Clary
Lamentablemente, tengo la desdicha de volver a despertar.
El dolor en mi garganta después de tantos gritos y súplicas, me hace soltar una pequeña risa irónica, mi profesor de canto me regañaría por forzarla.
—¡Feliz año nuevo! —exclama entrando a la habitación. Cierro mis ojos.
¿He estado ocho días aquí?
—¡Abre tus malditos ojos!
Pero hago caso omiso. Tal vez, si él piensa que estoy muerta, me sacará de aquí, podría escapar. Así que no me muevo.
—Bien—refunfuña y lo escucho salir, pero ingresa nuevamente. Un frío llena mi cuerpo y abro mis ojos rápidamente.
Agua helada. Hielo. Quiero gritarle, pero no puedo hacerlo.
Tal vez es por todo el dolor de mis heridas abiertas.
Me jala del cabello y me levanta con facilidad. Me pega a la pared y siseo ante el golpe de mi espalda con eso.
—¿Ya no vas a luchar? —se burla.
«No soy fuerte»
—¿Tan rápido te das por vencida?
Me pregunta más cosas con aquel tono mordaz, porque sabe las respuestas a todas y cada unas.
—¿Qué diría tu familia si te viera así? Tan vulnerable y cobarde.
¿Qué diría tu familia si te viera así?
¿Qué diría tu familia si te viera así?
♪♪♪♪♪
Cuando abro mis ojos, me percato de que estoy sola, una vez más.
Veo el resto de mi cuerpo como puedo, mis muslos que parecen esqueletos. La debilidad. Seguramente un estado visual bastante desagradable.
Mis pechos que nunca han sido pequeños, pero tampoco enormes, ahora tienen estrías. He bajado de peso.
La mitad de mi cara me duele horrores, y por lo poco que puedo ver con mis ojos, sé que es producto de sus golpes.
Tengo la piel erizada ante el frío y mis labios resecos, ¿Hace cuánto no tomo algo?
La puerta está abierta. Rechino mis dientes y cierro mis ojos cuando veo una silueta medio borrosa.
No quiero ver.
No quiero estar consciente para lo que sea que pase.
—Me pregunto cómo se sentirá tu familia cuando te encuentre muerta dentro de una bolsa. O cortada en pedacitos.
Quiero vomitar.
Cuando percibo sus fuertes y grandes manos separando mis piernas, es que decido poner mi cuerpo en modo avión. Mis pensamientos y mi atención van hacia la voz de mis padres, su mensaje y la ilusión, la fé de que volveré con ellos. Y puede que lo haga, pero no será en una pieza.
El piso está frío. El techo se mueve. Adelante. Atrás. Mis muñecas son fuertemente sujetadas por sus asquerosas manos.
Escucho su respiración entrecortada en mi oído mientras entra y sale de mí. ¡Clic! Vuelvo a todos esos años dónde fui feliz.
No puedo.
Sus manos aprietan mis pechos.
<<Por favor, concéntrate. Olvídate de lo que está pasando. Piensa en algo bonito>>
Lo intento. Juro que lo intento.
Pero entonces, se deja caer arriba de mi cuerpo. Y sé lo que va a pasar, lo viví antes. Mientras él saldrá como si nada, yo no podré dormir recordando cada cosa que me hizo. Porque tarde que temprano, lo recuerdo.
El ruido del látex chocando con el suelo a mi lado, me revuelve el estómago.
El sonido del cierre de sus jean cerrándose. La risa tan repugnante que brota de su garganta.
Se aleja y quedo allí. Adolorida. Débil. Casi muerta.
Casi, porque no lo estoy.
Las pesadillas aparecen cuando duermes, por las noches, cuando vives una situación similar, o…dolorosa.
Los traumas no desaparecen con el tiempo, solo se hacen más llevaderos. Drenan un poco, pero no dejan de existir, no puede hacerlo algo que te dejó marcada. Un antes y un después en tu vida.
Antes de llegar a las manos correctas, pasé por lugares nada bonitos, menos para una niña de mi edad. Tal vez no recuerdo todo a lujo de detalle. Tal vez mi mente bloquea aquellos primeros años de vida porque sabe que son horribles. Bueno…espero que ahora haga exactamente lo mismo.
No es necesario retener a alguien por mucho tiempo para acabar con ella. Solo bastan un par de segundos para destruirla, ya sea física o mentalmente, con suerte tu muerte será rápida, pero tal vez tienes la desgracia de ser consumida segundo por segundo.
Mi cuerpo desnudo, haciendo espasmos, en busca de oxígeno. Mi piel abierta. Mis ojos se centran en el techo porque…no me puedo mover.
Imágenes de mis padres abrazándome. De Daxen llamándome “dulzura”, protegiéndome de la oscuridad, siendo mi héroe.
Jamás entendí que quería decir cuando me repetía una y otra vez que yo soy el héroe de mi propia historia.
Pues querido hermano, hoy lo sé.
Así que gracias.
Yo voy a escribir como quiero que sea mi final, si este lo es.
Quiero cerrar mis ojos recordando todo lo bonito que me sucedió en estos años desde que la familia Afacán apareció en mi vida, me aceptaron incluso con mis defectos, ¿Cuáles? Traumas.
Me adoptaron. Lucharon por mí hasta el último segundo. Y lo consiguieron, me convertí en su hija, aunque papá dijo que lo era desde que me vio aquella tarde, cuando tenía meses de nacida. Dijo que fue amor a primera vista, y él sabía muy bien de ese tipo de amor.
Cierro los ojos y sonrío. Me cuesta, duele la acción, pero quiero una puta sonrisa en mis labios, aunque sea lo último que haga.
En estos momentos necesito a papá, que me cuente una historia, que me diga que soy su favorita en secreto, que soy la luz de sus ojos.
No, también necesito a mamá. Turnándose con él por las noches cuando enfermaba. Cantándome bajito. Dándome amor.
Siempre supe que he sido la consentida de la familia, eso jamás fue novedad. Desde que traspasé esa puerta me dejaron claro que era querida, bien recibida, y deseada.
Esperaban de mí, ser la mejor. Mejores calificaciones. Mejor promedio. Mejor en canto. Mejor cuerpo (del cual jamás me sentí acomplejada)
Todos menos mi familia. Ellos simplemente me dejaron ser.
Papá me decía constantemente que está bien equivocarse, que es parte de la vida y que eso no me hace un fracaso.
Mamá me repetía que no siempre se puede ser fuerte, que está bien frenar a veces. Mi salud mental va antes que el deseo de cualquier otra persona.
Aiden me aconsejaba mandar todos a la mierda y ser libre.
Mikhail....bueno, él quería atropellar a todo aquel que me lastimara.
Y Daxen....
Hermanito, si hubiera sabido que ese habría sido nuestro último abrazo, me habría aferrado a ti con mucha más fuerza.
♪♪♪♪♪
Nos vamos acercando al final. No falta nada para el capítulo hiper bonito para mí.
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Clary ✅ (#3)
Non-Fiction«Supongo que el sufrimiento es parte de la vida, ¿no? Dicen que lo que no te mata, te hace más fuerte. Vaya que lo sé» © Todos los derechos reservados