9- A I N

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Abrió los ojos al escuchar el timbre de su casa, se sentó mirando a su alrededor descolocado.

Había tenido un sueño hermoso, pero no conseguía recordar de que trataba, que hacía o con quien estaba, solo recordaba el sentimiento de tranquilidad en su pecho.

El timbre volvió a sonar y se levantó de su cama sintiendo el frío en su pecho, recordó que sólo llevaba unos pantalones de dormir y tomó la primera sudadera de su armario, salió de su habitación y abrió la puerta de la entrada mientras terminaba de vestirse.

Aquella imagen dejó algo descolocada a Nour, se veía diferente al Oskar al que estaba acostumbrada, recién despierto, despreocupado, un joven más, con ojos hinchados y el pelo revoltoso sobretodo ahora que su cabello estaba algo más largo.

Cuando la sudadera se deslizo por su cabeza noto las gotas de la lluvia y el fresco de ese día, pero solo pudo fijarse en aquella chica con la ropa llena de puntitos de agua y el rostro sonrojado.

—Buenos días —saludo en un susurro ronco mirando aquellas mejillas rojizas que resaltaban en ese día gris y lluvioso

—Buenos días —saludo a su vez la chica perdida en aquellos ojos azules que se habían oscurecido hasta parecer del mismo gris que el color del cielo de ese día —Te traje el pan —alzo una bolsa que no había visto hasta que lo menciono

—Oh... gracias —suspiro tomando la bolsa de papel —Entra, no te quedes ahi bajo la lluvia —le dijo dando un paso para atrás

—Eh... no, yo... aun tengo que llevar el pan a la señora Elizabeth —le enseño otra bolsa que tampoco había visto.

El sonrio divertido, entró a su casa y tomó el único paraguas que tenía, se lo dio y ella no tardo en abrirlo para resguardarse.

—¿Es tu día de descanso? —pregunto curiosa

El nego con la cabeza —No tengo un día específico para descansar, ¿porque? —pregunto curioso

Nour alzo sus hombros —No sueles estar cuando te traigo el pan —señaló

El sonrio aún perdido en la belleza de la chica enfrente de él.

—Porcierto —recordo —Maria quiere que vallas a los establos, cree que las yeguas van a dar a luz pronto y la lluvia ha inundado un poco el lugar

Oskar asintio haciéndose a la idea de lo que va a pasar —Iré en unos minutos.

—Desayuna antes —le señalo divertida antes de dar unos pasos hacia atrás para irse

—Mmmm, no se si debería —hizo una mueca con los labios —La última vez que vi un parto de caballo sentí que mis intestinos salían de mi garganta —susurro recordando ese día en el que devolvió todo lo que habia comido. Era la primera vez que veía un parto y resultó ser tan desagradable como doloroso y significativo. Traer a la vida a alguien era demasiado difícil.

—¿Tan malo es? —pregunto Nour preocupada, nunca había visto uno

—No es malo, pero... tampoco recomendable —explico

Nour miro el suelo pensativa en si verlo o no —Bueno... me tengo que ir, te veo en la granja —terminó por despedirse

Oskar asintio alzando la mano.

D U N I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora