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Jungkook se alejó de él y miró el reloj que había colgado en la pared junto al televisor. Frunció el ceño, se iba a levantar para ir a abrir la puerta pero Taehyung salió de su cuarto con el cabello mojado y una toalla alrededor del cuello. Vestía una camiseta blanca, un Jean negro e iba descalzo. Se acercó a la puerta con una mueca de disgusto dibujada en su rostro.

Eran las Diez de la mañana, quien en su sano juicio tocaba la puerta tan temprano. Él no era persona sino hasta después de la una de la tarde.

Jimin y Jungkook se quedaron viendo con atención por un rato, antes de irse a la habitación de Jimin.

Taehyung abrió la puerta y se encontró con un hombre más alto que él, de pelo castaño oscuro bien peinado hacia arriba y ojos negros que estaban siendo protegidas por sus largas pestañas, la sombra de una barba de pocos días se dejaba ver en su rostro. Vestía una camisa celeste larga arremangada hasta los codos y un pantalón negro de vestir, con unos zapatos negros completando el atuendo.

El hombre frente a él frunció el ceño y lo miró confundido. Taehyung esperó a que hablara pero él se quedó callado viéndolo fijamente con una mueca de confusión.

—¿Detective Kwon? ¿Qué hace aquí?¿sucedió algo malo? —preguntó Taehyung mientras se apoyaba contra el marco de la muerta.

—Lo siento, Tae. Pensé que este era el apartamento de Jeon Jungkook. Su padre me dijo que lo encontraría aquí. Lamento las molestias. Nos vemos luego, Taehyung —caminó hacia el ascensor del edificio.

—¡Detective, espere! —Taehyung salió detrás de él y lo detuvo por el brazo— no se equivocó de lugar.

—No entiendo.

—Este es mi apartamento, pero Jungkook se quedó a dormir ayer —se adentra de nuevo al apartamento y abrió más la puerta, invitándolo a pasar— Venga, si quiere puedo ofrecerle un café o un té mientras usted espera a Jungkook. Él todavía no se ha organizado para la universidad.

—Oh, ¿a qué horas tienen clase? Porque si es pronto puedo volver luego, yo no tengo problema.

—No se preocupe. No tenemos clase hasta las dos de la tarde —Taehyung lo dejó pasar y cerró la puerta tras él— ¡Jeon, te buscan! —escuchó un golpe seco, luego muchas cosas cayéndose, dando paso a un pequeño gemido de dolor de parte del pelinegro. Se volvió hacia él Detective— Ya viene.

Pasó una mano por su pelo mojado, sacudiendo el agua que en él yacía. Caminó hasta la cocina y se detuvo en el rellano de la puerta para girarse hacia él. El detective se encontraba observando todo el lugar con detenimiento, se acercó a una de los mesones y observó las fotografías sobre el mismo.

—Casi lo olvidaba, ¿Qué quiere de beber? ¿Café? ¿Té? ¿Agua? ¿Nada? —El castaño se viró hacia él y le dedicó una gran sonrisa.

—Agua está bien, gracias.

Taehyung entró a la cocina y sirvió un poco de agua con hielo en un vaso que sacó de la alacena. Salió de nuevo con el vaso en la mano y fue a entregárselo al detective. El hombre tenía una de las fotografías en sus manos, la dejó en su lugar una vez se percató de la presencia del menor.

—¿Quién es ella? —Señaló la fotografía que anteriormente tenía en sus manos— Nunca la había visto antes.

Taehyung miró la foto, en ella se encontraba una mujer de cabello rubio y unos hermosos ojos azules sentada en una cama de hospital, en sus brazos traía un bebé envuelto en una pequeña cobija de color celeste. La mujer tenía una gran sonrisa, mientras observaba al bebé en sus manos. La persona que capturó el momento, expresó la belleza y el amor de una madre hacia su hijo recién nacido.

—Ella... ella es mi madre biológica —dijo sin apartar la mirada de la imagen. El detective lo miró, pero él no le devolvió la mirada— esa fotografía junto con un dije de una estrella es lo único que tengo de ella.

—¿Y qué pasó con ella?

Adam se encogió de hombros.

— No lo se, mis padres no me han hablado de ella. Solo sé que mis padres me adoptaron cuando tenía un año, desde entonces estoy con ellos.

—¿Entonces no sabes nada más de ella? ¿Ni su nombre, ni nada? —preguntó perplejo. Adam negó.

—Creo que su nombre empezaba con A, pero no estoy seguro.

—Pero es tu madre, ¿tan irrelevante es ella para ti? —el detective habló de tal forma que su acento Francés resaltara en las últimas palabras.

—¿Por qué me importaría alguien que me abandonó cuando era niño?

El hombre frente a él frunció el ceño y lo miró fijamente.

—¿y tú cómo estás seguro de que ella te abandonó, si me acabaste de decir que casi no sabías nada de ella?

—Entonces ¿por qué no está conmigo? ¿Por qué estoy con mis padres y no con ella? ¿Cómo me adoptaron ellos?

—Adam, solo piénsalo un segundo, mi trabajo se basa en entender las conductas de las personas y el por qué de qué ciertas cosas suceda. Yo me encargo de buscar cosas inexplicables y encontrarles un sentido, así que, ¿cómo estás tan seguro de que lo que te dijeron tus papás es verdad? ¿Que si las cosas  no son como tú crees que son y en verdad hay algo más profundo detrás de eso?

Un silencio un poco inquietante se hizo presente. El menor de ambos miraba el cuadro de su madre con el ceño levemente fruncido.

—Jamás... jamás había pensado en eso... —el detective se acercó a él al verle una expresión tan afligida, apoyó su mano en el hombro del menor, haciendo que este levantara la mirada para posarla sobre él. Sus ojos estaban llenos de duda y confusión, sus orbes color zafiro estaban brillantes por las lágrimas que amenazaban por escaparse de ellos.

—No te preocupes. Lamento haberte metido esos pensamientos en la cabeza, pero es mi deber como detective buscarle una explicación a las cosas. Solo... olvídalo, no quiero causarte problemas —se alejó del menor y se sentó en el sofá cerca de la ventana. Miró por el pasillo y arrugó el ceño—¿tu amiguito se escondió o qué?

Taehyung miró el pasillo.

—¡Jungkook!
—¡Ya voy! —le respondieron de vuelta.

—Idiota —murmuró para sí. Negó con la cabeza y volvió su mirada al detective que lo miraba expectante. Él lo pensó varios segundos antes de hablar— Oye, con respecto a lo de antes... —El castaño lo miró curioso— ¿Podrías...? No sé, ¿me ayudarías a saber la verdad?

El mayor se levantó de su lugar y se acercó a él para responderle, pero una tercera voz se hizo presente, interrumpiéndolos.

—¿Qué sucede, Tae? —Jungkook apareció por el rellano del pasillo con el pelo mojado. Vestía una camisa negra y un pantalón deportivo de color gris. Iba descalzo y una toalla descansaba sobre sus hombros. Las gotas de agua se deslizaban por su cuello y se perdían por el cuello de su camisa. El pelinegro miró a los dos presentes en la sala, el ambiente era tenso y algo incómodo. Él frunció el entrecejo— ¿interrumpo algo?

—¿Ah? ¿Qué? No. ¿De qué hablas? —el de cabellos claros salió de su ensoñación, miró al pelinegro de mala manera y bufó— Olvídalo —Suspiró— el detective Kwon quiere hablar contigo.

El mencionado se levantó de su lugar y se acercó al pelinegro, le extendió la mano como saludo—. Hola, Jungkook, ¿qué tal? — Jungkook miró la mano extendida hacia él con duda y algo de desconfianza, lo pensó unos segundos antes de responder el saludo.

—Hola.

—Tu padre me dijo que podía encontrarte aquí, pensé que estarías solo. No sabía que vivías con Taehyung —se fueron a sentar en el sofá.

—No vivimos juntos. Yo solo estoy de visita.

—Yo voy a ir a sacar a Dante, debe estar ansioso por salir — Adam fue a su habitación para coger las cosas para salir. Segundos después pasó frente a ellos con un cachorro de lobo siberiano de color blanco y negro, para luego salir por la puerta de roble, dejándolos solos, para que hablaran con tranquilidad.

El hijo de la luna (Vkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora