Episodio 14.

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Sus labios se separaron, el Omega cerro los ojos y el alfa sonrió encantado. Envolvió ese pequeño cuerpo entre sus brazos, pues realmente extrañaba a ese Omega.

-perdoname. Te hice daño. Te abandone cuando más necesitabas mi ayuda.-

Liam soltó un pequeño suspiro.-no importa. Creo que aprendí a vivir con ello.-

Escuchar aquello logro hacer que el pecho del alfa doliera, jamás podría perdonarse haber lastimado a ese bello omega.

Lo separó un poco, beso sus labios y seguido beso su frente.-es tarde, te llevaré a casa.-

-de acuerdo.-

***

Cuando Karl llegó a casa, fue fulminado con la mirada por Vlad, quién estaba en la sala con varias pilas de hojas a su alrededor.

Vlad quería gritarle y decirle que aunque ya no fuera dueño, debía firmar documentos y ponerlo al tanto de contratos que aún no estaban bajo su poder.

Más sin embargo, Karl se acercó y comenzó a checar y firmar documentos, además de hablar con Vlad sobre ciertos contratos y lazos con empresas que pronto serían asociadas.

-¿En verdad quieres esto?-preguntó su padre de un momento a otro, confundiendo un poco a su hijo mayor.

-¿Esto?-

-ser dueño de la empresa.-

Vlad se quedó callado, su padre jamás lo había cuestionado sobre si realmente estaba seguro de heredar la empresa.

-¿A qué viene este interés repentino?-

-solo quiero saber.-

-bueno, tampoco es como si tuviera tantas opciones, digamos que crecí con el típico padre que anhela que su hijo tome su lugar algún día.-

Al escuchar aquellas palabras, el padre alfa solo se limito a bajar la mirada, lo cual incómodo al joven, haciéndolo sentir extrañó, pues su padre jamás cedía ante una pelea.

Vlad paso saliva y fingió analizar los papeles.

-ademas, crecí rodeado de este ambiente empresarial... No sabría hacer otra cosa.-

Sin poder evitarlo, Karl soltó una suave y pequeña risa, risa que desconcertó al joven.

-si de eso se trata, siempre puedes aprender cosas nuevas. Si la empresa cae en quiebra sabré entonces que esto no es lo tuyo.-

***

Iker esperaba paciente en aquel aeropuerto, sus manos estaban ocultas en los bolsillos de aquel hermoso abrigo color celeste.

El frío y la nieve finalmente se adueñaban de la ciudad, las fechas finales del año recién comenzaban.

-¿Que haces aquí?-el Omega albino levanto la mirada, aquel alfa de cabellos azules se acercaba curioso.

-quiero verte subiendo a ese avión. Te golpearé si es que decides cambiar de opinión.-

-eso no pasará.-

-bueno, me alegra saber que cambiaste de opinión respecto a la gira. Cuando me mandaste el mensaje de que retomarias tu carrera  pensé que era una broma.-

-bueno, un niño me hizo cambiar de opinión.- acercó su mano y revolvió suavemente los cabellos blancos del menor.-tenias razón al decir que no puedo perder mis oportunidades por algo que no se si será para mí.-

-me alegra que lo hayas entendido.-sujeto la mano ajena y la alejo.-encontraras a alguien que sepa caminar a tu lado.-

-tal vez tome en cuenta el amor que cierta persona me declaro a los ocho años.-le guiñó un ojo, acto que logro pintarle las mejillas.

-en ese entonces no sabía que serías tan estupido.-el peliazul soltó una carcajada.

Años atrás, cuando aquel peliazul era amigo del difunto hermano del Omega, Iker se le había declarado de una manera tan hermosa e inocente, que hasta la fecha no podía olvidar.

Las bocinas del aeropuerto anunciaron el vuelo que debía tomar aquel alfa.-ese es tu vuelo.-

-si.-sin poder retenerse, al alfa abrazo con cariño a aquel Omega que había visto crecer. -gracias por estar aquí.-al separarse, se quitó la bufanda que adornaba su cuello, únicamente para colocarla en el cuello del omega.-la quiero de vuelta cuando regrese.-

Iker vio como aquel alfa se perdía en los pasillos, se dio media vuelta y comenzó a alejarse, hasta que su celular le notifico que un mensaje había llegado.

Leo; Lo que dije era cierto, si
deseas esperarme. Quiero
aprender a caminar contigo a
mi lado.

No pudo evitar sonreír.

Te esperaré si dejas de ser
tan idiota.

* * *

Relativamente habían pasado días sin verse, solamente mensajes y una que otra llamada.

Caín mordía nervioso el lápiz con el que debía contestar los exámenes, recordaba que Vald le había enseñado a resolver aquellas fórmulas, pero ahora no recordaba nada.

***

Cuando el timbre sonó todos los alumnos salieron de los salones. La mayoría de estudiantes ya estaban afuera del plantel, incluyendo a Caín junto a algunos compañeros.

Platicaban animadamente de lo que podría hacer cuando las vacaciones de invierno finalmente llegarán, tenían de opciones ir a una de las montañas más turisticas en las fechas de invierno, o viajar al lado sur del país y visitar algún balneario.

Pero sus planes fueron interrumpidos cuando un auto último modelo color blanco se estacionó frente al colegio.

Todos miraron fascinados a aquel alfa pelinegro que bajaba de dicho coche. En cambio Caín lo miraba con alegría.

Vlad se acercó con una enorme sonrisa, la cual era dirigida a su hermanito.-¿Nos vamos?-


-¿Terminaste de trabajar?-

-hablemos de eso en casa.-

La chica castaña, que antes había conocido, se puso a un lado de ellos y miro con entusiasmo a Caín.-¿Podemos ir a tu casa? Para platicar sobre las vacaciones de invierno.-

Ambos hermanos se miraron.

Caín negó, sujeto la mano de su hermano y comenzó a alejarse.-sera otro día.-

Ambos subieron al coche, mismo que Vlad arranco con una enorme sonrisa.

-¿Terminaste de revisar documentos?-preguntó Caín mientras se alejaban del colegio.

-tomo algo de tiempo pero si. ¿Me extrañaste?-

-un poco.-

Vlad detuvo el coche, miro a Caín y se acercó mientras le acariciaba el rostro.-yo te extrañe demasiado.-

Sus labios se unieron en un beso lento y suave, Caín sonrió gustoso, eran hermanos pero su cariño y amor no era de familiares.

Al separarse, Vlad sonrió y de nuevo encendió el coche.-¿Quieres ir a comer algo?-

-claro. Lo que gustes está bien.-

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Mi hermano, mi Omega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora