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Casi a un mes del nacimiento de los bebés, Yibril, Yasir y Dunia porfin pudieron salir del hospital, pues estaban completamente estables y en zona segura. Nour y Ozman podían empezar a ver como sus bebés crecían poco a poco, y se convertían en unos bebés sanos de más de 2 Kg y eso ya era mucho más de lo que fueron hace menos de un mes.

Su llegada a casa fue una ocasión a recordar. Ozman instalo una enorme cuna en la habitación más cercana a la suya, ahí cabían los tres perfectamente y habia espacio suficiente para Nour en caso de que quiera estar con ellos, la habitación estaba llena de juguetes para niños, peluches y cosas suaves para bebés, el y Nour se habían encargado de comprar tantas cosas que no se daban cuenta hasta ahora que habían llenado aquella habitación.

Los bebés seguían siendo muy pequeños, por lo que necesitaban mucho cuidado, una buena alimentación y buen descanso, las primeras semanas en casa dormían casi las 24 horas del día, Nour los amamantaba a cada uno durante Mas de 30 minutos al día, cada uno de ellos devia amamantar de los dos pechos durante más de 10 minutos, era aquello lo que le había aconsejado la ginecóloga para que los niños tengan un buen crecimiento y para ellos, Nour necesitaba de una buena fuente de vitaminas.

Inaya a su vez se encargaba de alimentar bien a su hija, cada día le preparaba una delicia llena de proteínas y vitaminas para así poder pasárselas a los bebés. Por su parte Ozman se encargaba de traer el sustento a casa, compraba las frutas y verduras más ecológicas posibles, nada de comidas conservadas ni de comida chatarra con muchos químicos.

Todo tenía que estar bien para así completar el ciclo a la perfección y hacer crecer a sus bebés.

Así, a casi dos meses de su nacimiento, Ozman y Nour tuvieron la gran bendición de ver a sus bebés jugando con normalidad como cualquier bebé recién nacido haría.

Ozman sonreía todas las mañanas al ver que su cabello blanquecino había sido pasado a sus dos hijos. Tanto Yibril como Yasir tenían ese cabello suave como la seda y blanco brillante, se atrevería a decir que era mucho más blanco y rubio que el suyo.

También le alegraba ver que Dunia tomaba los rizos de su madre junto a un color rubio precioso que suponía que a lo largo del tiempo terminaria oscureciendo un poco.

En cuanto al color de los ojos aún no podían saber nada, los niños abrían los ojos muy de vez en cuando y cuando lo hacían se veian tan oscuros que no conseguían notar por donde iría el color.

Todos estaban felices de ver las similitudes entre los padres y sus hijos, era una bendición para ellos.

—Me sorprende tu genética Ozman —decía Malik cada vez que tomaba a uno de los bebés —Es increíble que tu gen de recesión sea dominante —susurro

—En verdad, creo que es mi gen el dominante —dijo Ozman con Dunia durmiendo en su pecho, acariciaba su pequeña espalda con suavidad —Si no, no tendrían este color de cabello —suspiro mirando a su padre sentado con Yibril en brazos —Te lo dije ese día... seguro que hay uno que será una copia exacta de mi —sonrio orgulloso.

Malik suspiro algo decaído —Supongo que aquí termina mi legado —dijo el con un deje divertido.

Ozman río a carcajadas haciendo que Dunia se asustase y comenzase a llorar.

—Oh... perdón, perdón princesa, Perdoname —pidió el en susurro intentando calmarla —Bebé, no llores —se levantó para calmarla pero aquello solo la hizo llorar aún más fuerte.

D U N I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora