Epílogo

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El aire gélido golpeaba contra su rostro, removiendo su cabello. Tomó un pequeño ramo de lirios y caminó a paso lento con la cabeza baja y una mano entre su bolsillo. Las grandes puertas del lugar lo recibieron abiertas como siempre que iba, el guardia de la entrada lo saludó con una sonrisa y él le correspondió con un asentimiento de cabeza. Se adentró al lugar, caminando por el pasto mojado a través de las lápidas adornadas con ramos de flores que las personas dejaban sobre tumbas.

Caminó por el sendero de piedra hasta que llegó al lugar al que siempre iba todos los domingos. Se arrodillo frente a la lápida y dejó el ramo de lirios recostado contra la tumba. Miró la placa de metal que esta tenía y un nudo se formó en su garganta.

—Sabía que ibas a estar aquí.

Escuchó la cálida voz a sus espaldas y se levantó lentamente para volverse hacia aquella persona.

—Eso es porque me conoces muy bien.

—No deberías de estar aquí, TaeTae.

El rubio sonrió.

—Si en eso estamos, tú tampoco.

—Vine por ti, no por él —hizo un ademán con la cabeza hacia la tumba tras él. El mayor se volvió sobre sus pies y volvió a mirar el nombre de la persona que yacía bajo sus pies.

"Adrien Moreau,
amado compañero y hermano que no supo controlar su toma de decisiones y que será recordado como el buen hombre que ayudó a su comunidad y no por las malas cosas que les hizo pasar."

—Él nunca quiso matarme, solo quería recuperar  a su familia.

Jungkook se acercó a su pareja y tomo su mano, esta se encontraba helada por el frío de la tarde. Él entrelazó sus dedos para brindarle algo de calor.

—Lo sé y entiendo que fuera tu hermano, pero también te lastimó y casi te arrebata de mi lado.

—Él simplemente no supo tomar las decisiones correctas, tuvo una infancia muy dura y vio a su madre morir frente a sus ojos, nadie puede recuperarse de eso.

—Eso no justifica sus acciones.

—Lo sé, sin embargo mi corazón todavía quiere creer que si las circunstancias  hubieran sido diferentes él hubiera podido ser un gran hombre.

—Y lo fue, por un tiempo... pero fue.

—Ojalá nada de esto hubiera pasado, tal vez, en otra vida pueda tener a la familia que siempre deseó.

El menor lo miró con cariño.

—Eres un gran hombre, Kim Taehyung, y te amo demasiado por eso.

Adam se volvió hacia él, su mano libre viajó hasta su mejilla y le dio un beso casto para después sonreírle.

—También te amo, Jeon Jungkook — el mencionado le devolvió la sonrisa y le dio beso un poco más largo.

—Ven, vamos a casa, ya está empezando a anochecer.

Dieron unos cuantos pasos para salir del cementerio, no obstante, un hombre que vestía un gabardina y un sombrero pasó junto a ellos.  Taehyung se detuvo de la sorpresa y se giró. Observó cómo el hombre se acercaba a la  tumba de su hermano y se arrodillaba frente a esta.

—¿Tae? ¿Qué sucede? —el pelinegro siguió la línea de su mirada y vio al hombre que acariciaba la placa de metal entre sus manos— ¿Quién es él?

El de ojos zafiro se que plasmado en su lugar. la garganta se le secó y un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza.

—¿Taehyung? —Jungkook se posicionó frente a él y lo tomó de las mejillas para  obligarlo a verlo a los ojos— ¿Qué sucede?

El rubio tragó el nudo que se formó en su garganta y miró al chico de pelo azabache frente a él.

—Ese hombre... —suspiró— ese hombre es el padre de Jiyong. El que él pensaba estaba muerto.

Jungkook se volvió sobre sus pies para observar al hombre de cabello castaño y ojos oscuros que observaba la tumba con amor y cariño, mientras acariciaba la placa donde estaba plasmado el nombre de su hijo.

El hijo de la luna (Vkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora