Desde que Taehyung, me había traído a casa. Tras haber estado juntos por algunas horas. No podía dejar de pensar en el gran paso que había logrado dar con él.
Mi plan por dejar atrás la formalidad con la que debíamos tratarnos, por fin había dado inicio y debía admitir que poder tratarlo como mi igual me creaba cierta emoción.
Ese hombre, mejor dicho, mi Adonis, me tenía embelesada por él. Con su sola presencia tan elegante y arrogante me hacía sentir tan atraída.
Además de que sus gestos tan lindos y amables hacía mi, dejaban mucho que pensar de él. Ya que siempre se había mostrado tan caballeroso y amable conmigo que estaba segura que si me pidiera hacer cualquier cosa por él, lo haría.
Suspiré como una estúpida al recordar lo relajado que se mostró conmigo durante la galería de arte. Se veía tan joven y lleno de sabiduría que era imposible no querer conocerlo más. Así qué esperaba que poder hacerlo en el futuro.
Mi móvil sonó sacándome de mis pensamientos, y en cuanto visualice el mensaje que mi padre me había escrito, no dude en abrirlo para leer lo que decía.
Su mensaje no decía mucho, tan solo me avisaba que llegaría en un par de horas a casa y que esperaba que todo lo relacionado con los documentos que me había confiado, hubiera salido bien, ya que era de suma importancia entregarlos a primera hora el día de mañana.
Le di una rápida respuesta afirmativa, para dejar mi celular sobre la mesita de noche y así poder ponerme mi pijama. Ya que al llegar a casa me había dado un buen baño frío para calmar mis emociones.
Sin embargo, cuando estaba por terminar de vestirme, algo hizo click en mi cabeza al recordar un pequeño detalle.
Semi desnuda, busque entré mis cosas aquellos documentos importantes que seguramente mi padre me pediría al llegar. Pero para mí mala suerte no estaban por ninguna parte.
Cerré los ojos haciendo memoria para recordar en donde los había dejado, y cuando logré hacerlo no pude evitar maldecirme.
— Mierda — escupí al cubrir mi rostro con ambas manos. Tenía que pensar en una solución rápidamente porque los papeles que había olvidado en el auto de Taehyung no aparecerían en mis manos por arte de magia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Toqué el timbre respirando hondo, me sentía realmente mal con el hecho de venir a molestar a Taehyung a estas horas de la noche, pero era esto o que mi padre me diera el sermón de mi vida.
La puerta se abrió minutos después, mostrando a un Taehyung muy diferente al que conocía.
Vestía un holgado pantalón beige con una camisa blanca con los tres primeros botones desabrochados, las mangas de su camisa estaban dobladas hasta los codos y su cabello estaba un tanto desordenado. Y a pesar de verlo así de relajado, se veía tan jodidamente guapo como cuando portaba sus elegantes trajes.
— Cora ¿qué haces aquí? — me preguntó casi al instante de verme, cumpliendo con nuestro trató de dejar de tratarme con formalidad.
Sus ojos se desviaron por todo mi cuerpo en un rápido vistazo, que me provocó un leve escalofrío.
Sinceramente no me había preocupado tanto por como me veía, tan solo había agarrado unos jeans, un top y una chaqueta para venir, y solo me había amarrado el cabello en un moño improvisado.
Reaccioné cuando una de sus oscuras cejas se elevó al darse cuenta de que yo no decía absolutamente nada.
— Mi intención no es molestarte a esta hora, solo que olvide los documentos en tu auto y los necesito — me excuse de inmediato.
Taehyung se relamio los labios frente a mí, para después asentir y hacerse a un lado para dejarme acceder.
Con nerviosismo lo hice, visualizando cada centímetro de su lujoso departamento.
— No debiste venir hasta aquí, yo mismo pude ir a entregárselos a tu padre por la mañana — dijo a mis espaldas, después de haber cerrado la puerta.
Me mordí los labios.
— Lamento si me presencia te ha causado conflicto, pero es necesario que yo personalmente se los entregué a mi padre — respondí.
— Descuida — me dijo. — Por favor toma asiento en lo que voy a buscarlos — hice lo que me pidió, sentándome en uno de los sillones de cuero café.
Mientras lo veía desaparecer, observé su departamento, la mayoría de la decoración era bastante rústica y sencilla, con una infinidad de cuadros de arte adornando las paredes.
A los pocos segundos, regreso entregándome los documentos en las manos.
— Muchas gracias — dije con una sonrisa. — Ya debo irme — tuve la intención de levantarme de mi lugar para irme a casa pero me detuvo.
— La cena está casi lista ¿por qué no te quedas a cenar? — su petición me sorprendió.
— No quiero molestarte más — dije.
— Ya te dije que no eres ninguna molestia, además me gustaría que aceptarás. Eso me haría sentir mejor al haberte hecho venir hasta aquí.
Lo miré a los ojos, sintiendo una ráfaga de electricidad recorrer por todo mi cuerpo. Este hombre si que sabía como ponerme nerviosa.
Medité su propuesta durante algunos segundos, no cualquiera tenía la oportunidad de cenar junto a un hombre como Kim Taehyung, además papá todavía tardaría en llegar.
— Por supuesto — acepte y vi como una sonrisa tiro se sus labios ante mi respuesta.
— Genial, he preparado Bulgogi ¿te gusta? — me preguntó.
— Es uno de mis favoritos — respondí con sinceridad.
Taehyung me guió hasta el inmenso comedor de cristal, pidiéndome permiso para quitarme la chaqueta y que así pudiera cenar mejor. Me mordí la lengua en momento que sus dedos rosaron la piel de mis hombros.
— Por favor... — me ofreció asiento, moviendo la silla para mí. Sin duda, Taehyung era todo un caballero.
— Déjame ayudarte — dije, ofreciéndome a ayudarlo pero él se negó.
— Eres mi invitada, así que déjame encargarme de todo — solo bastó con verlo a los ojos para aceptar.
Ese era el poder que Kim Taehyung tenía sobré mí.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mm solitos en el departamento del Sr. Kim.
¿Sucederá algo entre nuestros protagonistas? ¿O seguirán haciéndose del rogar?
No me siento muy contenta con el capítulo pero de algo a nada.