Episodio 9.

547 40 0
                                    

Después de aquella salida con su amigo, el alfa se dirigió al supermercado para poder comprar el helado de vainilla que Caín le había pedido.

Al finalizar, condujo hasta el departamento y subió por el elevador, tocó el timbre y no paso mucho para que aquel dulce omega abrieran la puerta.

-¿Por qué tocas si traes llave?-

-costumbre. Ten.-le entregó la bolsa de plástico que contenía el bote de helado.

-¡Genial!-le indicó al alfa que entrara y así lo hizo, ambos llegaron al comedor y Vlad observó aquella mesa bien acomodada.

-preparé la cena.-habló al ver cómo el alfa miraba todo con atención.

-¿Te ayudo en algo?-

-no. Ya está todo listo.-

Ambos se dirigieron a la cocina, Caín guardo el helado en la nevera mientras que Vlad se acercaba a la estufa y a su nariz llegaba un aroma delicioso.

-huele bien.-Cain paso a su lado, pero Vlad lo sujeto de la cadera, provocando una risa en el Omega.-no me saludaste.-

Caín se dió la vuelta aún entre los brazos del alfa, se estiró un poco para poder alcanzar los labios de su hermano, a quien le rodeo del cuello con ternura.-hola. Bienvenido.-

Ambos se dirigieron a la mesa y se sentaron uno al lado del otro.-Caín, quiero hablar contigo.-

-claro, te escucho.-

-mi amigo te quiere conocer.-

-¿A mí?- cuestionó el Omega incrédulo.

-si. Le platique de lo nuestro y pidió conocerte.- un escalofrío recorrió el cuerpo del Omega, con el ceño fruncido miro a su hermano.

-¿Cómo se te ocurre? ¿Pensaste en lo que dirá sobre nosotros?-

-tranquilizate, todo estará bien, él no es una mala persona.-Vlad noto de inmediato como la actitud de su hermano había cambiado tan drásticamente. Le tomo de la mano y la llevo a sus labios para besarla, acto que logro relajar al castaño.-descuida. Si no quieres está bien, no te voy a obligar.-

Caín lo pensó, entonces recordó que ese amigo era el único amigo verdadero que su hermano tenía.

Agachó la cabeza y evitó mirar a su hermano.-la próxima semana. Puedes traerlo el sábado o domingo.-

El alfa sonrió ampliamente.-prometo que todo estará bien.-

* * *

Liam estaba platicando con uno de sus trabajadores, todos sus empleados eran fieles y tenían una muy buena relación con su jefe.

Las puertas del establecimiento siempre estaban abiertas, por lo tanto los clientes entraban y salían sin necesidad de hacer que una campana sonará.

El Omega seguía platicando, pero de un momento a otro comenzó a sentir una intensa mirada en su persona, una que extrañamente era familiar y lograba herizarle los bellos del cuerpo, solamente una persona había logrado causar ese sentimiento, solamente su ex esposo.

Con nervios ocultos, se dió la vuelta observando las mesas, en una no muy lejos lo pudo ver, ahí estaba su ex esposo, acompañado por un beta que tenía pinta de ser interesado.

Sus miradas se cruzaron, provocando un sentimiento inquietó en el Omega, y un nerviosismo enorme en el alfa.

Karl, aún después de tanto tiempo separados, no lograba olvidar a su amado esposo, trataba de llenar ese vacío acostándose con diferentes betas, pero nadie igualaba a su ex esposo.

Mi hermano, mi Omega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora