En el año 1998, la ciudad de Raccon City se vio invadida por un virus creado por la Corporación Umbrella. Este virus no era como los demás; cambiaba a la gente, los convertía en monstruos. La ciudad se destruyó el 1 de octubre de ese año, pero las c...
"Para que triunfe el mal, solo es necesario que los buenos no hagan nada."
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Olivia tomó aire, sentándose y poniendo la cabeza entre sus manos. No estaba cansada, al menos no físicamente. Pero emocionalmente estaba por los suelos, había visto demasiadas vidas ser consumidas en una sola noche, aún escuchaba los gritos de auxilio a su alrededor, el fuerte olor a muerte y putrefacción se quedaría pegado en su mente de por vida.
-Eh- Leon se situó delante de ella- te queda bien- comentó para tranquilizarla, alzando su mano para pasarla por los rizos empapados de ella.
-Ni siquiera me atrevo a mirarme en un espejo- sonrió con tristeza- ¿Cómo ha pasado esto?- murmuró.
-No lo sé- negó él, bajando la mirada.
Estaba a punto de decir algo, pero el comunicador comenzó a sonar.
-El virus ha infectado al 90% de la población de Tall Oaks.- Hablaba Hunnigan, siendo escuchada por los tres agentes.- Podríamos decir que tenemos 70.000 enemigos.- les informó- También sabemos que una organización llamada Neo-Umbrella se responsabiliza del ataque.
Al oír aquel nombre, a Olivia se le pasó un escalofrío por la espalda hasta llegar a su cuero cabelludo.
-¿Neo-Umbrella?- inquirió Leon, mirándola.
-Sé lo que piensas- respondió.
-Sí... Es igual que Raccon City otra vez.
-Eso es todo lo que se. Ahora, te toca ayudarme. Necesito saber lo que hay en esa catedral. Los jefazos quieren información.
-¿Jefazos?
-En concreto... Derek C. Simmons- Olivia notó que ambos se tensaban ante aquel nombre.- Consejero de Seguridad Nacional.
Iba a decir algo, pero el conductor le interrumpió.
-Agarraos- advirtió.
En medio de la carretera había un infectado, el cual atropelló, pero la lluvia provocó que el pavimento estuviese en malas condiciones, haciendo que se deslizase sin control hasta quedar al filo de la carretera, la cual daba directamente con un desfiladero, inclinándose y provocando que cayeran hacia la parte trasera del vehículo.
Leon agarró a Olivia, manteniéndola contra él, y miró a Helena, inconsciente a su lado por el golpe. Cuando quisieron reaccionar, los infectados estaban entrando en el autobús y habían atrapado a los civiles. Los dos comenzaron a disparar, intentando salvarles, pero también debían de hacerse cargo de los que iban hacia ellos, haciendo imposible su tarea
-Mierda- murmuraba Olivia, viendo de reojo a la joven siendo atacada.
-¡Atrás!
Comenzaron a deslizarse hacia la parte trasera del vehículo, disparando al mismo tiempo.
