⭑𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 39⭑

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POV PABLO:

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POV PABLO:

—Tranquilo Gavi.

—De tanto nervio vas a taladrar el suelo.

—Hace un mes que no la veo. ¿Cómo queréis que esté?

—Pues hubieses bajado tu.- dijo Sira con recelo. Creo que desde que no le conté lo de Amaya a Olivia me tenía un poco de asco.

Es verdad, no había ido a visitarla. Pero es que Luis no nos dejo ningún finde libre. Y los que habia tenía que ir con el Barça.

Llegamos ayer desde Madrid a Tenerife. Ya estábamos todos asentados en la casa de Pedri. Sus padres se habían quedado en Barcelona para darnos intimidad. Pero las palabras textuales de Rosy fueron que no quería ver como dejábamos la casa. Y hacia bien. Porque la habitación de Ansu, Balde y Eric ya olía a culo. Solo faltaba Olivia por llegar. Habíamos invitado también a Mikki y Frenkie y a Pablo Torre. Pero ellos ya habían llegado esta mañana.

Todos quería recogerla en el aeropuerto, pero solo habían dos coches en la casa de Pedri y ni de coña cogíamos todos. Por lo que fuimos los que menos molestamos. Es decir, Pedri, Sira, Mikki, Fer y yo.

Los demás son unos burros y fijo que nada más que llegue ya la atosigan. Y yo tenia la necesidad de verla.

—Ya salió del avión.- avisé yo, ya que me habia mandado un mensaje por privado.

—Eh, a mi no me dijo nada.- se quejó Pedri.

—Pedri, normal.

—Pero si es mi casa donde se va a quedar a dormir.

—Y yo seré el que no la va a dejar dormir, tendrá prioridades.- dije con doble sentido a los que todos se sorprendieron. Yo levanté los hombros. Es obvio. Llevamos un mes sin vernos.

—Oye. Yo no lo pillo.- dijo Pedri como niño pequeño.

—Ahí esta.- estaba preciosa con esas mallas cortas y la sudadera con la capucha puesta. Estaba escuchando música y fue hasta que no levantó la vista cuando nos vio. Se quito los cascos y vino a paso acelerado hacia nosotros.

Estuvo saludándolos a todos y yo necesitaba ya mi abrazo. Cuando me miro y me sonrió, yo casi me meo encima. Se le achinaron los ojos celestes y fue cuando se colgó de mi cuellos para abrazarme cuando pude oler su aroma floral. Al separarnos quedamos ara a cara. Y ella por vergüenza delante de la gente se iba a alejar. Pero yo no aparté las manos de su cintura. De hecho, apreté más el agarre para que mis labios tocasen su frente. Le di un tierno beso ahí, pero luego torcí la cabeza y le incliné para llegar a sus labios. Donde disfrutamos como nunca.

No había estado tanto tiempo sin un beso suyo. Y ahí me di cuenta que estaba jodido y como un yonki por ella.

Los aplausos de nuestros amigos nos hizo separarnos. Ella muerta de vergüenza y yo lleno en furia.

¿𝑁𝑂 𝑇𝐸  𝑆𝐴𝐵𝐸𝑆  𝐿𝐴𝑆  𝑇𝐴𝐵𝐿𝐴𝑆? pablo gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora