2- N O U R

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Aquel pequeño pueblo noruego de menos de 100 habitantes entre dos enormes fiordos siempre le traía increíble paz mental, con sus pequeños campos de pasto y flores, con sus montañas y bosques repletos de enormes árboles, con sus animales y lagos, los ríos y el mar del norte. Todo aquello conseguía sacar lo mejor de él.

Era conocido que los noruegos eran amantes de la naturaleza, que preferirían salir un fin de semana a hacer senderismo antes que salir de fiesta o ir de compras. La naturaleza era parte importante de la vida de un noruego, desde pequeños hasta que crecen se sienten parte de aquella creación.

Por ello estar ahí ayudaba mucho a Oskar en su largo camino de mejora. Y tras un mes ahí lo notaba más que nunca.

El aire era puro, los días eran largos, el cielo era del mismo azul que sus ojos con una que otra nube corriendo por el. Podía quedarse hasta las tres de la madrugada leyendo en el prado gracias a que en verano oscurecia muy tarde, podía trabajar en la granja, cuidar jardines o recolectar las frutas de los campos de sus vecinos, podía ayudar en eso y mucho más, trabajar con su tío en la cafetería, ganar algo de sustento y alejarse de sus pensamientos solitarios y el estrés que le producía ese rincón oscuro que aún veía de vez en cuando como un lugar de escape.

Por fin aquella esperanza que veía borrosa hace unos meses, ahora la veía mucho más clara y nítida.

Y finalmente podría leer aquel bello libro sin preocuparse por su padre, simplemente subiría al pequeño prado donde un enorme árbol solitario se alzaba mirando hacia los fiordos, se sentaría bajo la copa de este y leería hasta que el sol se ocultase.

A ese paso comenzaría con la cuarta lectura seguida del libro.

(...)

"No ocurre ninguna desgracia, ni a la tierra ni a vosotros que no esté en una escritura antes de que la ocasionamos. Esto es fácil para allah"
57:22

Tras leer aquello por la mañana antes de ir a trabajar se quedó intrigado por todo el día. Aquello se refería al destino...

Eso significaba que todo estaba destinado ¿No?

¿Que todo lo que pasaba ya estaba escrito?

Entonces... ¿Que sentido tendría vivir? Si Allah ya sabe lo que va a pasar... ¿Porque...?

Le hubiese encantado tener a alguien que lo ayudase a resolver esas dudas, tal vez Adam y Anouar podrían pero últimamente estaban liados con la boda de una de sus hermanas, no los iba a molestar asique tendría que buscar por una fuente de Internet e investigar un poco sobre ello cosa que se acostumbró a hacer después de la primera lectura del Corán, saber el contexto y el significado de algunas palabras en árabe hacia que todo tuviese mucha más claridad y sentido.

En aquel momento se encontraba rodeando el campo verdaceo, mirando el arbol a lo alto de aquella colina, deseando llegar de una vez y sentarse a leer. Después de terminar el trabajo en la cafetería era lo que más deseaba, miraba el reloj y esperaba que diese la hora de descansar y volver a la paz que le proporcionaba aquellas palabras, la paz que le proporcionaba la copa de ese árbol y las vistas del oscuro mar enfrente suyo. Solo el, el libro y la naturaleza...

—Oskar —alguien lo llamaba desde lejos, segundos después tenia a dos pares de brazos abrazando con fuerza sus piernas.

El suspiro sonriendo al saber que sus planes habían sido machacados totalmente por esas pequeñas manos.

—Hei —sonrio bajando la mirada para ver a esas gemelas, acarico el cabello rubio de esas dos niñas que sonreían mirandole con atención y admiración —¿Que hacen aquí pequeñas? —pregunto con suavidad mirando a su alrededor en busca de María o Harald, padres de aquellas dos criaturas.

D U N I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora