Tras deshacerme de su diminuta tanga, y subir su apretado vestido a la altura de su cintura. Tomé una de sus bonitas piernas para comenzar a dar pequeños besos en su tobillo, seguido de su pantorrilla, y hasta llegar a la cara interna de sus muslos.
Cora mantenía una clara sonrisa en los labios, cerrando los ojos de vez en cuando al sentir las cosquillas que mis labios ejercian en su piel.
Disfruté de su suavidad, besando, acariciando y pasando mi lengua por todas partes, hasta llegar a su jugoso coño húmedo.
Acerqué mi rostro a su intimidad y saqué la lengua para darle una profunda y larga lámida, desde el inicio hasta el final.
— Mm... — jadeó al instante, dejándome saber lo sensible que se encontraba.
Sonreí orgulloso y sin darle tiempo de reaccionar, gire su precioso cuerpo para dejarla de espaldas.
Pasé mis manos por sus brazos, bajando las pequeñas tiras de su vestido, mientras besaba su cuello.
No dejé de atender su cuello, y ella no dejo de jadear hasta que me deshice de la última prenda que cubría su anatomía, para dejarla completamente desnuda y a mí merced.
— No te muevas — dije con tono autoritario, el cual Cora pareció disfrutar.
Me alejé de la cama un par de pasos, para desnudarme por completo.
Mi acompañante giró levemente el rostro para mirar mis acciones con detenimiento, repasando mi cuerpo hasta que sus ojos se detuvieron sobre mi pene.
Sin pudor alguno, se mordió el labio con sensualidad. Mostrando su gran interés por tenerlo entre su boca y sus piernas. Aún así, permaneció quieta, obedeciendo mi órden como niña buena y eso sí que me puso muy duro.
Subí a la cama, dejando mi peso sobre mis rodillas, rosando su cuerpo con el mío.
Escabuyi mi mano por su cintura, acariciando su vientre sobre la joya de su piercing.
— Me vuelves loco... — musite contra la piel de su hombro.
Con mi mano libre sujeté su seno derecho, acariciando superficialmente.
— No te culpo... — respondió con burla al ahogar un jadeó.
Mis besos bajaron a su espalda y sentí como su cuerpo entero tembló.
Recupere mi postura inicial, rosando mi erección en su glúteo derecho.
Mi acción la incitó a querer tomar la iniciativa. Sin embargo, yo no sé lo iba a permitir.
Antes de dejarla hacer cualquier cosa, ejercí presión sobré su espalda, obligandola a recargar su cuerpo en el colchón.
— No olvides quién tiene el control — gruñi, mientras separaba sus piernas con mi rodilla.
Su bonito culo quedó elevado hacía mí, alimentando mi fascinación por su apariencia.
Lo acaricié con adoración a la vez que mi mano iba subiendo de la mitad de su espalda hasta su nunca, ejerciendo presión.
Aprovechando de que la tenía justo como quería, incline mi cuerpo a la altura de su vagina. Pegando mi rostro a su zona más sensible y apetecible.
Dejé un pequeño beso sobre sus labios exteriores, provocándole un leve espasmo.
Saqué la lengua y volví a dar una profunda lámida que la hizo contraerse de placer.
— Estás muy sensible, nena — solté antes de atacar su centro con mi lengua.
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INDECENT © KTH
Fanfiction➴ Kim Cora, era considerada una obra de arte para Taehyung, una, que él deseaba poseer. » Heterosexual » Contenido Explícito » Lenguaje Vulgar » Narrada en primera persona por ambos protagonistas © Portada realizada por @loveewinsall1 Historia de m...