Capítulo 30

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Clary

Puedo apostar lo que sea que jamás, jamás, he discutido con papá de esta manera, menos que menos frente a mis hermanos.

La furia que manejo es tanta, que no soy consciente de mis palabras hasta que las digo.

—No empieces—refunfuña Mikhail.

—¡Es fácil para ti decirlo! ¡Tú no eras tan apegado a Daxen como yo! —reprocho.

Miro a papá sin arrepentimiento.

—¿Quieren ir a Francia? Bien—aprieto mis dientes—. Buen viaje—me limito a decir dejándolos a todos sin habla.

Cuando salgo de la sala, diferencio los pasos de papá detrás.

—Clary, detente—ordena.

Yo acelero mis pasos y una vez en la segunda planta, me encierro en mi cuarto.

—¡Clary!

Lo he hecho enojar. Él no es alguien que suele perder la calma.

—¡Ya basta! —abre la puerta de mi habitación con ímpetu—¡No voy a permitir que trates así a tus hermanos, ni que me faltes el respeto a mí!

—¡No te falté al respeto! —lloro.

—¡No me grites! —escupe—. A mí me respetas—me señal con su dedo índice—. Que no se te olvide que soy tu padre.

—Mamá está aquí—informa Mikhail en la puerta de mi cuarto.

Papá no me quita los ojos de encima, yo tampoco.

—Tal vez—me acerco más a él desafiándolo—, si estuviera muerta, les ahorraría a todos tener que lidiar conmigo, ¿No es así? Al fin que soy la única aquí que no ha perdonado a uno de tus hijos.

—¡Clary! —vocea él.

Pero ya es tarde, paso por su costado y salgo de mi recámara.

Indignada, bajo las escaleras, de dos en dos.

—No lo hagas—pide Mikhail como súplica.

Mamá frunce el ceño sin entender lo que pasa.

—¿Por qué hacen tanto escándalo? —sigo con ira. Pero controlando mi voz. Miro los dos hombres al pie de la escalera. Aiden y papá observándome expectantes—. No es como si nunca se les hubiera escapado un hijo.

—¡Hija!

El grito de papá es lo último que escucho antes de cerrar la puerta abruptamente y dejar la casa atrás.

Clary ✅ (#3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora