SURROUNDED [finalizada]

Capítulo 26. Se ha acabado la función

El aire espeso de la noche envolvía el bosque mientras la patrulla avanzaba en silencio a través de la densa vegetación. A su lado, Raúl Ramírez aka Mr. Brightside, alguna vez aclamado como salvador, se encontraba ahora esposado y arrestado, acusado de un crimen que jamás creyó cometer. Los árboles altos se alzaban como testigos silenciosos mientras sus hojas susurraban secretos al viento mientras la patrulla se acercaba sigilosamente a la comisaría.

A medida que las luces parpadeantes de la ciudad se filtraban entre los árboles, el joven celeste se aferraba a una última chispa de esperanza, preguntándose si alguna vez todo esto por fin acabaría.

—¿Tienes la cámara encendida? —preguntaba la joven con el micrófono noticiero parada junto a la muchedumbre a las afueras de la estación policíaca de Penneabaker City— ¡Oh, ahí vienen! Más te vale estar transmitiendo esto.

A medida que aquella patrulla se acercaba a la zona, los reporteros alrededor suyo comenzaron a formar una barrera entre el perímetro policíaco, al cuál no podían pasar, y la salida del vehículo de aquel perturbado joven.

—"... Buenas noches, ciudadanos de Penneabaker City, aquí Christine Hill reportando para News 4 You la llegada del joven originario de Columbus, Ohio, Raúl Ramírez, mejor conocido como Mr. Brightside a la estación de..."—

—Christine... —salía de entre la tensa mandíbula del capitán Andrews al mismo tiempo en el que sus ojos se tornaban en una señal de molestia mientras se estacionaba frente al grupo de noticieros esperando por la primicia— ¡Okay, todos fuera de mi vista! Esto no es un espectáculo.

—Dios, Raúl. Espero sepas lo que haces. —comenta Ethan a medida que el capitán se acerca a abrir la puerta de Raúl— Es el principio del fin.

Una vez la puerta estuvo abierta, Raúl pasó a través de ella a medida que las cámaras de los reporteros se posaban frente a su rostro tan cerca cómo les era posible. Perdido entre destellos de flashes y mil preguntas por hora, Raúl sólo puede responder con la misma mueca de vergüenza con la que se ha tratado así mismo desde su arresto. Creyó que podía convivir con su oscuridad sin caer ante ella en el proceso, se equivocó.

Mientras el capitán escoltaba a Raúl hacia dentro de la comisaría, el se mantenía esposado mientras aquella cazadora de noticias se apresuraba a toda prisa para tener un par de palabras con él.

—¡Raúl, Raúl! Christine Hill, antigua reportera de Ohio News, nos vimos un par de veces antes de que el Apocalipsis se desatara.

—Ahora no, señorita Hill. —le decía el capitán interponiéndose entre ellos dos— Apártese.

—Sólo un par de preguntas para el celeste de Ohio, señor. —respondía ella dejando atrás del límite a su camarógrafo— Raúl, tenemos mil cosas qué preguntarte pero siento que la única que importa aquí y ahora para todos los que te conocimos desde que te apareciste por primera vez como Bright el año pasado es... ¿Por qué lo hiciste?

—No.

Raúl la mira por encima de su hombro a medida que se aleja de ella junto al capitán. La única pregunta que importa, la única que no tiene respuesta. ¿Por qué lo había hecho?

—Porque es quién soy en verdad.

Mientras el escándalo del año se llevaba a cabo a las afueras de aquella estación de policías, Alexis ponía en sincronía a Max con lo que ahora pasaba en sus vidas —Necesito que llegues, ahora. Las cosas están horribles aquí, no sé cómo lidiar con esto sin Raúl presente.

—Estoy a 12 horas de ahí más o menos, traté de hacer contacto con Josh antes de llegar pero no recibo respuesta. Esto es horrible.

—Ni qué lo digas. Sentía que, apenas teníamos algo a lo qué aferrarnos cuando logró traer a Bárbara de vuelta, ahora sólo veo caos en cualquier dirección a la que volteo.