Capítulo 6: Siempre estaré ahí

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Despierto con el sonido mi móvil sonando. Era Ann.

—¿Ya te olvidaste de mí? Incluso si ya no me consideras tu cuñada, soy tu amiga.

—Siempre te tengo en mente, y ayer hablamos. No sea dramatica.—reí.—¿Que tal están los niños?

—Cada día más traviesos.—se escuchan gritos de fondo.—De verdad quisiera que estuvieras aquí. Eres la única que los soporta.

—Los extraño.—muerdo mis labios.-No los puedo olvidar así de fácil.

—Tia Ginn esto, tía Ginn aquello. Es lo único que escucho de ellos después de que te vayas cuando nos visitas.

—Prometo vistarlos.

—Si bueno, no te llame para ser sentimental. Cuéntame ¿Que hay de tu jefe? ¿Todavía te hace reír como la vez que te pregunté por el?

—Si, me hace reír. Pero no significa que pase algo Ann.-susurro.

—Bueno haz que pase algo. Levántate de esa cama y ve a ser feliz y hacerlo feliz.

—¿Como sabes que aún estoy en la cama?

—Ginny, te he visto dormir y despertar, tu voz es de mujer todavía en cama.

—Que graciosa.

—Rie.—¿Te veo en el espejo?

—Siempre. Cuelgo.

Ese pequeño chiste me hace recordar que lo tomamos como despedida una vez que estaba en casa de Tom, me había quedado en el cuarto de Ann. Éramos adolescentes. Mientras lavaba mi rostros al volver a mirar al espejo estaba ella. Fue la primera vez que me habló y decidió ser mi amiga, pues al principio no estaba de acuerdo con la relación que tenía con Tom. Además de tener una cuñada, me gané una amiga. Era ella y esos pequeños niños mi única familia viva por ahora.

Era de mediodía y me dispuse a tomar una ducha e ir hasta la habitación de Michael. De mi equipaje saco un overol en tela de jeans y una camisa negra de mangas apretadas. Para ser maquillista sigo siendo sutil a la hora de maquillarme, pero nunca puedo dejar de mantener mi cabello liso y bien arreglado.
Me dirijo a la habitación de Michael dedicándole una sonrisa a los guardaespaldas en la puerta. Al entrar me encuentro lo encuentro, con sus facciones tensas, mirando seriamente algunos papeles frente a una mesa pequeña de cristal junto con Sandy otras personas. Cuando alzó su mirada hacia mí, de inmediato su rostro cambio al igual que el mío, desde la mitad de la habitación le miro con una sonrisa y un "Hola" que solo vio leyendo mis labios.

—A ver si no se les hace costumbre dormir en la habitación del otro.—Nos señala Sandy.—Estamos en momentos muy importantes y las distracciones no las acepto.

Me acerco hasta donde están todos sentándome a un lado de Michael, quien traía aún su pijama de rallas y sus risos sueltos. Guardare esa imagen tan tierna en mi mente.

—¿Todavía te interesa salir en el show?.—quita un riso de su rostro para mirarme.

—Encogí los hombros.—Podemos intentar.

—-Sé que te pido mucho.—coloca una mano en mi rodilla.—Porque sé que puedes dar lo mejor de ti.

—Por trabajo.—Dice Sandy haciendo énfasis en la palabras.—Das lo mejor de ti en el trabajo.—mirado la mano de Michael que aún esta mi rodilla.

Solo asentí y volvieron hablar de los siguientes ensayos en los otros países que nos esperaban. A su lado el me incluía en la conversación mostrándome papeles que ni siquiera entendía, pero me sentía embelesada por su perfil y de vez en cuando era imposible no quedarme viéndole fijamente.

All Good Things [Michael Jackson Fanfic] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora