42- O S K A R

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Los años pasaban corriendo.
Sin darse cuenta habían construido memorias que jamás pensaron en tener.

Desde aquel voluntariado hace más de 10 años, ningún de los dos hubiese imaginado que esos sueños con los que soñaban despiertos llegarían a cumplirse.

Quien les hubiese dicho a esas dos almas que se casarian tras años de espera y paciencia, quien les hubiese dicho que tendrían trillizos en su primer embarazo, quien les hubiese dicho que su vida se llenaría de alegría y dificultad.

Aquellas dos almas destinadas para si, habían vivido todo lo que alguna vez desearon.

Tras 7 años de matrimonio, Nour cumplía 32 años y Ozman 33, la noche antes de cumplirlos tuvieron una conversacion compleja entre los dos. Sentían que habían envejecido, pero realmente seguían en la flor de la vida, seguían siendo jóvenes, aún les faltaba miles de experiencias por probar, aún les faltaban hojas y hojas que completar en su vida. Aún tenían todo un futuro adelante.

Pero Allah sabía más, y tal vez a su vida le quedaba poco, tal vez ya habían completado todas las hojas y quedaban unas pocas por llenar. Tal vez ya habían vivido todas las experiencias. Tal vez no eran tan jóvenes al fin y al cabo.

Los dos razonaron y llegaron a diferentes conclusiones, pero solo una consiguió aliviar su corazón. Aquella conclusión a la que llegaron la primera vez que se separaron.

—En esta Dunia o en la Akhira —decía Ozman antes de caer dormido sin dejar de acariciar los rizos de Nour que se escondía en su pecho sintiéndose protegida entre los brazos de su esposo —Nos volveremos a ver —susurro.

Y allah sabía más, su destino ya estaba escrito.

(...)

—Yibril —llamo Nour desde la cocina esperando que el mayor de los tres trillizos viniese a la cocina, cosa que no tardo en hacer.

Era el más obediente de los tres, siempre hacia caso a lo que decían sus padres y era el más espabilado.

Nour miro a ese pequeño de casi 5 años sonriendo como cada vez que lo miraba, el parecido con su padre era cada vez más notable, incluso más que Yasir.

—Dime mamá —dijo el niño mirando a su madre con ojos brillantes, para el, su madre era la persona más bella del mundo.

—Cariño, sube arriba y dile a tu padre que baje a cenar —le pidió acariciando su liso cabello blanco.

El pequeño asintio corriendo a las escaleras. Nour volvió a llamar a Dunia y Yasir que como siempre tardaban más de un minuto en contestar.

Dunia era dulce y amable con todos y Yasir tenía un carácter más divertido y energético. Dunia era la mediana de los tres y Yasir era el último en llegar a la vida.

Dunia era una copia suya, solo que de un cabello rubio manchado que en verano se volvía totalmente rubio, tenía los mismos ojos almendrados de color miel y la misma sonrisa que su madre. En cambio Yasir era una mezcla de Ozman y Nour, tenía unos ojos azules brillantes que resaltaban en su tez morena, un cabello rubio plateado con rizos desordenados y revoltosos. Tenía la mirada de su padre y la sonrisa de su madre.

Nour amaba ver esos detalles en sus hijos, eran todo lo que alguna vez deseo.

Entre los tres arreglaron la mesa para la cena y cuando Nour se encargaba de servir Ozman y Yibril bajaron las escaleras hablando animadamente.

D U N I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora