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"Si nunca sanas lo que te hirió, sangrarás sobre personas que jamás te cortaron."

Leon observaba preocupado a la mujer mientras esta miraba por la ventana hacia la enorme catedral

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Leon observaba preocupado a la mujer mientras esta miraba por la ventana hacia la enorme catedral. No había dicho ni una palabra desde que llegaron a su habitación, y le inquietaba, pues parecía ida, alejada de la realidad.

-Oli, cielo, deberías descansar- le tocó el hombro con suavidad.

Ella se volteó hacia él ligeramente, sin llegar a mirarle a los ojos.

-No creo poder siquiera cerrar los ojos- murmuró.

Él la rodeó por la espalda, poniendo su mentón sobre la coronilla de la mujer. La abrazó con fuerza, sabiendo que ella necesitaba apoyo en ese momento.

-¿Por qué conocía a mi madre?- preguntó al aire.

-Dijiste que era microbióloga, se conocerían por eso.

Ella asintió, esperando que de verdad fuera esa la razón.

Dejaron una cámara grabando hacia el hotel mientras ellos se tumbaban en la cama, sin poder pegar ojo, mirándose el uno al otro mientras hablaban. Leon intentaba que Olivia se evadiera por al menos unas horas, pues su rostro cada vez estaba más pálido y sus ojos enrojecidos e hinchados por el llanto.

Llegó la mañana y ninguno había pegado ojo, Olivia se levantó como un resorte cuando el reloj marcó las seis, corriendo para arreglarse y revisar las cámaras. Estas mostraron que el hombre se mantuvo en su habitación, durmiendo sin más al entrar por la puerta; dirigió su atención hacia la ventana, comprobando que seguía acostado.

-Iré a por algo de comer- Leon le dio un beso en la sien.-Ahora vuelvo.

Ella asintió, sin quitar la mirada. Escuchó el sonido de la puerta y sacó el teléfono, tecleando durante unos segundos hasta que este mostró lo que quería ver: la fotografía con sus padres que guardaba en su casa con recelo. Frunció el ceño al ver a la pareja, les echaba de menos, muchas veces venían a su mente imágenes de los momentos que vivió con ellos; ella siempre pensó que jamás lo superaría, pero Leon le aseguró que ya lo había hecho, pues ya no sentía dolor al recordarles, sino que sonreía, y agradecía tener todo guardado en su mente.

El hombre volvió con un café y unas galletas para que comiera algo. Ella tomó todo a prisa, pues cada vez faltaba menos para la reunión, Giovanni ya estaba despierto y ella quería llegar antes que él.

No se vistió como una turista, sino como un agente. Como siempre, se colocó una camiseta sin mangas, cubierta por una chaqueta de cuero que también escondía su arma reglamentaria, sus pantalones elásticos eran perfectos para la acción, al igual que sus botas.

Leon también se preparó, aunque él también se colocó un chaleco antibalas, e insistió a su novia para que se pusiera uno, pero como siempre, ella se negó en rotundo.

𝚂𝚑𝚊𝚕𝚕 𝙽𝚎𝚟𝚎𝚛 𝚂𝚞𝚛𝚛𝚎𝚗𝚍𝚎𝚛 (𝙻𝚎𝚘𝚗 𝙺𝚎𝚗𝚗𝚎𝚍𝚢 𝚡 𝙾𝙲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora