En el año 1998, la ciudad de Raccon City se vio invadida por un virus creado por la Corporación Umbrella. Este virus no era como los demás; cambiaba a la gente, los convertía en monstruos. La ciudad se destruyó el 1 de octubre de ese año, pero las c...
"La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubiesen permanecido durmiendo."
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los dos agentes buscaron algo con lo que poder defenderse, Leon se llevó una palanca, mientras que Olivia encontró un cilindro de apariencia resistente, le habría encantado llevarse el pico, pero había demasiadas probabilidades de que se quedase enganchado a un cuerpo si lo utilizaba.
-Si te decides a disparar, hazlo a la cabeza- terminó por decir Leon, rumbo a la salida.
Olivia, al lado del rubio, palmeó el hombro de este.
-Tranquilo, ver a un zombi te deja petrificado la primera vez.
Él la miró por unos segundos, pues la mujer le estaba sonriendo con amabilidad, y parecía que su rostro iluminaba toda la sala.
JD les enseñó el camino hacia la salida, yendo él delante y los dos agentes a sus espaldas.
-Les oigo, hay que darse prisa- le comunicó Olivia a Leon.
-Maldición.- Apretó los dientes, tenso.
En las paredes comenzaban a resonar los lamentos de los infectados junto con sus pasos torpes. Eran igual de rápidos que los que se encontraron años atrás, por lo que ambos eran conscientes de a lo que se enfrentaban, y tenían que hacerlo desarmados.
Finalmente llegaron a una puerta de metal reforzada.
-Dos hombres deberían de poder abrirla- dijo el rubio.
Leon miró a su novia, la cual se encogió de hombros. Se cruzó de brazos cuando los dos hombres comenzaron a intentar mover la enorme puerta.
-¿Qué es este lugar?- preguntó el castaño.
-Los antiguos partisanos usaban este lugar para protegerse- respondía mientras tiraba de la puerta.
-Sabían como mantener fuera al enemigo- gruñó, dándose por vencido.- ¿Pruebas tú?- se giró hacia la morena.
Esta le lanzó una sonrisa de medio lado.
-¿Por qué? Los "hombres" lo estáis haciendo bien.
Leon bufó molesto, y usó la palanca para intentar abrir la puerta. Olivia se giró levemente hacia atrás, comenzando a escuchar algo.
-Vale, esto ya no tiene gracia- fue hasta el castaño y le tendió el tubo que llevaba en sus manos- Sujétame esto.
Con sus dos manos sobre la puerta y un pie contra la pared, tiró con fuerza de esta, abriéndola ligeramente, sorprendiendo al rubio.
-Está demasiado oxidada- gruñía entre dientes ella.
Entonces, los infectados comenzaron a llegar, alertando a los dos hombres.
-Mierda- Leon intentó ayudarla, tirando de la puerta con fuerza.
-Con esto creo que es suficiente- la mujer se alejó, tomando la palanca que Leon había dejado caer- Entrad, ¡deprisa!
