Episodio 7.

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... Vlad ...

Busque a Caín y al no encontrarlo comencé a desesperarme. El único lugar que me faltaba era la playa y el restaurante.

* * *

Al llegar a la playa pude ver pisadas en la arena, se que podrían ser de cualquiera, pero ahora no puedo perder ni dudar sobre nada, las seguí, y al final lo pude ver, pero no estaba solo, ¿Daniel? ¿Que hace aquí? ¿Por qué está con Caín?

-¡Caín!-le llame mientras caminada hasta ellos, pude notar la mirada curiosa de aquel alfa.-te estuve buscando. Regresemos al hotel.-intenté tocarlo pero retrocedió.

Lo admitiré, aquello dolió.

Caín me miro de soslayo, después bajo la mirada evitando nuestro contacto.-Vlad, quiero pasar el día con Daniel.-

-¿Por qué?-lo mire buscando respuesta, más sin embargo sólo se limitó a observar la arena.

Estaba por hablar pero el idiota de cabellos rubios habló antes.-descuida, más tarde. Yo lo llevaré a la habitación en la que se está quedando.-

Antes de protestar los dejé irse, Caín ni siquiera volteó a mirarme.

* * *

... Caín ...

Admito que me da vergüenza ver a mi hermano pero, ¿Cómo mirarlo después de algo tan indebido como lo de anoche?

-¿te sientes mal?-curioso levanté la mirada.-no has comido nada.-

Observé mi plato y comencé a comer más por deber que por querer.-solo estaba pensaba en algo.-

-bien. Al terminar de desayunar te llevaré a la plaza, es hermosa.-

La verdad no quiero ir, pero creo que necesito aclarar mis ideas.

* * *

Visítamos varias tiendas, no compramos nada, solo mirábamos. Daniel era atento y amable. Pero el pecho me dolía desde la mañana, y se muy bien el porque.

-la noche está llegando.-

-si.-¿Que estará haciendo Vlad?

-Caín quiero hablar contigo.-su mano sujeto la mía con suavidad. Lo mire con intriga.-desde que te conocí en la clínica de apoyo me gustaste. Me gustas por la forma en la ríes, me gusta verte feliz y yo quiero... Bueno, me gustaría que te convirtieran en mi pareja.-

Vaya, ya entiendo porque me duele el pecho, creo que algo en mi interior ya sospechaba esto. Algo dentro me decía que no estaba bien aceptar todo esto.

Sonreí. Me acerqué y lo abracé.

* * *

... Vlad ...

Terminé de bañarme y me coloque la ropa interior junto al deportivo gris que uso para dormir. Apagué la televisión y puse música en mi celular, traté de pensar en muchas cosas, el trabajo que tendría acumulado al llegar, las juntas que tendría que hacer después.

Pero, al final siempre aparecía Caín. Seguramente esta feliz y contento con el idiota ese.

Cómo si lo hubiera invocado, la puerta se abrió, mi pecho se aceleró pero mi cuerpo no se atrevió a reaccionar.

-hola. ¿Qué haces?-

-nada, terminaba de bañarme.-me puse de pie y tome la camiseta que usaría, no deseaba poner incómodo a mi hermano.

Antes de poder salir, su mano me sujeto del brazo.-espera, ¿podemos hablar?-

-¿Sobre que tema?-

-lo de anoche.-

Incómodo suspiré.-escucha, lamento lo que pasó. Al verte en celo y ver tu insistencia no me contuve, el alfa de mi interior ganó.-

-no quiero que pidas perdón.-sin siquiera esperarlo, se abalanzó a mi y sus labios se pegaron a los míos. Sus brazos rodeaban mi cuello y sin poder resistir tome su pequeña cintura y lo pegue un poco más a mí.

Sus labios eran igual de suaves o más que ayer, eran delgados y adictivos. De seguir así perderé el control.

Se alejó un poco y escondió su rostro en mi pecho.-¿Caín?-

-me dolió ver que no hiciste nada para impedir que me fuera con Daniel.-

-¿que querías que hiciera?-lo alejé un poco y observé aquellos ojos violetas que tanto amaba.-"él sería mi apoyo y mi razón de seguir. Lo apoyaría en cada decisión que tomase. La vida de mi Omega valdría lo mismo que la mía."-recitando unas de las palabras que antes dije, le acaricié los labios observando sus mejillas enrojecer.

-tienes un punto. Pero jamás dijiste nada de los celos, cuando tengas celos quiero que actúes, que te molestes y me lo hagas saber. ¡Maldición! Realmente quería que me llevarás contigo, quiero a Daniel pero a quien amo es... es a tí.-

No pude esconder ni enorme sonrisa ante sus dulces palabras, tome sus manos y las bese suavemente.-¿quieres ser mi omega?-

-¿Qué?-

-me gustaría que fueras mi omega. ¿Aceptas?-

-pero, Vlad, somos hermanos.-

Sin poder evitarlo, solté una pequeña risa. -¿hermanos? Caín, anoche te hice el amor. Puede que tu juicio no haya sido el mejor pero te toque como a nadie, eso no fue sexo o una noche errónea, realmente te amo.-

-¿Qué dirán nuestros padres?-

-no te preocupes, algo se nos ocurrirá. Además somos "hermanos", no será extraño ni sospechoso si salimos, si te abrazo, si viajamos, si dormimos en la misma cama.-

-en eso tienes razón.-sus pequeñas manos me sujetaron del rostro.-acepto ser tu Omega Vlad Kumari.-y entonces, su encantadora sonrisa me cautivó una vez más.

Sujete sus manos y le bese el dorso.-vamos a cenar.-

* * *

... Caín ...

Al llegar al restaurante cenamos una comida deliciosa, de postre comí fresas con crema y Vlad solo pidió un café con leche.

Al salir del restaurante, su mano sujeto la mía, no pude evitar sonrojarme, pero aún así apreté su mano con suavidad.

-no quiero ir al hotel.-admití mientras caminábamos por la plaza.-vayamos a la playa.-

-por supuesto, lo que tú quieras es lo que haremos.-

* * *

La arena parecía brillar con la luna llena y las olas que golpeaban la costa. Me acerqué a la orilla y dejé que la marea tocará mis pies.

¿Hace cuánto que no siento está tranquilidad?

-¿Estás bien?-

Abrí los ojos y lo mire sonriendo.-mejor que nunca. Oye, no quiero tenerte secretos, así que te lo diré, Daniel se me declaró.-

-¿qué?-preguntó mirándome, pude notar su molestia en su voz.

Para poderlo tranquilizar, sujeté su mano entre las mías y comencé a jugar con sus dedos. -Daniel se me declaró antes de volver al hotel. Le dije que apreciaba sus sentimientos, pero que no le podía corresponder.-

-hablando de eso, ¿él que hacía aquí?-

-le dije que vendría contigo de vacaciones, y resulta que tenía un trabajo pendiente por aquí cerca.-

En su rostro pude notar su molestia, sonreí enternecido y bese su mejilla.-ahora si regresemos al hotel, quiero dormir.-

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Mi hermano, mi Omega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora