Capítulo 18. Quién eres en realidad

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—Ha pasado una semana desde que la catástrofe del ahora llamada "Apocalipsis" azotó a la ciudad entera de Columbus, Ohio. —se oía a través de las radios repartidas a lo largo del albergue dónde los ciudadanos de Ohio se resguardaban estando ahora en Penneabaker City— Las autoridades siguen sin confirmar el porcentaje de víctimas estimadas, pero los mejores analistas del país reportan que mínimo dos tercias partes de la población perdieron la vida o se encuentran en estado de búsqueda y rescate a lo largo de la zona de riesgo.

—¿Quieres apagar eso, Elizabeth? —preguntaba Laura quién le extendía un tazón de cereal mientras buscaba algo entre sus cosas— No encuentro mis lentes, espero que ningún niño de la planta de abajo los haya tomado sin permiso de nuevo. Te dije que no los dejaras entrar a nuestra habitación.

Elizabeth permanece en silencio, mirando a la antigua radio sobre su escritorio, esperando que alguien diga el nombre que tanto ha esperado durante días.

—¿Elizabeth? ¿Me estás escuchando? Las duchas cerrarán en veinte minutos, si encuentras mis lentes, avísame por favor. —añade Laura al tomar las toallas dobladas encima de la repisa frente a ellas— Y avísame por favor, si escuchas algo de él.

Laura sale de la habitación que comparte con Elizabeth en el centro de ayuda de Winchester en Penneabaker City, esta última permance inmóvil en su cama, esperando.

—Nuestro camarógrafo logró captar imágenes inéditas de lo que ahora se posiciona como el peor incidente toxicológico alguna vez registrado en el país, superando con creces los decesos registrados oficialmente en Fukushima y Chernobyl.

—Esta vez sí que se lució el camarógrafo. —respondía Elizabeth con ironía—.

—A medida que la nube tóxica se disipa de nuestros alrededores, la destrucción de lo que antes llamábamos hogar se hace presente. Estadios, rascacielos, parques y jardines, todo lo que alguna vez movió a nuestra ciudad se ha ido. Desapareció, y nosotros con ella.

—Bien, suficiente. —menciona Elizabeth en voz alta antes de pararse de la cama para apagar la radio—.

—Ahora mismo nos entra la llamada de uno de nuestros oyentes, ¿hola?

—Christine, ¿hola? ¿Me escucho bien?

—Te escuchas perfecto, ¿cómo te llamas?

—Soy, soy el oficial Langstrom. Trabajé para el departamento de policía de Columbus, Ohio hasta antes de la catástrofe.

—Oficial Lansgtrom, es un honor tenerlo en la línea con nosotros. Quisiera hacerle un par de preguntas sobre...

—¿Lo ha visto? —pregunta aquel joven oficial sin aviso a lo que Elizabeth se paraliza con la mano en el botón de apagado—.

—Disculpe, ¿de quién estamos hablando?

—Sabe perfectamente de quién estoy hablando. No ha habido indicios de que haya sobrevivido al ataque pero tampoco de que no lo haya hecho, muchas personas incluído yo, nos preguntamos si es que usted lo podido ver.

Elizabeth se inclina impaciente por la respuesta frente a la radio al borde del estallido emocional.

—No. No lo he visto, lo siento. No creo, que haya sobrevivido. —se hace una pausa general tanto en el programa en vivo como en el corazón de Elizabeth— Soy Christine Hill reportando para Ohio News, o al menos, lo que queda de nosotros.

Elizabeth apaga por fin la radio. Devastada. Y completamente sola.

—Esta vez sí que lo hiciste.

Se escuchaba retumbando en las paredes de aquel pasillo de compleja fineza y blancura. Una figura femenina se acercaba rápidamente a lo lejos. Apenas visible, apenas real, diferente a aquella incesante voz en su cabeza.

SURROUNDED [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora