˗ ˏˋ 𝟻 ˎˊ ˗

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Arrienda una novia, dijeron. Será inofensiva, dijeron. Y con "dijeron" se refería a su estúpida consciencia empujándola a tomar la peor decisión de su vida entera.

Quizás había subestimado su mala suerte.

—Fue un gusto conocerlas— dijo Lisa estrechando las manos de Rosé y Jisoo cuando estos se iban—. Después les mandaré los nudes adorables de mi Gatita. ¡Hasta pronto!

Jennie suspiró aliviada cuando la puerta del local se cerró tras las espaldas de sus mejores amigas, ambas abandonando la escena del crimen en la cual Lisa había asesinado las pocas gotas de dignidad restante que albergaba Jennie.

Humillación no era suficiente para describir lo que había sentido. Había sido tan jodidamente mortificante. La sonrisa complacida de Lisa cuando las mentiras brotaban de su boca con tal naturalidad, como si las hubiese estado estudiando desde hacía tiempo. Rosé se había esforzado por distraerla y cambiar a un tema más trivial, a lo que Lisa no puso resistencia. Gracias a ello, gran parte de la cita doble se salvó.

Pero no del todo.

—¿Qué tal? ¿Cómo estuve?— preguntó la tailandesa apoyando su mano en el borde de la mesa. Sonaba orgullosa.

Orgullosa. Jennie alzó la mirada hacia ella, viéndole a través de sus pestañas mientras una emoción inquietante se hacía cargo.

—¿Podemos hablar?

—¿Mm?—La expresión ingenua en su rostro tocó un nervio sensible—. ¿De qué?

—De qué—repitió en un aliento incrédula. Lisa se encogió de hombros.

—Si tienes algún problema, manda un correo al organizador.

Un correo... Jennie se levantó del asiento con lentitud, sus ojos quedando a la misma altura que los de Lisa. La tailandesa ladeó la cabeza con curiosidad.

—¿Qué pas- ¡Ah!—La castaña asió el brazo de la contrario con fuerza y jaló de ella hacia la calle trasera del restaurant. Lisa trastabilló en el camino—. ¿Pero qué haces, imbécil? ¡Suéltame!

—¿Por qué lo hiciste?—gruñó cuando se hallaron a solas.

—¿Hacer qué?

Los dedos de Jennie presionaron más sobre su piel, un fuego desconocido quemándola por dentro. Odiaba el tono que Lisa utilizaba al hablar, odiaba su maldita sonrisa de satisfacción, odiaba la manera en que fingía ignorancia después de arruinarlo todo. Y sin darse cuenta, lo último que quedaba de su autocontrol, se esfumó.

—¿¡Qué mierda fue eso!?—gritó volteándose para verle a la cara. Lisa se estremeció—. ¿Sabes cuántos malditos problemas causaste allá adentro? ¿Tienes alguna idea de lo poco profesional que te comportaste?

Jennie la libró de su agarre con brusquedad, apartándose de ella con ambas manos en la cabeza, buscando paciencia y alguna forma de resolver el lío en el que Lisa la había metido. No podía creer que hubiera confiado en una completa desconocida para esto. No podía creer que le hubiera pagado y que la imbécil ni siquiera hubiera hecho el trabajo bien. ¿Qué jodido servicio era ese?

Las envolvió un silencio, un silencio tenso que fácilmente podía romperse y desencadenar un desastre. Jennie ya había lidiado con demasiado para continuar por el mismo sendero. Pero Lisa no, ella no estaba ni cerca del incendio que estaba buscando crear. Ya había quebrantado el autocontrol y paciencia que la coreana tanto se esforzaba por mantener. Quizá ya era hora de terminar esto.

𝗥𝗲𝗻𝘁 𝗔 𝗚𝗶𝗿𝗹𝗳𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱       𝖩𝖤𝖭𝖫𝖨𝖲𝖠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora