El hijo de la luna (Vkook)

27

—¿Qué?

El mayor lo miró con una sonrisa postrada en sus labios. Se acercó hasta él y le mostró la foto que tenía en sus manos, el menor retrocedió.

—Tú eres mi hermano, Taehyung.

—No. ¡No, eso es imposible! —negó varias veces con la cabeza, evitando ver la fotografía que él contrario le mostraba.

El mayor tomó la barbilla del rubio y, con fuerza, lo obligó a voltear la cabeza hacia él.

Sus ojos recorrieron cada milímetro de la fotografía y se sorprendió mucho al encontrarse con su padre al lado de la misma mujer de la fotografía que había guardado en su casa, entre los brazos de la mujer, se encontraba él como un bebé, tenía los ojos cerrados y una gran sonrisa mientras mostraba los pocos dientes de leche que le habían crecido. Su padre estaba sonriendo y mostrando una cara de alegría que él jamás había visto, vestía una camiseta polo negra y unos pantalones color caqui, su brazo estaba rodeando los hombros de la mujer junto a él. Ella tenía recogido su cabello rubio en una moña que despejara su rostro y observaba a su familia con alegría junto a ella. Se sorprendió al notar como la muj... su madre tenía su brazo libre tomando de la mano de un pequeño niño de unos seis o siete años. Este tenía el cabello castaño claro, entre sus regordetes deditos tenía una paleta de agua contra sus rojizos labios y sus ojos, de un profundo color negro, estos brillaban con una emoción que le dejó un sentimiento de calidez en el pecho.

Las molestas aguas saladas se arremolinaron en sus orbes, en un intento de salir y deslizarse por la suave piel de sus mejillas, sintió una mano, algo  fría, acariciando su cabello y se sorprendió al percatarse del cariño reflejado en ese delicado toque.

—¿Por... por eso qui-quieres matarme? No-o lo entiendo —las palabras salieron atropelladas de su garganta seca y pastosa. La caricia de su cabeza se detuvo repentinamente, él levantó la mirada y observó con detenimiento los ojos contrarios.

—Yo no quiero matarte, Tae —murmuró.

—¿No? —arrugó el entrecejo un poco confundido— entonces, ¿por qué me tienes aquí?

—Porque quiero recuperar el tiempo perdido, quiero tener a mi hermanito menor de vuelta y recuperar a mi familia perdida.

Por alguna razón, el miedo que había sentido en su cuerpo se convirtió en un sentimiento de nostalgia y confusión. No sabía por qué, pero algo muy dentro suyo le decía que el hombre frente a él le decía la verdad.

—Sí, eso es verdad, pero, ¿por qué asesinaste a los demás?

El castaño se levantó con rabia del suelo y se giró dándole la espalda.

—Sus padres me arruinaron la vida. ¡Mataron a mi madre!

Taehyung movió la cabeza.

—No estoy entendiendo, dijiste lo mismo de mi padre.

—Hay muchas cosas que no sabes. Cuando murió nuestra madre, todavía eras muy pequeño.

—Entonces cuéntame, Jiyong. Quiero comprenderte.

El mayor suspiró.

—Días después de que mi madre muriera , en servicios sociales me mandaron a varios hogares de acogida, no obstante, todos ellos creían que yo estaba loco, por lo que al cumplir los diez años me internaron en un psiquiátrico.

—¿Por qué? —cuestionó con algo de miedo por la respuesta.

—Mi madre me contó sobre la diosa luna, aquella que siempre nos protege y cuida de la naturaleza. Desde niño siempre supe de su existencia y cuando mi madre se suicidó, supe que ella se había ido con la diosa y ella la estaba cuidando desde allá arriba. Con el tiempo note que solo muy pocas personas conocían sobre la diosa luna. Nada de ella, no les importaba que ella fuera la razón de que nosotros estuviéramos aquí. Nadie nunca me creyó, pero yo estoy seguro de que nuestra madre fue, es y siempre será esa diosa Luna que nos cuida desde las sombras —se volvió hacia él— nadie nunca me escuchó, ¿pero tu si me crees, cierto?