˗ ˏˋ 𝟸𝟸 ˎˊ ˗

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Jennie había estado actuando raro. Bien, recapitulando, ella desde el principio había tenido una conducta extraña que a Lisa le costaba descifrar. No obstante, durante aquel día, ese nivel de rareza había ido en aumento, alcanzando su peak cuando, tensada de hombros y con las mejillas coloradas, la coreana se retiró dando una vaga excusa y dejando a Lisa muy confundida.

¿La estaba evadiendo?

Frunció el ceño, sosteniendo su mentón sobre la palma de su mano. Eso no tenía sentido ¿o sí? Es decir, las cosas entre ambas iban marchando relativamente bien. Claro, aún habían unos cuantos detalles difusos que faltaban por aclarar, pero en su mayoría, no había razones para creer que tenían problemas. Habían hecho las paces, Jennie había confiado lo suficiente en ella como para relatarle su pasado... Demonios. ¿Acaso se había perdido de algo?

Suspiró, resignándose a hablar con ella más tarde. Quizá estaba quemándose los sesos por nada y a Jennie de verdad le había dolido la cabeza. Se acomodó en su sitio, esbozando una leve sonrisa y decidiendo que disfrutaría de las aguas termales, aunque fuese por un rato. Después de todo, ¿cuándo volvería a tener la oportunidad de ir? Probablemente nunca.

Su sonrisa decayó cuando se dio cuenta. Cierto. Jennie y ella no regresarían a ese hotel, ellas romperían la falsa relación cuando se diera el momento indicado. Y después tomarían caminos distintos, separados la una de la otra. No tenían motivos para mantenerse en contacto.

Honestamente era mejor de esa manera. El que Jennie tuviera tanto poder sobre ella, pese a los años que habían transcurrido desde la última vez que se habían visto, le atemorizaba. Ya había caído por la  coreana antes y no quería que sucediera de nuevo. Tener el corazón roto no se sentía bonito.

Como una mala broma, su mente evocó el recuerdo del último beso. Aquel que le había robado el aliento y le tenía los labios cosquilleando. La voz de Jennie resonó dentro de su cabeza, torturándola aún cuando se hallaba a metros de distancia. "Si me miras así, ¿cómo quieres que no me den ganas de besarte?".

—¡Hija de su mamá!—lloriqueó, enterrando su rostro en las palmas de sus manos—. La odio, la voy a coser mientras duerme. No. Voy a matarla. Cometeré homicidio a la mitad de la noche y haré que se vea como un accidente para no acabar en prisión.

—Em—Lisa levantó abruptamente la mirada al oír una voz desconocida, recién percatándose de la presencia de alguien más—. ¿Debería llamar a la policía para advertirle de tu homicidio o... me matarás primero?—preguntó la mujer, luciendo dubitativa entre irse o quedarse. La tailandesa no reaccionó—. Porque si me vas a matar, preferiría que tuvieras un mejor motivo, como venganza o algo así. Aunque no tengo nada en contra del homicidio no premeditado.

Una sonrisa divertida se dibujó en sus labios y Lisa sintió que se le venían todos los colores a la cara. Oh, Dios, la había escuchado. Hablar sola nunca había sido una buena cualidad suya, de hecho se esforzaba por suprimirla, pero la frustración solía hacerla volver. Sólo que en esta ocasión, no esperaba tener compañía.

Joder, maldijo para sus adentros, intentando tranquilizarse y fingir que no era engullida por la vergüenza. Esto era seriamente mortificante. ¿Podía hundirse en las aguas termales hasta morir por ahogamiento?

—Perdón—dijo la desconocida, dedicándole una sonrisa afable al notar que la tailandesa no emitía palabra—. No quise entrometerme en tus asuntos. Yo también hablo sola a veces ¿sabes? Aunque claro, nunca planeé un asesinato. Es bastante admirable de tu parte. Yo de lo único que hablo es de política o de gatitos, así que puedes considerarme tu fan.

𝗥𝗲𝗻𝘁 𝗔 𝗚𝗶𝗿𝗹𝗳𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱       𝖩𝖤𝖭𝖫𝖨𝖲𝖠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora