28- A I L A

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Ozman suspiro hondamente mirando aquel número en su móvil, comenzaba a dudar en si devia o no hacer aquella llamada.

Era nescenario, debía de hacerlo, era su padre y merecía saber aquella noticia. ¿Verdad?

Miró tras suyo a su familia junto a la familia de Nour que disfrutaban de una tarde fresca cerca de la playa, miró a la mujer que pronto sería su esposa y se deslumbró con aquella sonrisa preciosa que tanto le caracterizaba, con su mirada llena de bondad y agradeció tener a aquella mujer en su vida.

Hizo Tawakul en Allah...

Volvió a suspirar y le dio a hacer la llamada, tardo varios segundos en que aquella voz que hacía tantos años no escuchaba sonase en su oreja.

—Hola —saludo Oskar nervioso

Su padre, al otro lado de la línea tardo unos segundos en contestar.

—¿Oskar? —pregunto ese hombre cuya voz ya comenzaba a ser rasposa y cansada por la edad.

—Si... soy yo —susurro el más joven —¿Que tal...? —pregunto bajo sin saber que decirle.

Hubo otro silencio y Ozman temió que su padre colgase la llamada.

—Bien... —dijo aquel hombre —¿Y tu...?

Ozman sonrio emocionado por aquella pregunta que hacía tiempo no escuchaba de uno de sus progenitores.

—Bien, muy bien —asintio sin poder ocultar su emoción.

Otro silencio se formó entre ellos —¿Porque has llamado? —pregunto su padre haciendo volver aquella tensión al ambiente —Hace 6 años que no se nada de ti, si no fuese por las noticias y tus revistas.

Ozman apretó los labios tragando duro —Crei que no querías saber nada de mi —susurro.

—Y así es —dijo el mayor dándole un golpe duro a Ozman.

Ozman asintio sin poder decir nada más —Solo creí que debías saberlo —susurro —Me voy a casar en un mes —dio la noticia algo más decaído —Se que no te importa, pero... es un día especial para mi y... me encantaría que estuvieses ahí.

Escucho la risa del mayor y supo que aquello iba a mal —¿Es musulmana? —pregunto con diversion

—Si —dijo Ozman sin dudarlo.

Volvió a escuchar la risa del mayor —Ya sabes mi respuesta... jamás iría a una boda de ese tipo y menos de mi propio hijo.

Ozman se tenso mirando el suelo debajo de sus pies, sentía ira, enojo, tristeza y vergüenza al mismo tiempo. No podía más con el.

Mordió su labio inferior evitando soltar palabras que venían de su lado enojado, suspiro un par de veces y terminó aceptando lo que el mayor decía.

—Esta bien... —asintio —Si por casualidad llegas a cambiar de opinión... solo tienes que decirme y mandaré un avión para ti —dijo tranquilo.

Su padre volvió a reír con diversion —¿Algo más que quieras decir? Tengo cosas más importantes que hacer.

Ozman volvió a suspirar apretando sus dedos en el bolsillo de su pantalón.

—No —susurro —Que tengas un buen día —se despidió sin recivir saludo. El móvil colgó y no se escucho más nada.

Ozman bajo el móvil de su oreja y miró la pantalla apagada con algo de pena y vergüenza y sobretodo más dolido que nunca.

—Ozman —la voz de su prometida hizo que volviese a la realidad, volteo a verla encontrando aquellos ojos almendrados preocupados por el.

Aquellos ojos que le hicieron una pregunta silenciosa y el sin saber como darle aquella noticia solo nego con la cabeza avergonzado.

D U N I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora