31- A W A L

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El matrimonio era algo totalmente nuevo para aquella pareja, muchas veces habían escuchado a sus relativos hablar sobre la vida conyugal pero nada de lo que creían podía compararse con la realidad.

Vivir juntos como una pareja era totalmente diferente a como se lo imaginaban, todo era nuevo para ellos. Los desayunos juntos eran silenciosos, con miradas llenas de sentimientos y sonrojos de por medio, de vez en cuando una timida caricia, un tímido beso, pequeñas cosas que no estaban acostumbrados a mostrar pero que los dos querían empezar a dar aunque fuese de una forma torpe y timida.

Habían pasado mes y medio después de que volvieron de su luna de miel, pasaron una semana más en Marruecos antes de subir a Noruega, donde se instalaron en la casa del mayor para seguir con el trabajo pendiente que tenían los dos. Nour estaba feliz por poder volver a ese increíble país, donde sentía una paz que no podía descifrar. Simplemente sentía como si fuese su segunda casa, no tenía ganas de ir de ahí, se encontro con una zona de confort en ese lugar.

Había escuchado hace tiempo que cuando tienes a un país en mente constantemente era porque tenias a alguien esperándote ahí.

¿Por eso se sentía tan cercana a ese país?

¿Porque siempre estaba Ozman esperándola?

Tal vez eran solo especulaciones, pero ella encontró un gusto en el, en ese pais, en esa ciudad, en la casa de su esposo, en su vida y en la familia que habían creado.

—Ya llegue —la voz de Ozman cuando entraba a casa siempre se escuchaba fuerte en el silencioso lugar, siempre indicaba su llegada y su salida, Nour se le hizo costumbre darle la bienvenida, se abrazaban como si hubiesen estado separados por meses y dejaban uno que otro beso y caricia al otro. Preguntas de cómo fue tu día nunca faltaban y los dos se interesaban por lo que el otro tenía que contar y siempre había algo que decir en su día a día. Sobretodo en lo que cabía dentro de su profesión que cada día sorprendía más que el anterior.

Cenaban en silencio y el isha siempre lo rezaban en conjunto para luego sentarse sobre las alfombrillas y pasar tiempo de calidad, hablar por horas y decirse el uno al otro lo que escondían sus mentes y corazones.

Dormían tranquilos para despertar al siguiente día con buenas energías.

Aquello era la relación que quería Ozman y la relación que necesitaba Nour. Los dos se comolementaban, los dos se amaban, los dos eran perfectos el uno para el otro.

(...)

Se habían encargado entre los dos de mejorar la casa de Ozman y hacerlo más familiar, con el toque simple y pulcro de Nour y la ya notable decoración masculina que tenia Ozman. Terminando asi creando un espacio bonito y especial para los dos.

En ese momento, Ozman se encontraba sentado en la pequeña sala de rezo que tenia en su hogar, sentado sobre la alfombrilla de rezo se quedo mirando la pared pensativo. Ozman queria hablar con ella sobre un tema. No sabia como se lo iba a tomar pues podia ser un tema algo sensible.

Habían hablado sobre aquello varias veces, Nour era una alma viajera nata, nunca pasaba más de una mes en un mismo lugar, primero por trabajo, su estudio de arquitectura estaba en Marruecos y varios de sus proyectos estaban haciéndose en países de todos los continentes y como arquitecta visitar la zona y ver la obra era algo que tenía que hacer. Segundo, su familia, que vivía en escocia cuando se trataba de verano y en su país natal cuando se trataba de invierno. Y como encariñada que era con sus padres siempre los visitaba aunque sea una vez al mes. Por ello Ozman se encontró con una mujer viajera que pocas veces estaría en casa y que viajaría la mayoría del tiempo.
Y por su parte, el no se quedaba atrás, muchas veces viajaba por cuestiones de negocio, por los países escandinavos y otras veces tan lejos como Estados Unidos  a veces tenía que ausentarse una semana y otra un par de días. Aquello le estaba molestando un poco, por eso había tomado una decisión.

D U N I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora