27- B A S M A

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Nour dejaba un vaso cerrca de sus dos invitadas mientras su madre dejaba el último plato de dulces en la mesa.

—Bienvenidas —dijo Nour amablemente sentandose a lado de su madre

—Muchas gracias hija —Soumaya la miraba con cariño deslumbrandose por la belleza natural de aquella chica. Ozman siempre le decía lo hermosa que era, según el sus ojos eran lo más bello que alguna vez pudo ver y tenia un rostro tan angelical, cuando el dia era gris su piel era tan blanca como la nieve y cuando el calor le daba en su cara, su piel brillaba con ese tono exotico. Siempre la describia como un bobo enamorado, pero ahora podía entender porque el chico decía aquello.

—Dar darkum, no tengáis vergüenza —les dijo Ianya animada mientras acercaba los platos para que sus invitados puedan probar de lo que había preparado —Es un honor tenerlas aquí, Nour me contó sobre vosotras hace poco, os encontrasteis en el centro comercial —dijo ella emocionada. Hace dos días que Nour recibió la llamada de la mujer y le comentó que le gustaría verse con ella antes de la boda de su hijo.

—Si, fue un encuentro sorpresivo en verdad –dijo Soumaya mirando a Inaya —Mi hijo Adam se va a casar pronto con mi nuera aquí presente, Ahlam —presento a la pálida mujer que sonreía amablemente —Estábamos comprando anillos de compromiso cuando vimos a Nour con nuestro hijo Ozman.

Inaya volteo a ver a Nour que bajo la mirada apenada.

—Fue casualidad —susurro haciendo reír a Sumaya.

Inaya río divertida —Conocí a Ozman una vez que vino a nuestra tienda de dulces en escocia —contó Inaya recordando aquel rostro angelical cuyos ojos eran tan puros y azules como el cielo de verano y cuya sonrisa era amplia, hermosa y bella. Inaya se lo dijo varias veces a su hija, Ozman tomó gran parte de su corazón, tenía un aura que invitaba a acercarse a el, a querer saber de él y a cuidarlo como un hijo más —Subhanallah, es un chico que entra al corazón —asintio

—Totalmente, Ozman es amigo de mis hijos desde que eran críos... tal vez... desde los 10 años cuando se mudo con sus padres. Tenían una casa blanca de madera cerca de la nuestra —recordo ella con nostalgia —Ay... era un niño tan bonito, pálido y con cabello tan blanco como la nieve.

Nour sonrio imaginandose a aquel Ozman chiquitín que jugaba por las calles feliz de la vida.

—Mirala como sonríe —hizo notar Ahlam haciéndola sonrojar avergonzada.

Todas rieron divertidas por aquello.

—Ay, mi niña, Ozman de pequeño era un niño muy espabilado, juguetón y energético, no era nada timido, mis hijos lo eran, Adam era callado y vergonzoso, le apenada hasta saludar a la gente —dijo mirando a Ahlam que la miro sorprendida, pues parecía que el Adam de ahora no tenía nada que ver —Y anouar era un intermedio de los dos.

—Mashallah —susurro Inaya interesada por lo que contaba.

—Se puede decir que cuide de Ozman durante gran parte de su infancia y adolescencia, su padre siempre trabajaba y casi nunca estaba en casa y su madre era enfermera y solia tener muchos turnos de tarde, por lo que Ozman pasaba mucho tiempo en mi casa —asintio —Es como uno más de mis hijos... y sobretodo cuando murió su madre... El pobre pasó un tiempo duro —asintio

—Pobre chico... no es muy cercano a su padre, por lo que nos conto —dijo Inaya preocupada

—No... su padre es algo... complicado —contaba Sumaya suspirando preocupada —Es un hombre algo... difícil

Nour recordó a aquel señor tan parecido a Ozman, su pequeño encuentro y el mal tiempo por el que pasó Ozman por su culpa no le dio una buena imagen de él.

D U N I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora