Marcus volvía de su ocasional futbol de calle con los otros chicos del barrio. Nada lo tenía preparado para la visión en el parque de juegos infantiles a cuadras de su casa. Una chica rara miraba el cielo desde lo alto de un tobogán sin prestar atención a su alrededor.
Luego resbaló su pie en la pendiente del tobogán y con ello el resto de su cuerpo, un chillido de espanto cruzó el aire. Él respingó al dolor ajeno de caer con fuerza al suelo plagado de piedras y tierra.
¿Estará bien? Le dejaría a su suerte pero el camino a su casa le obligaba a cruzar ese maldito lugar.
Al momento vio como la chica se levantaba quejándose de su suerte. No muy alta y con ese cabello tan largo era difícil saber su edad. Le tiraba diez años si tomaba en cuenta su ropa tan llena de colores y adornos.
No recordaba de alguna vecina con esas características, que esté sola le daba migraña con tantos abusones por ahí. Cualquiera podría acercársele e intentar algo. Se la veía muy ingenua.
—Mamá me regañara de lo sucia que esta la ropa... Si es que vuelvo algún día.
Perdida. Lo que faltaba. Marcus era un joven demasiado preocupado por la seguridad de los menores a él. Ya que tenía dos hermanas menores y mellizas, el aura protectora en su corazón era bastante arraigado. Gruñendo por lo que haría salió de su escondite.
—Ey ¿Te encuentras bien?
La joven giró mostrando su rostro. Ahora sí que nada lo preparo para esa visión.
De rostro ovalado con el mentón algo adelantado, sus labios demasiado finos y una nariz griega. Lo peor eran sus ojos de aspecto gatuno. No tenía una palabra para describirla. Lo que si estaba seguro es que no tenía diez años.
—.Qui... ¿Quién eres?
Ella pestañeo confirmando unas pestañas largas. Respondio.
—Me llamo Taylor Josie Cocoa... ¡y no sé cómo volver a casa! ¿Tienes dulces?
—Dulces... Cocoa.
—Sí. Dulces. Tengo hambre y ya me quede sin dinero. Ese sombrero costó bastante pero al final salió volando ¿Tu también te caíste? Estas muy sucio.
Se sentía mareado, la chica volaba al igual que una cometa entre sus palabras. Tratar de asimilar lo que decía resultaba difícil. Gruño al olor dulzón contra su cara y aparto el pañuelo de Taylor.
—Estate quieto —Intentó una vez más limpiar su cara.
—Tu estate quieta. Esa cosa apesta... ¡Ya! Vivo cerca así que deja.
Mostrando un mohín apático, guardó su pañuelo y se preparó para protestar a la ingratitud del joven delante de ella. Al menos eso estaba por hacer cuando las palabras "vivo cerca" cruzaron su mente.
Vivía cerca. Ella tenía hambre. Vivía cerca. Ella tenía hambre.
El chico odió haberse acercado a la extraña perdida, eso empeoró al ver que sus ojos se movían en señal de razonamiento.
Hermoso día para ser bueno.
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Por una vida mas dulce
General Fiction¡Hola! Soy Taylor Josie Cocoa de los Cocoa de MoonCity. Se supone que tengo 15 años y debo comportarme como una joven adolescente pero ¡no deseo hacer eso! Ellas son tan aburridas… Odian ir a la escuela, se dejan dominar facil por ese cuadradito br...