El hijo de la luna (Vkook)

15

Divisó la comisaría a lo lejos, así que apuró el paso para poder terminar las cosas rápido y poder volver a su apartamento con Lisa antes de que la misma se percate de su ausencia. Si ella despierta antes de que él llegara, no sabría qué cosas podría hacer ella estando tan asustada y paranoica como se encontraba hace poco en su casa.

El tema de su hermana es algo muy delicado, la entendía a medias, nadie cercano a él a muerto recientemente, pero sabe que el perder a un ser querido debe de doler montones, y más sabiendo que ellas no hablaban tanto como los hermanos normales.

Él tampoco se llevaba muy bien con su familia, bueno, sólo con sus hermanas. Su padre era un muy respetado Abogado del país, vivía viajando por trabajo, la mayoría de las veces llevándose a su madre con él. Cuando él volvía, siempre era afectuoso con sus hermanas, pero con él... con él siempre fue difícil, Adam llegó a pensar que era por que era adoptado, no obstante, cuando iba a casa con Jungkook, siempre lo trataba mejor a él que a su propio hijo y ahí también desechó la idea de que lo trataba así por ser hombre. Nunca entendió a su padre, cuando hablaban, eran conversaciones muy secas y distantes. Aunque él no lo tratara de la mejor manera, Taehyung siempre quiso hacerlo sentir orgulloso de él. Él siempre vio a su padre como un héroe, como un modelo a seguir. Verlo ayudar a tantas personas por medio de la abogacía le parecía increíble y por eso decidió convertirse en un abogado tan bueno, o incluso más, como su progenitor. Sin embargo... pareciera que entre más se esforzará más invisible era para este.

Tomó una gran bocanada de aire al estar frente a la puerta de la comisaría, cerró los ojos con fuerza y apartó todos los pensamientos que estuvieron antes en su cabeza. Suspiró y colocó una mano en el picaporte y, una vez estuvo listo, entró.

Al entrar, la brisa del aire acondicionado lo recorrió. El ambiente de afuera era demasiado frío y el contraste de éste con el aire caliente que lo recibió fue algo extraño. Él siempre prefirió el clima frío por sobre el caliente, cuando hacía calor se sentía sofocado, él siempre creyó que el frío era más fácil de calmar que el calor y nadie iba a hacer que cambiara de opinión. Odiaba el calor en demasía.
Se acercó a la secretaría que estaba en turno, esperó a que terminara de hablar por teléfono para poder hablar con ella.bElla lo miró con una sonrisa.

—¿En qué puedo ayudarte, cariño? —preguntó la mujer otorgándole una sonrisa cálida y maternal.

—Hola, Hyuna, ¿cómo estás?

—Bien, querido, ¿y tú?

—Bien, Hyuna —le dedicó una gran sonrisa a la mujer de poco de más de veinte años frente a él— Hyuna, ¿me preguntaba si el detective Jeon estaba disponible? ¿O el detective Jeon? ¿Alguno de los dos está? Es que necesito hablar con alguno de ellos urgentemente. Ella miró la pantalla pensativa.

—Déjame verificó —tomó nuevamente el teléfono fijo a su lado, tecleó una extensión y se lo llevó a oído— Seulgi, hola. ¿Está SeoJoon? —ella cogió un lapicero y anotó algo en un papel— está bien... ¿y Jiyong? —Ella sonrió— de acuerdo, Seulgi, muchas gracias —dejó el teléfono a un lado y lo miró con una sonrisa que él devolvió con tranquilidad—. El detective Jeon no se encuentra, llega tipo... —miró el papel donde había anotado un número— tres o cuatro de la tarde —él miró la hora en su reloj de mano. Tampoco tardaba tanto, una hora como mucho— pero el detective Jeon si se encuentra, si quieres esperar a SeoJoon, está bien. Sino, Jiyong está en su oficina.

—Muchas gracias, Hyuna —le regaló una sonrisa y se dirigió a la puerta, antes de entrar escuchó un "De nada, querido" de parte de la mayor. Sonrió y caminó hasta el despacho de Jiyong, no era difícil de localizar, después de todo tenían una placa que decía "Detective Kwon Jiyong" pegada a la puerta.