Capítulo 27. Los adultos están hablando

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El silencio de aquella sala de interrogatorios recorría el cuerpo de los dos hermanos a muerte reencontrándose por primera vez hace una vida entera. Su respirar estaba impregnado de una tensión palpable, como si de electricidad estática en el ambiente se tratara. La iluminación tenue resaltaba las sombras que se proyectaban en las paredes, aumentando el aire siniestro que permeaba la sala.

El suelo pulido reflejaba las miradas contenidas de aquellos dos polos opuestos, creando una sensación de enfrentamiento inminente. El eco metálico de cada respiración y el sonido rítmico del tic-tac de un reloj parecían marcar el ritmo acelerado de los corazones que latían con furia a punto de estallar. Raúl Ramírez por fin estaba presente para su pecado original. 

—Hola, hermanito. —añadía él mientras su voz se escuchaba como la súplica por misericordia de un alma castigada mil años en el infierno— Te extrañé tanto. Vaya aprieto en el que estás metido ahora, ¿no?

El frío del ambiente recorría la espina dorsal de Raúl tal como un choque eléctrico lo traía de vuelta a la vida. Su mejor amigo, su hermano, su familia, estaba sentado frente a él con una sonrisa siniestra, listo para hacer del resto de su vida una total pesadilla. Debió haberlo visto venir.

—¿Y bien? —preguntaba Mr. Dark al recargarse sobre la silla detrás de él, el vacío de sus ojos extraía cualquier rastro de emoción viva existente en sus palabras, era un muerto en vida listo para terminar lo que comenzó— ¿Hace cuánto que lo sabes?

Las manos de Raúl se encontraban en un estado tembloroso interminable, el miedo crecía a paso agigantado dentro suyo a medida que con sus ojos recorría el estado putrefacto de aquel cadáver parlante frente a él. Pero la ira, la ira hacia sí mismo azotaba su mente como violentas olas arrastraban a los marineros hasta el fondo del océano. Mr. Dark sabía absolutamente todo acerca de Raúl, hasta el más minúsculo detalle de su vida le era otro simple juego más.

—Ví las señales, los resucitados de DR3O, Mike... El cómo trajiste de vuelta a Bárbara, y cómo usaste a Elizabeth en mi contra.

—Oh, Bárbara y Elizabeth, mujeres fascinantes, ¿no es así? Ambas tenían el papel más importante para nuestro encuentro y de alguna forma, encontraste el camino de traerlas de vuelta. —responde Mr. Dark acercándose a la mesa entre ellos dos— Como siempre, terminaste siendo el héroe.

—Que no se atreva a mencionar sus nombres.

Una sonrisa se pinta en el rostro de Mr. Dark al oír aquello que los demás desconocen —¡Oh! Ethan, sigues aquí. Grato el momento de por fin escuchar tu voz.

—No lo metas en esto, estás aquí por mí.

—Vamos, Raúl, no seas aguafiestas. Este, es el último día de tu vida, si estuviera en tu lugar buscaría disfrutarlo lo más posible. Créeme, lo sé.

—Nada, absolutamente nada de esto, tiene que ser cómo es. Podemos ayudarte, yo puedo ayudarte. No es demasiado tarde para volver a nosotros.

El rostro de Mr. Dark pasa de una mueca animada a la tragedia encarnada en un ser no vivo —¿De verdad, de verdad crees eso?

—Lo creo. No importa qué haya pasado, te ayudaré, todos lo haremos. Pero tienes que detener esto, tenemos que salvarlos, a todos y cada uno.

—Oh, Raúl. Esto es tan, tan, tan... Patético.

—¿Qué?

—¡Vamos, maldición! Te traje de vuelta en bandeja de plata al supuesto amor de tu vida, ¿y este es el mejor juego emocional que se te pudo ocurrir?

—No es un juego emocional.

—No, claro que no, porque tú eres muy bueno en todo eso. Eres el maestro de la manipulación hecho persona, el mejor actor; interpretando su papel al pie de la letra una vez que se levanta el telón. —Mr. Dark pierde su rostro de tragedia para dar paso a la furia proveniente del vacío de su alma— Yo veo más allá de tu teatro, "hermano". De haber sabido que así serían las cosas, hubiera traído de vuelta a Joselyn.

SURROUNDED [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora