A la mañana siguiente, Jimin se despertó con demasiada pereza. Entró al baño de su habitación y divisó su reflejo en el espejo. Tomó el cepillo de dientes y se lavó la boca.
Mientras tanto, sus ojos repasaron su reflejo en el espejo. El pelo lo tenía desordenado y enmarañado, lograba ver sus raíces castañas por encima de su tinte naranja. Debía de ir a retocarse el color para ocultar su tonalidad castaña, no sabía si continuar con el tono que ya traía o si cambiarlo por otro. Quien sabe, hasta de pronto y vuelve a su cabello natural.
Antes de salir del baño, se enjuagó la boca y se acomodó la camiseta de color negro con un estampado de nirvana que la noche anterior había sacado del closet del menor, la cual le quedaba gigante ya que Jungkook medía casi dos metros de estatura y tenía los hombros anchos, mientras él era más delgado y de baja estatura.
Encogiéndose de hombros le restó importancia a su apariencia desaliñada y salió por la puerta de la habitación de invitados del loft de Jungkook, para dirigirse a la cocina y tomar algo para comer, dado que su estómago gruñía en busca de algo que le saciara el hambre.
Se adentró a la cocina y sacó lo primero que encontró en la nevera y se sentó en la pequeña mesada que estaba junto a ella. Miró la comida con hambre antes de darle el primer bocado y, una vez lo hizo, un gemido de gusto surcó de su garganta al probar tan delicioso manjar. Continuó comiendo sin preocuparse por su alrededor.
Una vez estuvo lleno, se fue a sentar en el sofá y prendió el televisor, buscando algo para ver. Observó el pequeño reloj digital en la pared, y frunció el ceño percatándose de la hora. Eran pasadas las nueve de la mañana y sus dos mejores amigos todavía no se había levantado. Usualmente era él era el último en despertarse así se levantó del sillón, extrañado.
Se dirigió primero por el pasillo a la habitación en la cual debería de estar Taehyung, quizás ya estuviera despierto y no quisiera levantarse de la cama, el día anterior había sido muy duro para él y si deseara quedarse todo el día bajo las cobijas no lo culparía. Acababa de perder a una de sus amigas más cercanas y él mismo había visto el cuerpo de ella. No se imagina cómo debía de estar Taehyung en ese momento. De verdad quería asegurarse de que estuviera bien.
Abrió la puerta sin molestarse en tocar antes y se preocupó al encontrar la cama de la habitación vacía y con las colchas desperdigadas por el suelo. Corrió hacia el cuarto de junto en busca de Jungkook, para mencionarle que Taehyung no se encontraba donde hace unas horas, pero al abrir la puerta de la alcoba de éste, se encontró con una imagen que jamás esperó encontrar allí.
Taehyung y Jungkook se encontraban dormidos juntos en la cama del último. Abrazados el uno al otro, Jungkook se encontraba recostado en el pecho del mayor mientras con sus brazos rodeaba su delicada cintura. El rubio tenía uno de sus brazos rodeando los hombros del menor y el otro, por el contrario, por fuera de la cama.
El moreno saltó en su lugar con emoción, absteniéndose de lanzar un chillido de alegría, y corrió hacia su habitación en busca de su teléfono para tomarles una foto. Quien sabe, puede que le sirva de amenaza en algún tiempo futuro.
Sonrió para sus adentros.
No podía creer que sus dos mejores amigos por fin estuvieran juntos. Había pasado demasiado tiempo desde que se había enterado de lo que ambos sentían por el otro. Y se alegraba en demasía al verlo acurrucados juntos, ya que eso solo significaba que se habían confesado el uno al otro y ahora sabían que sus sentimientos eran correspondidos.
Si ellos eran felices, él también lo era.

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El hijo de la luna (Vkook)
FanfictionTaehyung pensaba que su único problema sería ver al chico del cual estaba enamorado todos los días sin poder decirle lo que siente, no obstante, todos sus problemas amorosos se ven opacados cuando un serie de asesinatos empiezan a tomar lugar en el...