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Rosé se consideraba bastante buena leyendo a las personas. Era perspicaz y empatizaba con los demás fácilmente, por lo que era la primera en descubrir si alguien ocultaba algo o mentía respeto a un tema. Cuando Jennie le dijo que tenía novia, la felicidad la cegó; ni siquiera llegó a preguntar el nombre de la persona, emocionándose de sobremanera y pensando en todas las cosas entretenidas que podrían hacer en citas dobles.
Y aquel fin de semana, el secreto salió a la luz.
—Voy a ver qué tal son las aguas— dijo Rosé, atando el cinturón de la bata alrededor de su cintura. Sonrió al notar que su nudo era firme—. ¿Vienes, amorcito?
La chica tirada en el colchón sacudió la cabeza, frunciendo el ceño y arrugando la nariz. Rosé la miró comprensiva. Su novia no había podido descansar correctamente la noche anterior y el bus no había sido precisamente cómodo para una siesta.
—Creo que prefiero dormir... El viaje me tiene molida— masculló Jisoo, hundiendo aún más su rostro en la almohada. Una risa escapó entre los labios de la mayor.
—Perezosa. Iré a ver si las chicas quieren unirse.
—Diviértete— Las palabras de Jisoo apenas fueron audibles, siendo amortiguadas debido a su posición y mal moduladas por culpa del sueño.
Rosé se acercó a ella, apoyándose sobre la cama, y plantó un corto beso en sus labios. Amaba besarle. Era su actividad favorita. Dios, podía hacerlo por horas y días y años, sin cansarse de la sensación que recorría todo su cuerpo y el calor que la envolvía cuando su boca encontraba la de Jisoo, sintiéndose en casa.
Cuando la rubia rompió el contacto entre ambas, se arrepintió casi inmediatamente de haberlo hecho. Apartándose lentamente, vio los ojos abiertos de la mayor y las chispas de miedo que brillaban dentro de estos, la expresión sorprendida en su rostro. Rosé tragó saliva, intentando ignorar el crudo y doloroso sentimiento que causaba esa reacción en ella, y se incorporó débilmente.
Creí que ya habíamos superado esa etapa, Chu.
—Volveré pronto— dijo con sequedad. Su garganta se apretaba y aunque no deseaba pensar en lo absoluto, para disipar el repentino dolor, su cuerpo lo resintió de todas maneras.
Jisoo asintió, luciendo aturdida, un leve color carmín tiñendo sus pómulos.
Murmuró un pequeño "sí" que Rosé tomó por despedida y la coreana se retiró.
Atravesó el pasillo, dirigiéndose a la habitación que compartirían Lisa y Jennie,dándose a sí misma ánimos. No tenía porqué dudar. Ella amaba a Jisoo y Jisoo había aceptado estar con ella, eso era lo único que importaba. La presencia de Jennie no cambiaría las cosas, tampoco lo haría la existencia inesperada de su novia.
O al menos, eso quería demostrar.
—¿Una cama?— Alcanzó a percibir la voz de Lisa a unos metros de distancia. Se detuvo a pocos pasos de la puerta abierta, apoyándose contra el muro para no ser vista—. ¿Compartiremos cama? ¿Tú y yo? ¿Acaso quieres aprovecharte de mí, gatita?
—Ni en un millón de años, babe.
Frunció el entrecejo, hallando la conversación no tan romántica, pese a los motes cursis. Sin embargo, no tenía derecho a juzgarlas. Lisa y Jennie tenían una dinámica de pareja nada convencional. Parecían niñas compitiendo contra la otra para llegar a una meta en común.
Sonrió, feliz de que su mejor amiga obtuviera el amor que había rechazado a lo largo de su vida. Estuvo a punto de interrumpirlas, para invitarlas a las aguas termales, cuando Lisa volvió a hablar.
—Bien, bien, entonces esto es lo que haremos. Yo dormiré en la cama... y tú en el piso.
—Oye, eso no es justo. Yo pagué por esto. Tú deberías dormir en el piso.
—¡Pero hay gérmenes! ¡Podría morir! Hazlo tú.
—Ah, ¿entonces tú no puedes morir, pero yo sí?
—Por supuesto. ¿Qué clase de novia falsa sería si priorizo tu salud sobre la mía?
—Una bonita y simpática.
—¿Me estás llamando fea? ¿Acaso con "gorda" no te basta? De acuerdo, por haberme salvado en ese bar la otra noche, te daré una promoción.
—¿Qué? ¿Me harás dormir en el armario?
—¡Claro que no! En la bañera. Esa es mi oferta final.
—¿Sabes lo mucho que te detesto?
Rosé se cubrió la boca para ahogar un jadeo, dos palabras clave quedando grabadas en su memoria: Novia falsa.
¿Falsa?
Recapitulando, la primera cita doble que habían tenido, no había ido nada bien.
Lisa había sido extremadamente brusca, comportándose como si estuviera despechada por un acto despiadado de Jennie y lo único que quisiera hacer fuera devolverle la mano. Lo entendió más tarde, cuando su mejor amiga le llamó y le explicó que habían tenido una pelea recientemente, y que por eso Lisa había estado así.
Rosé decidió hacer la vista gorda, accediendo a ir a otra cita doble con esas dos. Lo cierto, era que Lisa era muy temperamental, directa y sarcástica.
Rosé supo lo difícil que sería lidiar con esa personalidad, tan pronto la conoció. Y a su rigor, Lisa no estaba al mismo nivel, por lo que asumió que esto era consecuencia del carácter sumiso que había adquirido su mejor amiga en la relación, siendo ella la calmada, pacífica y suave del par.
Hasta que las vio aquel segundo día. Jennie y Lisa se miraban, y llamas flameaban a su alrededor. Resultaba divertido, la manera en que se llevaban la una con la otra y sin siquiera darse cuenta, se encerraban en una burbuja. Un muro invisible que las rodeaba y las separaba del exterior, como si sus discusiones y sus burlas mutuas fueran lo que más anhelaban tener entre ellas.
Era fascinante. Y Rosé adoraba esa curiosa relación que era tan distinta de las demás. Es real, se convenció, sin darse cuenta de que ignoraba la mentira que yacía justo bajo sus narices.
Novias falsas. ¿Pero por qué? ¿Se había perdido de algo? Que había gato encerrado ahí, era obvio, y que su intuición había fallado desde el principio, lo era todavía más. Su habilidad para leer personas había fallado, posiblemente por su emoción, o quién sabe, quizá quería creerse el cuento para no tener que analizarlo.
Un mal presentimiento la albergó cuando intentó una vez más unir los hilos de la historia. No era posible que Jennie sintiera cosas por Jisoo ¿o sí? Eso era absurdo. Jennie se lo habría dicho, de eso estaba segura. Rosé probablemente estaba pensándolo demasiado.
Inhaló hondo antes de dar un paso hacia la entrada de la habitación. Ambas chicas voltearon hacia ella al percatarse de su repentina presencia y Rosé esbozó una suave sonrisa como saludo.
Si Jennie estaba manteniendo su verdadera relación con Lisa en secreto debía tener buenas razones, por lo que no la presionaría. Sólo debía esperar por Jennie. Creer en ella —como siempre había hecho— y en que explicaría todo en su debido momento.
No tenía porqué desconfiar, ni del amor de su vida ni de su fiel amiga.
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𝗥𝗲𝗻𝘁 𝗔 𝗚𝗶𝗿𝗹𝗳𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱 𝖩𝖤𝖭𝖫𝖨𝖲𝖠
Fanfic-"Oh, por dios... Seré como tu prostituta" -"Jesucristo, Lisa, ¡no lo digas así!" ✍🏻 ADAPTACIÓN TODOS LOS CRÉDITOS A SU AUTORA UNKNOWN