Episodio 10.

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Después de su "romántica" cita, Leonardo acompaño a Liam a la cafetería, todo ya estaba limpió, solo estaban esperando a la llegada de su jefe, quien al llegar, dió el permiso de que todos podían irse.

-¿Podré llevarte a casa?-preguntó el alfa peliazul recargandose en la barra principal.

-otro día podría ser. Mi coche está en el estacionamiento, no lo puedo dejar aquí.-

-bien. Entonces me voy. ¿Estarás bien?-

-claro que si, no te preocupes. En todo este tiempo no ha pasado nada, además, la avenida sigue transitada.-

-bien.-se acercó al Omega y le beso la mejilla con dulzura.-descansa, nos vemos mañana.-

-cuídate.-el alfa se marchó dejando solo a aquel omega.

Liam revisó la nota que su empleado en turno le había dejado, era una sobre gastos que debían realizarse al día siguiente.

La campanita que sonaba cuando la puerta era abierta sonó, Liam no levantó la mirada, seguía leyendo y haciendo cuentas mentales de cuánto debía gastar.

-lo lamento, no hay servicio, ya está cerrado.-

-no vine a comprar.-aquella gruesa voz le removió el estómago, rápidamente levantó la mirada encontrando frente a él a aquel alfa peligris con el que alguna vez había compartido su vida.

Agachó la mirada y fingió hacer notas en su libreta.-entonces vete, no tienes nada que hacer aquí.-

Karl sonrió tristemente, se acercó al mostrador y dejó una bolsa negra con franjas plateadas frente al Omega.

-feliz cumpleaños.-Liam le miró dudoso, con esa misma actitud abrió la bolsa, sacando de esta una caja de tamaño medio con un moño rojo, al ver que eran sus chocolates favoritos miró al alfa con asombro.-recuerdo que eran tus chocolates favoritos.-

-¿Dónde los conseguiste? Los he buscado en casi todas las tiendas de esta ciudad.-

-se los pedí a mi primo que vive en México me los mando en cuanto le dije que eran para tí.- Liam no evitó formar una sonrisa en cuanto los buenos recuerdos invadieron su cabeza.

Pero también volvieron las peleas y el sentimiento de culpa que hace tiempo el alfa le había hecho sentir.-gracias por los chocolates. ¿Puedes irte? Necesito contar el dinero y sacar las cuentas de los gastos de mañana.-

-¿Puedo esperarte?-

-¿Ya se le terminó su turno al beta con el que estabas aquí hace rato?-

-Liam yo...-

-Karl, por favor. Te suplicó que no vengas a confundirme, me costó mucho superar lo nuestro.-

-¿Superar? ¿En serio?-ladeó una sonrisa y se acercó con lentitud a aquel Omega, quién no se movió ni mucho menos se alejo.-se que aún logro romper con tu tranquilidad, puedo ver qué aún tengo algún efecto sobre tí.-

La mano de aquel alfa acarició el rostro de Liam, aquel tacto le herizo la piel, hace mucho había amado esas manos que lo acariciaban con amor, con dulzura.

Nervioso alejo aquella mano de su piel.-no estoy dispuesto a ser un juguete. Se perfectamente que te la pasas jugando con omegas y betas.-

-no negaré que me acosté con algunas personas.-de nueva cuenta se acercó, está vez le acaricio el cuello con su nariz, llevando a sus pulmones aquel aroma a duraznos con el que una vez amaneció. -pero créeme cuando te digo que no he podido olvidarte.-

Sus miradas conectaron, sin perder más tiempo, y antes de que el Omega lo alejara, el alfa lo sujeto de la nuca y comenzó a besarlo con ternura, Liam se sorprendió, quería alejarlo y golpearlo, pero también había algo que no quería alejarse de aquel alfa, sin pensarlo demasiado se dejó llevar, no se iba a engañar, había tenido un par de relaciones antes, pero nadie podía igualar ni superar a aquel alfa que ahora lo estaba besando, no con deseo, sino con dulzura.

Entre el beso, el omega sintió como una mano se colaba por su camiseta.-no, espera.-se separó rápidamente y aparto aquella mano de su cuerpo.-oye, las cortinas siguen levantadas.-

-no me interesan las cortinas, quiero que todos sepan a quien le perteneces.- nuevamente atacó el cuello del omega, le encantaba aquel dulce aroma que emanaba de su piel.

-Karl, no soy un objeto.-

El mayor levantó la mirada, lo beso rápidamente y con suavidad entrelazó sus dedos entre su cabello.-se que no. Pero aún así eres mío.-

-¿Siempre fuiste así, no? Pretendiendo que las personas somos objetos. Solo estamos a tú lado para adornarte y adorarte.-

El alfa negó y le acarició la mejilla.-te pido una disculpa, me exprese mal. ¿Puedo invitarte a cenar? Te esperaré sin problemas.-

-no lo creo, debo irme a casa, ir contigo sería como darte entrada. Además, se con exactitud lo que quieres.-el Omega rodeo al alfa para poder alejarse, pero Karl lo sujeto suavemente del brazo.

-¿Cuándo te traté como a los otros? Sabes perfectamente que eres la única persona que he amado.-

-eso era antes, el tiempo paso y nosotros cambiamos.-Liam se mordió el labio inferior en cuanto los recuerdos llegaron a su cabeza, no quería llorar frente a aquel alfa.-me demostraste que cambiaste cuando Caín fue... Agr. Pasa el tiempo pero no puedo olvidar tus palabras.-

El mayor sintió una opresión en su pecho. Acercó al Omega hacía sí y lo envolvió entre sus brazos.-me equivoqué, ahora lo sé.-

-pero sigue doliendo.-

-me gustaría cambiar el pasado.-le beso la frente y lo miro directamente a los ojos. -por ahora no te voy a presionar, pero ten en cuenta que regresaré a la jugada, intentaré conquistar a este corazón que se aún me ama.-

Liam no pudo evitar sonreír.-idiota.-

-mañana vendré por tí.-habló ignorando por completo el insulto del Omega.-quiero hablar contigo como se debe. Si dices que no ten por seguro que te llevaré conmigo aunque tenga que cargar con tu trasero por toda la ciudad.-

-eso sería vergonzoso.-era un ambiente lindo, por algunos segundos el pasado se había borrado dando paso al bello sentimiento que una vez habían compartido.

-entonces me voy, mañana vendré a recogerte, no traigas el coche.-Liam negó divertido. -¿Estarás bien tú solo?-

-descuida, nada me pasará.-

-confío en tí.-el alfa pensó en si besarlo era correcto, pues no deseaba presionarlo o incomodarlo, así que solo le beso la frente.-hasta mañana.-

-descansa.-

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Mi hermano, mi Omega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora