SURROUNDED [finalizada]

Capítulo 30. Mundo perfecto

Todos sueñan con un mundo perfecto, aquel glorioso destino más allá de nuestros propios pensamientos. Un atesorado anhelo, dónde las flores despliegan sus pétalos al amanecer mientras que los ríos, cristalinos y serenos, susurran melodías ancestrales mientras acarician los pies descalzos de aquellos soñadores expectantes a por él. Permanecen todos en la búsqueda, de un lugar cálido y seguro, dónde la tragedia o la pérdida sean emociones olvidadas tiempo atrás, dónde la vida y la obra de aquellos a los que amas más en realidad, permanezcan plenas y completas a su entero corazón.

Todos sueñan con un mundo perfecto, lastimosamente, no todos los sueños se vuelven realidad.

—Hey, amor. —escuchaba aquel joven celeste detrás suyo antes de partir— ¿Tienes un segundo?

—Hola, Barb. Lo siento, sólo estaba pensando.

—Descuida, lo entiendo, no quiero quitarte mucho tiempo. —responde ella caminando junto a él hacia la salida— Los demás y yo estamos listos para cuando sea la hora, sólo quiero saber, cómo estás con todo esto.

Ambos se detienen frente al ascensor a la espera de que este llegue a por Raúl, quién honestamente responde —¿La verdad? Creo que, sinceramente, no había estado así de tranquilo hace mucho tiempo. Es algo raro.

—¿Por qué lo dices?

—Siento que, no lo sé, por primera vez en toda mi vida, estoy completamente seguro de porqué estoy haciendo lo que hago. —responde él mientras le sujeta la mano a su amada antes de tener que marcharse hacia la oscuridad — Es por ti. Por Alexis, por Max, por Jannis, por todos ustedes... Y creo que, también por ellos.

A Bárbara le toma un segundo entender a quiénes se refiere Raúl, pero al final ella lo hace —Sí, por ellos, por todos los que dejamos atrás.

—Por todos los que dejamos atrás.

Bárbara y Raúl se dan un fuerte y sincero abrazo, antes de que este último se retire del lugar en compañía de Josh Prescott.

—¡Más te vale regresar! —le decía Bárbara mientras el ascensor se alejaba más y más rápido de ella—.

—Siempre, lo prometo.

Con Raúl y Josh fuera de su camino, el equipo restante debía asegurarse de mantener a la mayor cantidad de personas posible a salvo, lejos de las bestias oscuras esparcidas a lo largo de sus calles.

—¡Bárbara! ¿Están listos? —exclamaba Jannis mientras organizaba a los grupos de civiles listos y preparados para la evacuación de la ciudad—.

Cada miembro del equipo de Mr. Brightside desempeñaba un papel fundamental en la guerra contra el ejército de resucitados a la orden de Mr. Dark. Jannis y Bárbara se encargarían de trasladar a la mayor cantidad de personas hacia las zonas seguras de la ciudad a través de los puentes y por debajo de la calles a través del subterráneo, usando los camiones de Winchester que la familia de Elizabeth había dejado para ellos a su disposición. Dentro del temor de Raúl, no podían permitirse que ninguna persona se quedara atrás, no otra vez, asi que había dejado a la persona a la que más confianza le tenía a cargo para que eso no volviera a ocurrir.

—Estamos listos. ¡Arranca, Jannis! —le contestaba Bárbara al frente de la bodega dónde se habían hospedado las noches previas a la movilización— Espero esto sea suficiente.

—Lo será. —añade Dimitri hablando a través de su manos libres mientras él y Max se encargan de despejar las calles necesarias para llevar a cabo la huida segura— Thunderbolt, ¿quieres hacer los honores?

Tras lo anteriormente dicho, y con un fuerte golpeteo por debajo de sus pies, la bestia imparable que Thunderbolt es comenzaba a arrastrar totalmente a su paso a resucitado tras resucitado, dejando la vía libre lo más que podía mientras el equipo de La Esperanza en conjunto con Dimitri, entraba en acción —Ya saben qué hacer, equipo. ¡Nadie más muere, ni siquiera ellos!