alguien, lo sé porque antes de entrar, lo había oído, aunque no sé quién era la otra persona. Tal vez su novia.

—¿Me llevas a un lugar sin preguntarme el motivo?

Arquea una ceja.

—¿Legal?

—Hasta el momento—me encojo de hombros.

—Y deduzco que no quieres que papá y mamá se enteren, de lo contrario se lo pedirías a ellos.

—Pero que niño listo —sonrío saltando a su cama para sentarme —¿Entonces? —apoyo mi mentón en mis manos.

—Bien—refunfuña—¡Que empiece la aventura! —mueve sus manos con falsa emoción poniéndose de pie.

—¡Gracias! —salto hacia él abrazándolo—. Eres el mejor.

—Andando, hermanita.

Cuando pongo la ubicación en el GPS, luego de decirle a nuestros padres que debíamos buscar unos apuntes para el conservatorio que me dejé en la casa de Jay, mi hermano frena de golpe y yo cierro mis ojos con fuerza.

—¡¿QUÉ DEMONIOS QUIERES HACER AHÍ A ESTAS HORAS?!

—Primero, cálmate. Segundo, solo ve.

—No voy a dejarte ahí.

—¿Por qué piensas que te llamé?

—Carajo, Clary, ¿En qué demonios te metiste? —le pega un manotazo al volante.

—No lo sé —musito casi inaudible.








Clary ✅ (#3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora