No podía dejar de pensar en los labios de Taehyung. En la manera que nos habíamos besado, con tanta intensidad y una pasión desenfrenada.
Durante todos estos años en los que me había involucrado con chicos, ni uno solo me había hecho sentir tanto con un simple beso, al menos, no como lo logró él. No se si se debía a que lo deseaba desde que lo había visto por primera vez, pero esa era la verdad y yo moría de las ganas por volver a besarlo.
Mis mejillas se tiñeron de rojo una vez más, haciéndome sentir tan tonta por estar tan emocionada. Pero, ¿cómo no hacerlo cuando Kim Taehyung me había besado?
Tape mi rostro con una de mis almohadas, respirando hondo en lo que intentaba calmar mis emociones.
— Cora... — escuché la voz de mi padre llamándome después de abrir la puerta de mi habitación.
Descubrí mi rostro y lo miré con cuidado mordiendome la lengua.
— ¿Sí, papá?
Mi progenitor me miró por algunos instantes.
— ¿Te sientes bien? Tus mejillas están rojas — inquirió al darse cuenta de mi estado. Asentí y mi padre achicó los ojos no muy convencido. — Vengo a recordarte sobre tu asistencia a la fiesta que he organizado para Kim Taehyung — mis ojos se abrieron con impresión al recordar el evento tan importante.
No podía creer que lo había olvidado por completo, aún cuando mi papá me había contado los detalles días atrás. Entonces fue cuando recordé el motivo por el cual estaba tan distraída y no pude evitar sonrojarme una vez más.
— No te preocupes, papá — le di una respuesta al reaccionar. — Asistiré contigo — sabía que eso era lo que mi papá quería escuchar. Porqué desde que solo éramos él y yo, me había convertido en su apoyó en cualquier cosa que él hiciera, así como él en el mío.
Mi papá asintió sonriente para dejarme sola de nuevo. Me levanté de mi cama de inmediato y fue en buscá de lo que me pondría para está noche, porque sin duda tenía que impresionar a alguien muy especial y si se podía tal vez robarle uno que otro beso.
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Al llegar al evento, mi padre y yo saludamos a todas las personas importantes, comenzando charlas a las que ni siquiera les estaba prestando atención porque toda mi concentración estaba enfocada en encontrar a mi objetivo.
En cuanto mis ojos lo encontraron, miré a Kim Taehyung, vistiendo completamente de negro de una manera tan elegante que lograba ser el centro de atención para todos los presentes. Su cabello estaba bien peinado como siempre y se mostraba con seriedad, charlando con hombres importantes.
Entonces, vino a mi mente la imagen de él, de aquel día en el que fui a su casa y lo encontré en su faceta de relajación, donde podía comportarse con naturalidad.
Sus penetrantes ojos recayeron sobré mí, en el momento que sintió mi intensa mirada sobre él. Taehyung me repasó de arriba hacia abajo, y me fue imposible no sonrojarme.
