Capítulo 15

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Clary

Estoy en mi cama. Recostada boca arriba con el móvil apoyado en mi abdomen. Miro el techo. Mi cabeza es un nido de preguntas.

Alec se fue poco después de que mamá tirara la bomba. Ninguno supo que decirse exactamente, así que nos limitamos a saludarnos desde lejos.

¿Lo llamo? ¿No lo llamo?

Mi celular comienza a vibrar, lo levanto y su nombre aparece en pantalla.

—Esto es raro, ¿sabes? —dice cuando acepto la video llamada. Con una mano lleva su cabello hacia atrás, en una acción en vano, ya que vuelve hacia adelante.

—¿Tú no sabías que era yo? —mi voz está lejos de manejarse como todo este último mes y medio que llevamos conociéndonos.

—Después de que te fuiste de mi casa, busqué a Lana, me dijo quién eras, pero yo…simplemente me negaba a creerlo. Y cuando fui hoy, tu casa, tus padres, fue como un balde de agua fría.

—¿Cambia algo entre nosotros? —y tengo miedo de la respuesta.

Estoy jodido, Clary, realmente jodido. No puedo sacarte de mi cabeza. No puedo no buscarte o hablarte. Estás en cada parte de mi cuerpo. Ya es muy tarde para que me pidas que me aleje. Pero tú, ¿Qué es lo que quieres?

—¿Realmente esto tiene que ser difícil? El mejor amigo de mi hermano. El traidor, el que rompió sus promesas.

—Clary…

—No sé muy bien por qué se pelearon. Pero su amistad no es lo único que arruinó con su partida.

Las lágrimas me hacen ver borroso.

—Que mi hermano no sea impedimento para esto. Me quieres como soy, Alec—sorbo mi nariz—. No has intentado cambiarme desde que nos conocimos. Has dicho que has manifestado alguien como yo, pues he hecho lo mismo contigo. Manifestar a alguien que me quiera con mis virtudes y defectos. Y tú lo haces—gimoteo.

—Hablamos mañana con más calma, ¿sí? tengo mucho que pensar.

Me trago el nudo en mi garganta. Me doy una idea de lo “mucho que pensar”

—Ya veo.

—No es por eso, simplemente…

—Adiós, Alec—cuelgo sin esperar ninguna respuesta.

♪♪♪♪♪♪

Salgo de la última clase. Jay me habla de que quiere probar algo nuevo, y como si nos comunicáramos telepáticamente, sé lo que está pensando, pero de todas formas dejo que lo diga.

—Un cuarteto.

—¿Un cuarteto? Ya nadie lo llama así.

—Mira, niña —se detiene poniéndose delante de mí —. No sé cómo se le dice en idioma lectora, pero en la vida real, para los demás, es ese.

—Que aburrido. Me gusta más como lo decimos nosotros —paso por su costado siguiendo mi camino.

—En fin, ella acepta sin problema y....

Freno de golpe, y él se choca conmigo.

—¿Pero y a ti que...? —calla cuando seguramente ve lo que mis ojos están viendo.

La novia de Marco coqueteando con Alec. Ahora entiendo, mi ex y ella son el uno para el otro.

—¿Quieres enfrentarla? —susurra mi amigo.

—No, quiero ver qué hace él.

Caminamos cautelosos para que no nos viera, y nos escondimos detrás de un enorme árbol, que la Miss dijo que deberá tener unos cuatrocientos años.

—¿Entonces?—ella espera una respuesta

—Mira—bufa—. Uno. Me parece demasiado estúpido coquetear con alguien cuando ya tienes pareja. Dos. Y aunque no lo tengas, no eres mi tipo. Y tres, en estos momentos no tengo ojos que para nadie más que una chica, ¿Y qué crees? Esa no eres tú.

Jay ahoga una risa y cubre su boca. El rubor en mis mejillas es notorio. Sé que soy yo.

<<Tal vez el ego lo tienes por arriba de lo normal>>

—¿Te refieres a Clary? Es un bicho raro, ¿a viste sus cicatrices? le falta belleza y sin duda...

No deja que acabe que Alec ya interrumpe hastiado. Se cruza de brazos y la enfrenta.

—Grábate algo, bonita—comienza con sorna—. La próxima vez que intentes insultarla, y yo esté presente, no la cuentas.

—¿A qué te refieres?

—Estuviste la noche en que enfrenté a su ex. Lo has escuchado todo, no lo repetiré. Ahora vete, no sigas perdiendo tu tiempo conmigo, nada me hará cambiar de opinión.

—Jódete—profiere ella.

—Clary—susurra Jay a mi lado —. Amo a ese chico, está aprobado para mí.

Lia se va, y cuando está en una distancia razonable, Jay y yo salimos de nuestro escondite.

—Clary—suena aliviado al verme.

—¿Qué haces aquí?

—Quería hablar contigo personalmente.

—Aquí estoy.

—Y yo no me iré. Así que o la besas y evitan peleas innecesarias, o te largas—lo señala con su dedo índice—. Y no vuelvas.

Sonrío apenas ante las palabras de mi mejor amigo.

—Bien—masculla Alec.

Lo siguiente que ocurre es que él me empuja a su cuerpo y me besa. Así, sin aviso previo, sin dudarlo.

Oh por Dios. Oh. Por. Dios.

De acuerdo, esto se está descontrolando. Y no me importa.

Una de sus manos va hasta detrás de mi nuca, y la otra a mi cintura pegándome aún más a él. Adentra su lengua hasta encontrar la mía.

No existe nada más que nosotros en este momento. El mundo desaparece a nuestro alrededor.

Cuando nos separamos, me doy cuenta de mi respiración irregular. De su sonrisa llena de deseo y orgullo.

—Vamos a intentarlo. Podemos joderlo, sí. Puede haber una barrera entre nosotros, y ponerlo a él como excusa. Pero no lo es. Daxen es tema aparte, Clary Afacan. No se trata de él, se trata de nosotros.

—Bien—acepto.

No perdemos nada con probar. Puede salir bien.
O ser un completo desastre.

Clary ✅ (#3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora