3- D A R I R

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"Su solicitud aplicada para el voluntariado en la granja Harald de la localidad de Døbak en Noruega ha sido aceptada.

Por favor comuníquese con... "

Era una tarde de invierno mientras hacía uno de sus muchos proyectos de la facultad cuando le llegó aquel mensaje, no pudo evitar correr a decírselo a sus padres que al principio no se alegraron como ella creyó.

¿Ir de voluntariado a otro país?

No era algo que les gustase.

Ya había viajado muchas veces sola, ya sea por cuestiones de estudio o por simples caprichos, siempre iba con sus amigas o a veces con sus compañeros de clase. ¿Pero sola? Jamás lo había echo, por ello la preocupación de sus padres tuvo mucho sentido.

Aún así termino convenciendoles y con mucho esfuerzo termino ahí, en un pueblo de Noruega a media hora de su capital Oslo viviendo una de las mejores experiencias de su vida.

Su primer día en el trabajo prometía ser tranquilo. Comenzó con lo más importante del día y eso era rezar salat al fajr, al estar en verano aquel rezo llegaba a altas horas de la madrugada, aún así se levantó, rezo y volvió a dormir. Horas después se levantaría a empezar con su trabajo.

Como bien dijo Oskar el también desayuno con ellos mientras hablaba con Harald sobre el establo que tenía que arreglar, finalmente concluyeron en que Nour podría ayudarle en algunas cuestiones, asique al finalizar su desayuno se encontraba ahí mirando al chico subido en una escaleras intentando quitar las tablas de madera que había en el techo.

—Ten cuidado —susurro preocupada al ver como las escaleras comenzaban a tambalear.

—No te preocupes —pidio el cuando finalmente quitaba la madera desgastada —Cuidado —bajo la mirada para verla, ella se alejo de la escalera para que pudiese dejar caer esa madera —Pásame el martillo —volvió a pedir

Ella hizo lo que le pedía, Oskar con la parte trasera del martillo quito los clavos que habían quedado sueltos.

Respiro hondamente bajando las escaleras, masajeo un poco su cuello algo adolorido y volteo en busca del nuevo material —Hay que ir a por la nueva madera —dijo señalando las tablas que prometían ser pesadas, decidió tomarlas por su cuenta para no cargar mucho a la chica pero la pequeña chica que creyó que era termino sorprendiéndole. Miro con atencion como la chica se agachaba y cogia no solo una, ni dos, ni tres planchas de madera si no nada mas ni nada menos que el doble. Como si fuesen algo más que paja las dejo con suavidad en el suelo cerca de las escaleras. Quiso ir a por las demas pero el se apresuro a tomar las que flataban. Carraspeo mirandola de reojo intentando ver la musculatura de sus brazos, lo que escondia debajo de esa camiseta de mangas largas, al no poder visualizar nada y sentirse otra vez avergonzado de si mismo decidió por preguntar —¿Vas al gimnasio?

Nour lo miro ponerse los guantes de trabajo mientras le hacia aquella pregunta. Se había encontrado pérdida en las enormes manos del chico, finas pero grandes con venas resaltando por todos lados a causa de la fuerza que utilizaba hace unos segundos atrás.

—Si —termino contestando alzando la mirada al rostro algo sudado y sonrojado del chico haciéndola sin poder evitar sonreír con ternura —Me gusta ir al gimnasio —asintio viendo como el chico sonreía como si estuviese orgulloso de ella.

—¿haces peso muerto? —pregunto con curiosidad. Ella volvió a asentir haciéndolo sonreír más emocionado

—Antes de venir rompí mi record de 145 kg, logre 155 Kg —dijo con orgullo

Abrio los ojos sorprendido, para una mujer esos pesos era mucho más altos de la norma.

El hace poco logró volver a levantar pesos de más 250kg y quería seguir mejorando claramente.

D U N I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora