41- R A M A D A N

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Ramadan era el mes más esperado del año, de pequeña siempre tuvo muchas ganas para que ese mes llegase, creyó que a medida que pasaban los años aquellas ganas y emociones se disiparian  un poco, pero no fue así, seguía esperando con  ansias el mes y cuando llegaba se esforzaba en ser su mejor versión.

Ya llevaban mas de dos años casados y aquel era su tercer ramadan juntos, desde el primer año hicieron una especie de hábito que siguió por lo que quedaba de los siguientes meses de ramadan.

Después de terminar el trabajo, solia ser sobre las 16:00 p.m Ozman y Nour se sentaban tras rezar el Asr y leían el Quran juntos, Ozman leía y ella tomaba nota, cada ciertas ayas paraban y reflexionaba sobre lo que habían leído, buscaban información y hadices sobre ello y tomaban nota en una libreta de color verde oscuro que cada año volvía a sus manos para releer lo que habían escrito.

Ozman leía de una forma bella el Quran, tenía una voz dulce y masculina y sabia alargar y cortar las frases a su punto, era un deleite escucharlo, por ello siempre dejaba que Ozman leyese, una vez lo intento ella, pero su voz se cortaba, se volvía rasposa a los minutos y cometia muchos errores.

—Recuerda que el rasul sala lahu alaihi wasalam decía que el que tuviese complicaciones para leer el Quran tenía el doble de hassanat que el que no —le recordaba siempre que Nour se sentía insegura

Ella suspiraba y seguía con su recitación.

Una hora después se levantaban a hacer el futor mientras hablaban sobre su trabajo o a veces en cambio se quedaban en silencio, cada uno centrado en sus pensamientos.

Eran días muy pacíficos, muy tranquilos, días en los que se sentían limpios, sanos, totalmente purificados. Los dos amaban ese mes.

Cuando nacieron los niños fue algo cahotico, las lecturas por la tarde se volvían algo menos intensivas, Nour no podía tomar notas devido a que los niños no dejaban de moverse y molestar, y Ozman no podía concentrarse en su lectura, pues siempre había uno mordiendo sus manos.

Ramadan les llegó en una época en que los niños tenían sus primeros dientes y aquello les resultó muy difícil, pero aún eso, siempre se preocupaban de seguir ese hábito.

Cuando los niños crecieron y comenzaron a tener mas conciencia, aquellas tardes se volvieron más tranquilas, aunque llenas de preguntas y ojos curiosos que miraban a sus padres absortos en la ibada de su religión.

Aquella tarde Ozman relataba la Surah de Yusuf (AS)

Los niños escuchaban emocionados sentados en la alfombrilla uno a lado del otro, Dunia con sus rizos indomables miraba a su padre con ojos brillantes, embobada con la forma en que relataba, su voz, y por encima de todo la belleza de aquella historia. Yasir miraba el libro en las manos de su padre y su pequeña mente de niño de 5 años deseaba poder leerlo algún día. Yibril en cambio miraba a su madre que tomaba notas en una libreta verde que tenía las hojas llenas y a la que se había añadido hojas de más y muchos posits y stikers. Tuvo curiosidad sobre lo que habia ahí.

Una vez Ozman terminó de relatar esa Surah miro a sus hijos y sonrio con ternura

—¿Que habéis aprendido? —pregunto curioso, sabía que los niños no tenían tanto conocimiento ni tanta conciencia como para entender la historia en sí, pero tenía curiosidad por saber si sus hijos se estaban enterando de algo.

—Yusuf (AS) tuvo que pasar mucho tiempo sin sus padres —dijo Dunia la primera con un semblante triste y compasivo —Yo no quiero pasar tanto lejos de vosotros —susurro bajando la mirada

Ozman sonrio con cariño cerrando el libro en sus manos y dejándolo en la alfombrilla de rezo, tomó a Dunia en brazos dejando un beso en su frente

—Inchallah estaremos juntos por mucho tiempo Dunia —dijo el con cariño

D U N I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora