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Varios minutos habían pasado antes de que Taehyung despertara agitado. Estaba recostado contra la rugosa madera del suelo, sus manos continuaban aprisionadas detrás de su espalda por aquellas incómodas esposas. Sentía un inmenso ardor en su hombro derecho. Se hallaba desorientado e intentó sentarse en su lugar, sin embargo, un dolor punzante en su hombro lo mantuvo acostado. Tenía la vista un poco borrosa por las lágrimas, pero sabía que se encontraba solo.

Intentó tranquilizarse y recuperar un poco las fuerzas. Si antes le parecía difícil escapar, ahora le parecía el doble. Sentía su cuerpo todo magullado, tenía el cabello algo pegajoso sobre su frente. Tenía las manos lastimadas y la piel sobre su clavícula ardía en demasía. Cerró los ojos tratando de aguantar las lágrimas que ahora se agolpaban contra sus párpados.

"Por favor, ven rápido" pensó para sí mismo.

Escuchó unas pisadas que hacían crujir la madera, abrió los ojos y se movió un poco, tratando de recostarse contra la pared. Gimió de dolor al sentir el ardor de la herida por el movimiento.

—¡Taehyung! Ya era hora.
—Jiyong... —musitó todavía un poco desorientado.

—Tenemos que irnos pronto si no queremos perder el avión.

—¿Avión? ¿Qué...?

—Si, tenemos que ir a algún lugar en Suramérica donde nadie nos conozca y podamos vivir como un familia normal.

—Estás loco —dijo sin medir sus palabras. El contrario lo miró con la furia reflejada en su mirada.

—Pensé que estabas conmigo en esto, Tae.

—Yo...

—Bueno no importa, tú vas a venir conmigo quieras o no.

Kwon lo tomó del brazo y lo levantó bruscamente del suelo. Taehyung se tambaleó, algo mareado, cerró los ojos con fuerza, en un intento de contener las náuseas, y cuando abrió los ojos, su vista se fijó en la vela que antes había caído del mesón y dio una traspié hacia atrás de la sorpresa. La vela había rodado por todo el suelo hasta chocar con la cortina de terciopelo, causando que esta se incendiara y una pequeña llamarada de calor empezara a crecer y a desperdigarse por todo el lugar.

—¡Jiyong!

—¿Qué? —gritó.

—Fuego. ¡Se está incendiando la casa!

El mayor se volvió sobre sus pies y abrió los ojos como platos al observar las llamas que empezaban a crecer y a subir por las paredes hasta el techo. De la sorpresa, Kwon lo soltó por un breve momento, Taehyung aprovechó el descuido y se acercó a la ventana, tomó el objeto metálico que había visto desde el suelo e intentó quitarse las esposas mientras veía a Jiyong tratando de calmar el fuego.

—¡Maldita sea! —maldijo y se volvió hacia el rubio con una expresión de completa furia.

Taehyung se apresuró a deshacerse de su atadura y, justo cuando el mayor se acercó hasta él y lo tomó por los hombros, escuchó el click que indicaba que había logrado quitarse las esposas.

Empujó a Jiyong con todas su fuerzas, quitándoselo de encima. este trastabilló y terminó por caer hacia atrás. Taehyung no esperó a que el mayor saliera de su estupor y corrió fuera de la habitación encontrándose con una sala de estar con unos pocos muebles y en el mismo estado en la habitación anterior. identificó la puerta con la mirada y corrió hacia allí, sin embargo, su atacante había logrado llegar hasta él y terminó por tumbarlo en el suelo. Taehyung chilló por el dolor de su cuerpo e intentó deshacerse del fuerte agarre del mayor sobre él. Logró incorporarse y, con las pocas fuerzas que tenía, le pegó una patada en el pecho al castaño, haciendo que este cayera hacia atrás, golpeándose contra una de las esquinas de las mesas de el lugar.

El hijo de la luna (Vkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora