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❝xxxvi. karma has knocked at the door❞
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ADARA REVOLVÍA EL SAQUITO DE TÉ DENTRO DE LA TAZA; lo sacaba y lo hundía en el agua, viendo cómo las pequeñas gotas marrones se mezclaban, manchando la transparencia del agua.
Aquel movimiento parecía mil veces más entretenido que escuchar las ideas estúpidas del grupo. Bloom y Aisha relataban lo que había ocurrido en aquella reflectiva semana para Adara.
Hablaban de que el plan A, para recuperar los poderes de Musa, había fracasado; y por ello estaban planeando el plan B.
Adara volteó a ver a Musa, mientras la boca de Bloom soltaba palabra tras palabra.
—Llegaré a un acuerdo con Sebastian —exclamó Bloom, pero su hermana no le estaba prestando la mínima atención.
La ojiverde escaneaba a la anterior empática sin disimulo. Notaba su incomodidad, dejando de lado el hecho de que la mirada como si fuese a atravesarla en algún momento. La notaba inquieta mientras el grupo hablaba de cómo hacer para recuperar sus poderes.
—No creo que sea lo más inteligente —habló Adara, por primera vez.
Ambas chicas la voltearon a ver, al igual que Musa; quien la miraba disimulada.
—¿Por qué no?
Adara se incorporó del sofá individual, sosteniendo su celular entre sus manos. Se encogió de hombros con ironía y respondió: —No sabemos si puede devolverle sus poderes. Y, si me pusiera en la posición de Sebastian, recuperaría el libro y diría: "Oh, lo siento. No puedo dárselos porque no sé cómo. ". O: "Ya no los tengo. Lo siento, Bloom".
La menor de los Peters alzó las cejas con ironía, haciendo increíblemente obvio el punto de que Sebastian no los iba a devolver.
—Además, —con su dedo señaló a Musa, a quien todas voltearon a ver— ¿le han preguntado a Musa si quiere sus poderes de regreso?
