24. TAEHYUNG

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Mientras Cora admiraba el lugar en el que pasaríamos todo el fin de semana. Me encargué de bajar su maleta y la mía con facilidad, ya que la pelinegra en verdad había acatado mi sugerencia de viajar ligero, ya qué, solo estaríamos aquí un par de días.

Dejé las maletas en el suelo después de entrar, cerrando la puerta a mis espaldas.

— Este lugar es verdaderamente hermoso — soltó al sentirme cerca, girando un poco el rostro para mirarme de soslayo.

Rodeé su cintura desde atrás, dejando un beso sobre su cuello adornado por el collar que le había regalado la última vez.

— Me alegra que te guste — confesé satisfecho de haber elegido la casa de verano adecuada.

Si bien, mi motivo principal de venir aquí eran los negocios. El hecho de tener a una preciosa chica en un ambiente agradable era el factor más importante para mí.

Había rentado una enorme casa de dos pisos, rodeada de paredes azules, muebles modernos y una gran piscina que sin duda utilizaríamos para fines muy satisfactorios.

Su móvil vibro dentro de su bolso, el cual de inmediato busco para mirar su contenido.

Me aparté un poco para darle un poco de privacidad, sin embargo, alcance a ver el nombre de su padre como remitente.

— ¿Todo bien? — inquiri después de verla escribir una corta respuesta para volver a guardar su móvil.

— Si... era mi papá, quería saber si estaba bien y decirme que estaría ocupado pero al tanto de su móvil por si llegaba a necesitar cualquier cosa.

Asentí sabiendo que no debía preguntar que era lo que Cora había inventado para venir conmigo. No obstante, tenía conocimiento de que SeokJin era un padre responsable pero que procuraba darle toda la libertad que su hija se merecía, ya que confiaba plenamente en ella.

— Subiré las maletas a la habitación — informe. — Puedes revisar el lugar de arriba abajo mientras tanto.

La femenina asintió con una sonrisa en los labios dando pasos seguros hacía la puerta corrediza de cristal que daba pasó a la zona de la piscina.

Sujeté las maletas, una en cada mano, dándome cuenta de que la mía pensaba más que la de ella.

— Si que te tomaste muy enserio lo de viajar ligero — añadí al dirigirme al primer escalón mientras evité que el cuerpo de Cora desapareciera por completo.

Asomó la cabeza desde su posición, y me miró con una sonrisa maliciosa.

— No era necesario que trajera muchas cosas conmigo, estoy segura que estaré la mayor parte del tiempo desnuda.

Me mordí la cara interna de la mejilla para evitar sonreír como un estúpido al escuchar sus palabras mientras negué levemente con la cabeza.

— Touche — respondí confirmando su teoría. A sabiendas de que tenía planeado follarla por cada rincón de este lugar.

 A sabiendas de que tenía planeado follarla por cada rincón de este lugar

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